Daddy, el mejor guía

Introducción

Una de las entradas y reflexiones más graciosas publicadas en el blog sobre la novela «Esperando a mi Daddy», se refiere a la impresión que a Jessica le causa una de sus primeras visitas turísticas a Toledo en compañía de Daddy, donde la osadía de éste roza el asombro y la incredulidad.

Escena de la novela ambientada en octubre de 2004.

Recurrí a aquella reflexión en el blog para reflejar lo que Jessica debía pensar de aquella ocurrencia y situación tan comprometedora.

La interpretación artificial de aquel texto, por medio de una entrevista, ha dado el siguiente resultado:

Daddy, el mejor guia de Toledo

reportero de la web

Entrevistador: Hola, Jessica. Gracias por aceptar esta entrevista. Queremos saber más sobre tu experiencia en Toledo, una ciudad que te fascinó por su historia, su belleza y su misterio. Cuéntanos, ¿cómo fue tu primer contacto con la ciudad?

Jessica: Hola, gracias a vosotros por invitarme. Pues mi primer contacto con Toledo fue muy especial, porque no fue el típico recorrido turístico que te lleva por los lugares más emblemáticos y conocidos. Fue algo más personal y original, gracias a mi guía, Daddy, que me sorprendió con una propuesta diferente.

Entrevistador: ¿Qué te propuso Daddy?

Jessica: Bueno, él sabía que yo había leído algunos de sus poemas, que me habían gustado mucho, y que uno de ellos me había despertado la curiosidad por Toledo, (Oda al Tajo) porque hablaba del río Tajo, que rodea la ciudad. Así que, en vez de llevarme a ver la Catedral, el Alcázar, el monasterio de San Juan de los Reyes o el museo del Greco, que son lugares impresionantes, me llevó a ver el río, pero no por una zona turística, sino por un lugar apartado y escondido, donde casi nadie va.

Entrevistador: ¿Y dónde era ese lugar?

Jessica: Era por detrás de la Ermita del Cristo de la Vega, bajo el puente de la Cava, un sitio que parece abandonado y que no tiene mucha seguridad. Allí hay una senda ecológica que sigue el cauce del río y que te permite ver la ciudad desde otra perspectiva, más natural y salvaje. Era un lugar muy tranquilo y bonito, pero también un poco arriesgado, porque no sabías qué te podías encontrar.

Camino al río Tajo// Google Maps

Entrevistador: ¿Y no te dio miedo ir con un chico que apenas conocías a un lugar así?

Jessica: La verdad es que al principio sí, me pareció una locura y una imprudencia, pero luego me di cuenta de que Daddy no tenía malas intenciones, que solo quería compartir conmigo su pasión por el río y por Toledo, y que era una forma de mostrarme algo que no todo el mundo ve. Además, él fue muy respetuoso y atento conmigo, y me hizo sentir cómoda y segura.

Cristo de la Vega visto desde el camino// // Google Maps

Entrevistador: ¿Y qué sentiste al ver el río?

Jessica: Sentí mucha emoción y admiración, porque el río es una parte esencial de Toledo, que le da vida y le da forma. Me gustó ver cómo el agua reflejaba los colores del cielo y de las construcciones, cómo el río abrazaba la ciudad y la protegía, cómo el río era testigo de la historia y de la cultura de Toledo. Fue una experiencia muy bonita y poética, que me hizo conectar con el lugar y con Daddy.

Explanada del río// // Google Maps
Orilla del río Tajo, bajo el puente de la Cava// foto propia (junio 2021)

Entrevistador: ¿Y después de ver el río, qué hicisteis?

Jessica: Pues seguimos caminando por la senda ecológica, que nos llevó hasta el puente de Alcántara, que es uno de los más antiguos y bonitos de Toledo. Allí cruzamos el río y entramos en la ciudad, donde Daddy me enseñó otros lugares que él consideraba especiales, como la sinagoga de Santa María la Blanca, el convento de Santo Domingo el Antiguo, la casa-museo de El Greco, el hospital de Tavera, el palacio de Fuensalida, la plaza de Zocodover, la iglesia de San Ildefonso, el museo de Santa Cruz, el museo Sefardí, el museo del Ejército, el museo de los Concilios y la Cultura Visigoda, y muchos más.

Entrevistador: ¡Vaya, eso sí que es una lista larga!

Jessica: Sí, la verdad es que Toledo tiene muchísimos lugares que visitar, y cada uno tiene su encanto y su historia. Es una ciudad que te atrapa y te enamora, que te hace viajar en el tiempo y en el espacio, que te muestra la diversidad y la riqueza de su patrimonio. Es una ciudad que no se puede ver en un día, ni en una semana, ni en un mes. Es una ciudad que hay que vivir y sentir.

Entrevistador: ¿Y qué te pareció Daddy como guía?

Jessica: Pues me pareció un guía muy bueno, porque me mostró Toledo con sus ojos, con su corazón, con su arte. Me hizo descubrir cosas que no sabía, me hizo apreciar cosas que no veía, me hizo disfrutar cosas que no esperaba. Fue un guía que no solo me informó, sino que me emocionó, que no solo me acompañó, sino que me implicó, que no solo me guió, sino que me inspiró.

Entrevistador: ¿Y qué sentiste por él?

Jessica: Bueno, eso es algo personal, que prefiero no revelar. Solo diré que fue una persona muy especial para mí, que me hizo vivir una experiencia inolvidable, que me hizo sentir cosas que no había sentido antes, que me hizo soñar cosas que no había soñado nunca. Fue una persona que me marcó, que me cambió, que me hizo feliz.

Entrevistador: Pues muchas gracias, Jessica, por compartir tu historia con nosotros. Ha sido un placer escucharte y conocer tu visión de Toledo. Esperamos que vuelvas pronto a esta ciudad que tanto te gustó, y que sigas disfrutando de su magia y de su poesía.

Jessica: Gracias a vosotros, ha sido un honor participar en esta entrevista. Y sí, espero volver pronto a Toledo, y reencontrarme con su río, con su gente, y con Daddy. Toledo es una ciudad que siempre llevaré en mi corazón.

Origen