cabecera de "Silencio en tus labios" Ana

La asamblea final

Introducción

La conversación de nuestra pareja de enamorados acaba cuando les llaman para la asamblea final, para que vuelvan a poner los pies en la tierra y se den cuenta de donde están, por mucho que les vaya a doler tomar conciencia de la realidad, que esta felicidad que les embarga no se puede eternizar. El tiempo no se ha detenido para los demás.

Han tenido tiempo de hablar de mucho, pero su conversación termina con al sensación de que se les ha hecho breve y que aún tienen mucho que decirse, que a ninguno de los dos le importaría seguir a la sombra de aquel árbol, al margen de todo el grupo, mientras no sea de verdad hora de marcharse, de separarse de manera irremediable hasta un próximo reencuentro.

En estos momentos Ana querría hacerle hueco a Manuel en su coche y llevársele a casa, al igual que Manuel desearía que los amigos de Toledo que le han traído y con los que ha de regresar no llevasen prisa y no les importase demasiado desviarse de su ruta para seguir al coche de Ana y que le dieran la oportunidad de pasar otros quince o veinte minutos con ésta o el resto de su vida.

Tomados de la mano

Si en ocasiones anteriores, en otras reuniones ya se ha hecho mención sobre cómo se han sentado cuando están en grupo, de la actitud de uno y otro, esta vez todo es diferente, sobre todo porque no tienen reparo a que les vean juntos, porque Ana ha tomado a Manuel de la mano para que no se aleje de su lado, para que todo el mundo entienda que ahora están juntos.

La primera reunión fue en diciembre, cuando se puso de manifiesto que Ana es una chica con una vida muy intensa, mientras que Manuel lleva una vida, más bien, tranquila. Entonces es fácil suponer que mantuvieron las distancias, que si no se sentaron el uno frente al otro, poco les debió faltar.

La última ocasión ha sido durante la charla por la Vigilia Pascual, dada por Ana, en donde a ésta sí le preocupa que Manuel se sitúe cerca sobre todo que la escuche que le preste atención, porque de manera intencionada pretendía hablar para él, que aquello sirviera como un anticipo de esa declaración de amor, previa al camino de Emaús.

Ahora se sientan juntos, el uno al lado del otro y tomados de la mano, tanto por ellos mismo como porque les vean los demás. es la manera de hacer público y oficial que ahora son pareja y despejar cualquier duda al respecto. Sí, Manuel es el chico que ha cautivado el corazón de Ana. No hay que hacer mas especulaciones al respecto

Dando testimonio

Ana es quien participa de la asamble y da testimonio de lo que han sido estos cuatro días, mientras que Manuel opta por el silencio, por o acaparar el protagonismos, dado que se siente un tanto cohibido y de algún modo entiende que en estas circunstancias es mejor que guarde silencio, consciente de que por hablar de más podría cometer alguna torpeza.

Ana alegre (imagen oficiosa para la web) // Copilot designer

A grandes rasgos, consciente de que la situación suscita un cierto interés, una curiosidad, morbosidad, Ana reconoce que ha vivido esos días desde la humildad y el recogimiento, admitiendo que se había tenido que mostrar un poco más comedida debido a la presencia y actitud de Manuel, frente a esa idea de que ella acostumbra a ser quien más destaca y sobresale, más cuando su condición de dirigente la situaba en un lugar destacado.

En esta ocasión más que las palabras, su testimonio está en los hechos, en la constatación de que había iniciado aquella pascua con la duda e incertidumbre con respecto a su situación, a su futuro, pero que regresaría a casa llevando en su corazón el amor de quien ya consideraba «su chico», ese al que tenía agarrado de la mano y que no quería soltar.

Manuel (imagen oficiosa para la web) // Copilot designer

Por su parte Manuel guarda silencio, aunque sea alguien que quizá tenga mucho que contar y que compartir, porque había llegado al pueblo con la incertidumbre de no saber cómo terminaría aquella convivencia, se asustó al encontrarse con Ana, por el temor a que ésta le rechazase y pidiera que se marchara, que no la incomodase con su presencia ni con su actitud.

Ha sido un chico que desde el primer momento ha visto cómo sus temores se han ido desvaneciendo poco a poco, que vio como Ana le recibía con una sonrisa y le trataba después con una cierta frialdad, con indiferencia, lo que le dejaba un tanto contrariado y obligado a estar más centrado en la Pascua, sin perder del todo el interés por Ana.

En realidad puede decirse que para aquellos que han compartido estos días con él poco tiene que contar, porque todos le han visto y tenido ocasión de verle cometer alguna que otra de sus torpezas. Las amigas de Ana, conocedoras de sus sentimientos de ésta, incluso se han llegado a maravillar de la paciencia de ésta por tener en tan buen aprecio a un chico así.

Manuel entiende que ahora es mejor que se mantenga callado, que tampoco tiene mucho más que aportar con su ejemplo de vida, de su experiencia, que lo relevante es que llegó con las manos vacías, dispuesto a darse una oportunidad por participar en una de las actividades del grupo y se marchará a casa con el corazón henchido de amor y la autoestima por los cielos.

Origen