cabecera de "Silencio en tus labios" Ana

Los milagros existen

Introducción

En la anterior entrada comentaba que los de la convivencia se trasladaban al otro pueblo, donde se juntarían con los de la otra convivencia pascual para comer y tener una asamble final de cierre de estos días de Pascua.

En ese traslado al otro pueblo, la curiosidad y la novedad es que de no haber sido porque la distribución por los coches ya estaba establecida de antemano, Ana no hubiera tenido demasiado reparo en llevar a Manuel, pero se tuvo que limitar a gritar su nombre y dedicarle una sonrisa, siendo esa la primera ocasión en la que Ana da pistas sobre la identidad del chico de sus sueños.

Ana gritando el nombre de Manuel Pexels.com

Siendo 19 jóvenes, aparte del sacerdote, en la novela queda constancia de que al menos se desplazan en 4 coches, el de Carlos, el de Ana y los dos de Toledo, cabe pensar que habrá un quinto coche, el del sacerdote. No fue un detalle por el que me preocupé a la hora de escribir la novela, dado que no lo considere relevante entonces.

La cuestión, en todo caso, es que el pueblo al que se trasladan tampoco se encuentra demasiado lejos, por lo cual el trayecto es corto. Para la historia me pareció importante que fuera ese grupo y no lo otros quienes se movieran para así añadir un poco más de intriga y emoción al momento en que se haga oficial eso de que Ana tiene novio y se haga pública la identidad de éste.

El saludo

Cuando llegamos al otro pueblo, ya nos esperaban, porque habían previsto un rato de oración en común antes de la comida. No hubo tiempo para muchos saludos. 

Manuel. Silencio en tus labios, Domingo, 20 de abril, 2003 (9)

¿Cómo hubiera sido ese saludo en caso de que hubiera habido tiempo?

Lo lógico es pensar que unos y otros se hubieran saludado interesado por saber cómo les había ido en la Pascua, un poco por comparar y un poco por dar a entender que a pesar de haber estado en pueblos distintos en el fondo han compartido lo mismo y la alegría por la Resurrección, por la Pascua es la misma para todos.

plaza de un pueblo, carácter ilustrativo

Por lo que sabemos y los del otro pueblo desconocen, es que la noticia del día no está tan solo en la Pascua, sino en el hecho de que se espera que por fin Ana desvele a quienes aún lo ignoran la identidad la identidad del chico que ha cautivado su corazón, que si no es uno de los que estaban en esa convivencia ha de estar en la otra, que descartados aquellos la criba y búsqueda se ha de hacer entre los chicos de esta convivencia.

Es decir, el saludo hubiera sido algo así:

– «Felices Pascuas. A nosotros nos ha ido bien ¿y a vosotros? En nuestro caso, además, traemos una buena noticia, Ana tiene novio y nos ha asegurado que será aquí cuando nos le presente»

– Felices Pascuas. A nosotros nos ha ido bien. ¿A qué Ana te refieres?

– A Ana. A nuestra responsable de la convivencia y la dirigente del grupo parroquial

– Sí, claro, Ana. Me alegro por ella. Me habían comentado que llevaba algún tiempo con el ánimo decaído.

Ana alegre (imagen oficiosa para la web) // Copilot designer

Sería un milagro

Se entiende ,y como tal pretendo que de la novela se deduzca, que el hecho de que Ana rehaga su vida tampoco tiene porque suponer ninguna novedad. todo el mundo tiene buen concepto de ella y aunque el tema de su enfermedad no sea algo conocido por todos, a nadie le tiene que extrañar que en circunstancias normales, si esa es su vocación, más pronto que tarde el amor vuelva a llamar a su corazón.

Cuestión a parte y más difícil de asumir sería que el protagonismo de esta feliz noticia se refiera a Manuel, por supuesto se entiende que los amigos también se alegran de que éste asiente la cabeza y que en ese desafortunado afán por ganarse el corazón de alguna chica, encuentre alguna que le corresponda.

Se supone que la gente de la convivencia de este segundo pueblo son en su mayoría gente de Toledo, gente que conoce a Manuel y por lo tanto se puede tomar con un poco más de incredulidad la noticia de este noviazgo. Por lo cual, el hecho de que sea Ana quien acapare todo el protagonismo en ese sentido a él le deja en un segundo plano.

Manuel (imagen oficiosa para la web) // Copilot designer

¿Quién ha hecho el tonto?

Confesar que Manuel fue a la Pascua soltero y regresará a casa con el corazón de una chica, implica tener que admitir que quizá su participación en la Pascua no ha sido tan desinteresada. Ya sabemos eso de que «A la Pascua nos se va a hacer el tonto».

En caso de que no se le pueda recriminar a Manuel las razones de su asistencia a la Pascua, las miras se han de dirigir hacia las chicas de Toledo y hacia Ana.

A las primeras porque fueron quienes convencieron a Manuel de que hacía mal dejando que sus temores le impidieran vivir la Pascua con normalidad, que debía empezar a superar las experiencias y torpezas del pasado, ya que cada Pascua es única y distinta.

A Ana se le puede recriminar que siendo la dirigente no haya tomado alguna medida sería para evitar que Manuel repita las torpezas de siempre. Es más, se puede llegar a pensar que en esa ocasión ha sido Ana quien ha estado poco centrada, ya que como trasfondo de esta Pascua ha estado ese demostrarse a sí misma que no era tan descabellado eso de darse una oportunidad con Manuel.

Hay prisa

El caso es que debido a la prisas, a que han de tener un pequeño rato de oración antes de la comida, esta vez hay ocasión ni oportunidad para que Ana y Manuel comparta banco.

No hay tiempo para organizarse y Ana prefiere quedarse con las amigas, se entiende que con aquellas con las que tiene más confianza y ya conocen su secreto, aparte que cabe suponer que entre las chicas de esta segunda convivencia también haya chicas con las que mantiene una mayor amistad y complicidad, por lo cual espera confiar en ellas.

Ana parece querer dar a entender ante todo el mundo que tiene sus prioridades, que lo primero es la Pascua y sobre todo que confía en que lo suyo con Manuel tendrá una continuidad, que no se terminará por el hecho de que vayan a regresar cada cual a su casa, más cuando ella ya le ha confesado su amor y aun hay tiempo para que hablen, para que su relación se haga pública.

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