Vuela sin rumbo

ESPERANDO A MI DADDY

Introducción

En las últimas entradas me he enrollado un montón contando cómo era mi vida de niña en el internado hasta que cumplí 14 años y traté de explicar por qué me empeñé en quedarme allí, esperando a que Daddy viniera a buscarme, lo que algunos podían pensar que era una tontería, una pérdida de tiempo, pero que Ana aprovechó para enderezar mi vida y mi rebeldía, aunque le costó lo suyo por mi cabezonería.

Ahora toca centrarnos más en la novela, por si te mola leer. En la web puedes encontrar la versión en español, aunque yo ya he dicho que lo de hablar en español no me va mucho, así que no hace falta que te mates con el diccionario de inglés. La versión con los diálogos en inglés, la tengo guardada en el ordenador, porque, si no se me da muy bien lo de hablar en español, mejor no lo intento en inglés. Pero te aseguro que la novela está bien escrita, al estilo de Daddy.

¡Venga, vamos al lío!

El principio del día: Viernes, 23 de junio de 1995

Ana: (Se asoma por la puerta) Buenos días. – Me saluda con su alegría habitual. – Si te espabilas un poco, tendrás tiempo para despedirte de todo el mundo. – Me indica animada. – Habrá quien no regrese tras las vacaciones y les harías un feo, si ahora pasases de ellas. – Me advierte.Ana: Good morning. If you are hurried up a little, you would be in time to say goodbye to everyone. You can know who will not return after vacations and you give them the shaft if you are ignoring them now.

Ya se acabaron las clases en el colegio, he aprobado todo en 8th Grade y no tengo que hacer la maleta porque me quedo. este año tampoco acudiré al campamento de verano ni me mudaré al internado de los mayores. Como mucho me apetece preparar la mochila para irnos un día a la playa, pero me da que Ana estará liada y no iremos a ningún lado.

Estaba súper contenta cuando me desperté esa mañana. Las demás se van con sus familias de acogida y yo tendré el internado para mí solita hasta mediados o finales de agosto. Encima ese año era Ana quien se quedaba para cuidarme.

Así que me esperaban unas vacaciones de lo más guays y divertidas, aunque tuviera que pasar el rato leyendo textos en español solo para mejorar la pronunciación. ¿A qué suena bien?

Leyendo // Bing Image Creator

10:30 AM. Bedroom

Ana: [Se asoma por la puerta] ¿Jessica, en cuánto tiempo te preparas la maleta? – Me pregunta con toda intención y gesto serio. – Nos marchamos dentro de una hora y más vale que te des prisa. – Me advierte. – No hace falta que te cambies. Así vas bien. – Me dice para que no me entretenga.

Jess: ¿Ha venido Daddy? – Le pregunto ilusionada a la vez que contrariada por la noticia. – No me voy del St. Clare’s ¿verdad? – Le digo con temor. – ¡Al campamento tampoco voy! – Recalco. – Este verano ya soy mayor. – Argumento.

Ana: No, no ha venido Daddy ni hemos recibido noticias suyas; nadie te echa de tu habitación y ya es tarde para que te apuntes al campamento. – Me dice y responde a mis tres inquietudes. – Tan solo te lo digo porque necesito que me acompañes en un viaje. – Me explica. – Salimos dentro de una hora. Te hubiera avisado antes, pero no he conseguido la autorización hasta hace media hora. Tampoco he querido darte ocasión a que te escondas. – Alega.

Si queréis ver cómo me enfurruño, te recomiendo que leas este pasaje de la novela. Como te he recalcado, no quiero ir a ninguna parte mientras Daddy no me venga a buscar, pero esta vez Ana no se dejará manipular por mis rabietas. Ha decidido que nos vamos, y nos vamos. Seré yo quien sufra las consecuencias como no ponga un poco de mi parte.

Jessica enfada // Bing Image Creator

La ventaja o excusa de Ana para sacarme del internado, aunque sea por las malas, es que durante las próximas dos semanas habrá albañiles, se tienen que hacer varias reparaciones en el edificio y no es cuestión de que haya una mocosa incordiando. Creo que van a hacer que mi dormitorio sea un poco más acogedor, por eso de que me quedo y deja de ser una situación temporal. De hecho, como vienen los albañiles, Ana es la primera que no piensa quedarse, aunque se supone que será a ella a quien consulten, pero todo se puede resolver por teléfono y no hace falta que acuda en persona

Albañiles. Imagen ilustrativa
Aeropuerto

En taxi desde el internado al aeropuerto. Este primer destino sí puedo conocerlo, para que tenga claro que no se trata de dar una vuelta a la manzana y volver a internado. El viaje es en serio. Da igual que a mi no me apetezca ir o que vaya a estar de morros todo el día, las dos semanas que vayamos a estar fuera. La tontería no cabe en la maleta ni Ana está dispuesta a pagar un sobrecargo por exceso de peso, pero si ha de dejar algo en tierra no ser

Primer vuelo

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En este primer vuelo viajamos, desde Boston a Philadelphia, tengo permiso para mirar por la ventana y, si quiero, me puedo enterar de todo cuanto sucede a mi alrededor.

