Introducción
No hay mucho más que decir sobre esta conversación, este compartir confidencias a la sombra del árbol en la plaza, porque la asamblea final está a punto de comenzar y ya se empiezan a dar cuenta de que, por mucha privacidad que quieran tener, todo el mundo se ha percatado de que se han apartado del grupo para hablar.
Puede decirse que a simple vista, y por la actitud de uno y otro. es más que evidente que ahora sí se le puede poner cara y nombre a ese supuesto nuevo amor de Ana al que se lleva aludiendo desde primera hora de la mañana.
¡Que sí, que se trata de Manuel! Y no, no parece que Ana se le haya querido llevar a parte para pedirle por favor que la olvide y deje vivir en paz esa nueva relación sentimental que se está iniciando en su vida.
Quienes conocen a Ana saben que es una chica con un corazón de oro y, aunque no tenga porqué justificarse ante nadie por sus sentimientos, y menos aún ante quien se ha convertido en pequeño incordio, tampoco quiere malentendidos ni conflictos.
No es un: «¡me voy con X para que me dejes tranquila!«, porque ya sabemos que Ana es una chica con algo de carácter cuando se trata de ir por la malas. No se trata de zanjar un asunto, darle carpetazo, como se suele decir. Sino de convertir en un sueño feliz lo que hasta ahora no tenía demasiado claro cómo definir, de darse una oportunidad el uno al otro.

Correspondencia moderna
No hemos de olvidar que estamos en abril de 2003, que en aquella época ya funciona eso del intercambio y envío de email, incluso grupales, que lo de los chat y las redes sociales ya empezaba a ser una realidad por aquel entonces, aunque fuera una tecnología que estuviera en sus inicios y a nivel de la calle aún no se tuviera demasiado claro cómo evolucionaria.
Tanto Ana como Manuel son usuarios de esta tecnología, como sabemos por el hecho de que ambos participan de ese chat de citas de manera anónima, cada uno por su cuenta y casi sin que sus amistades sean conocedores de ello y tampoco algo de lo que quieran presumir. Hay un respeto a su privacidad, a su anonimato y un temor a que tras esos mensajes en la pantalla del ordenador, haya quien menos se esperan.

Intuimos, o al menos eso es lo que intento dar a entender con estas reflexiones en el blog, que Ana sí tiene un aligera sospecha y casi convencimiento de quién se esconde bajo la identidad de «El Poeta», ese amigo que ella se ha encontrado en Internet, que quizá sea menos discreto de lo que éste supone y ha dejado demasiadas pistas.
Correspondencia tradicional
El caso es que. aunque lo mencione con posterioridad y no se aluda a ello en el desarrollo de esta conversación, debido a la que relacion se ha de mantener a distancia, porque viven en ciudades distintas, con al menos dos horas de coche por carretera, lo de verse con frecuencia se les presenta un poco complicado, pero de alguna manera han de mantener la comunicación y avivar este amor.
Como en la novela ya se ha aludido a ese intercambio de correspondencia, se sobreentiende que ambos se muestran de acuerdo en seguir con el mismo método, que no hace falta que se intercambien direcciones, porque ya las conocen.
Si acaso, los números de teléfono, aunque después de haber estado en la convivencia de la Pascua y siendo Ana la responsable, se deduce que ella ya cuenta con toda esa información con respecto a Manuel.

No, no hay intercambio de direcciones de correo, por muy moderno que sea o que ello pueda favorecer esa comunicación y acercamiento entre ambos. Lo cual puede parecer propio de la mentalidad de la época en que escribí la novela, pero también se puede ver en este detalle parte de las sutilezas y del trasfondo propio de la historia.
¿Email o carta?
Los email llegan al instante y se leen en cuanto se mira el buzón de correo en el ordenador, incluso se responden con la misma celeridad, con mayor intercambio de información y la posibilidad de intercambiar algo más que texto. Debido a las distancias en su caso parecería lo más apropiado. Tienen mucho que decirse, que compartir y lo que les van a faltar son ocasiones para verse.
Las cartas pueden tardar varios días en llegar a su destino y otro tanto en recibir la respuesta, salvo que uno y otro escriban por impulso y cuenten lo que les parezca. Además, dependen en gran medio del funcionamiento del servicio de Correos y de la confianza en que dichas cartas lleguen puntualmente a su destinatario

Se entiende que entre que se envía una carta, se recibe respuesta y se responde, hay tiempo para pensar, para ilusionarse con la reacción, ya que se confía en que sea recibido con agrado, tanto o más como la curiosidad y el ímpetu por la respuesta, por saber qué nueva confidencia se comparte.
Teléfono
Aunque no puedan quedar para verse con la frecuencia que les gustaría, siempre cabe la alternativa de teléfono, por aquel entonces el teléfono se utilizaba sobre todo para hablar, aunque ya hubiera intercambio de mensajes de texto, necesitando, en todo caso, estar en sitios que tengan cobertura y ocasiones en que los dos se puedan reservar parte de su tiempo para coincidir y compartir

¿Se entenderán en la distancia?
A partir de ahora la relación queda pendiente de la capacidad de ambos de buscar y fortalecer esta relación a pesar de la distancia y de los problemas que puedan surgir.
Hasta ahora, a lo largo de los meses previos, por lo que se relata en la novela, la distancia ha servido para que cada uno mantuviera su tiempo y su espacio, para Ana ha sido liberador regresar a casa, tras acudir a esos encuentros en Toledo, aunque entendemos que en las semanas previas esa separación ha sido motivo de inquietud ante el hecho de no verse, con el alivio de que eran las amigas quienes le informaban y la expectativa de reencontrarse para la convivencia.
Para Manuel, Ana ha sido una chica que ha acudido a Toledo según ésta ha considerado, sin previo aviso por su parte y sabemos que su reencuentro en la convivencia no es algo que como tal Manuel se hubiera planteado como una certeza, por lo cual el hecho de pensar que ahora Ana estará pendiente de esas llamadas, de esas cartas románticas, supone toda una novedad.
Se verán pronto
Es más, a partir de ahora, cuando Ana vaya por Toledo, aparte de informar a las amigas para hacer planes con éstas, en esa lista de gente a la que avisar estará Manuel, con la necesidad de ponerse de acuerdo y encontrar tiempo para compartir, más que para evitarse, como ha sucedido hasta ahora.
De hecho, se empezará a plantear más en serio eso de que sea Manuel quien salga de casa, de Toledo y le haga la correspondiente visita a Ana, que quizá no sea tan fácil eso de que en la ciudad de Ana se organicen actividades para todo el grupo, pero ya hubo una convivencia en Navidad.
Además, si la relación ha de tomarse en serio, habrán de pensar en hacer planes por su cuenta, para ellos dos, dado que Ana querrá que Manuel conozca un poco más su vida personal, esa faceta que hasta ahora ignora y por su parte Ana querrá descubrir esa parte de la vida de Manuel de la que tan solo ha tenido referencia por terceras personas.
La intención es que poco a poco sus vidas separadas empiecen a ser una sola, empiecen a buscar la manera de acortar distancias y pensar en un futuro en común, para lo que se requerirán muchas horas de teléfono, muchas cartas, pero sobre todo mucho tiempo que se dediquen el uno al otro.

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