¿Qué se nos ha perdido a nosotras en Philadelphia? En principio nada, más que alejarnos del internado y casi dejar claro que queda descartado que yo pretenda regresar por mi cuenta. Porque, como se me ocurra hacer alguna estupidez de ese estilo, mis maletas y mi culo acaban en el otro internado.

Sin embargo, si me comporto, si no me pongo en evidencia delante de todo el mundo, cabe la posibilidad de que regrese al internado, al St. Clare’s a mi dormitorio y mi única inquietud haya de ser por el nuevo curso y centro educativo, el high school, donde habré de acudir a clase de Spanish y donde quizá no me encuentre con ninguna cara conocida.

Viajando en el avión // Bing Image creator

Segundo vuelo

En segundo vuelo es desde Philadelphia a «¿…?» A no sé dónde, porque estoy castigada a averiguarlo por mi cuenta, pero sin que Ana me vaya a dar muchas pistas ni explicaciones. Si me quiero enterar de algo, más vale que escuche lo que digan por megafonía. Que si lo hacen en español y yo no me entero de nada la responsabilidad es mía y no del piloto. Porque el piloto habla en español y eso que Ana no le ha obligado a acudir a clase ni forzado a leer textos en español. Bueno, no me importa, aunque sea un requisito para pilotar aviones, no es algo que a mí me interese

«¿Hacia dónde vuela el avión?» De momento viajamos de noche, por mucho que mire por la ventanilla del avión no veré nada. Estoy nerviosa, inquieta y la única manera de relajarme, de que esté tranquila, cuando no duermo, es escribir en un cuaderno, porque Ana siempre viene preparada para todo. No hace falta que le monte una rabieta para que proporcione lo que necesite. En realidad mis desvelos no han de ser impedimento ni una molestia para el resto del pasaje. Mejor que me quede en mi asiento y no me haga notar demasiado.

Los relojes se estropean

Lo que Ana tiene, pero no le funciona bien, es el reloj, porque resulta que ha de ponerlo en hora. Así, de pronto, se le ha retrasado 6 horas. ¡Ya es mala suerte! Ella que está acostumbrada a viajar durante sus vacaciones, lleva un reloj que se estropea en cuanto sube al avión. Habrá que llevarlo a arreglar mientras estemos allá donde vamos.

Destino desconocido

  • ¿Alguien sabría decirme a dónde vamos? ¿Ha escuchado y entendido el mensaje del piloto? ¿A que no ha dicho «Aeropuerto Internacional de Toledo, España»? ¿A que no? Pues entonces no sé por qué hemos tenido que alejarnos tanto del internado, de Medford.
  • ¿Alguien conoce el motivo del viaje? ¿Tiene alguna relación conmigo o con esa parte de la vida secreta de Ana que no le cuenta a nadie?
  • ¿Qué va a pasar con Daddy? ¿Alguien le ha avisado de que en las próximas dos semanas el internado va a estar cerrado por obras?
  • ¿Qué pasa, si esta vez sí se presenta allí y nadie le abre la puerta? Sí, bueno, van a estar los albañiles, pero ¿saben éstos dónde nos hemos ido?
  • ¿No sería mejor que se le pidamos al piloto que dé la vuelta y os lleve a Boston?

¡Como broma pesada ya está bien! Ya ha aprendido la lección. Ya veréis cómo a partir de ahora me muestro un poco menos cabezota y más dispuesta a poner un pie fuera del internado. Mientras no se trate de buscarme una familia de acogida ni de mandarme a ningún otro internado, estaré dispuesta incluso a que me lleven con más frecuencia a Carson Beach, a la playa. Además, le ha prometido a Ana que el próximo curso no me saltará las clases de Spanish, que esta vez no esconderé en el baño, el aula de castigo ni en la biblioteca. El profesor de la asignatura va a aprenderse mi nombre, aunque sea porque hay alguien sentado en mi silla.

Jessica adolescente, Fotomontaje

A ver, cuando lleguemos al aeropuerto ese, como se llame, nos montamos en el próximo avión y volamos rumbo de regreso al aeropuerto de Boston, aunque haya que hacer trasbordo. Así nos olvidamos de hacer viajes raros y de castigos que no tienen ningún sentido. ¿Para qué va a servir averiguar a dónde vamos?

Mi anhelo y deseo es que me lleven con Daddy, si es que éste no viene a buscarme al internado. Pero si Ana supiera algo de éste, si le hubiera encontrado, me lo habría dicho y no se andaría con tanto misterio.

Además, Toledo es la mejor ciudad del mundo y ni en el aeropuerto de Boston ni en el de Philadelphia había ningún cartel que indicase que aviones que tienen ese lugar de destino o procedencia, por lo cual, no vale la pena ni que me moleste en indagar. Ya que 99,99999% seguro que no van a Toledo.

Ana: Vamos a bajar, de manera que, si tienes ganas de ir al baño, será mejor que te esperes hasta que lleguemos a la terminal. – Me avisa.

24 de junio, 1995

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