cabecera de "Silencio en tus labios" Ana

Planes con el chico imperfecto

Introducción

Ahora que nuestros protagonistas ya parece que han formalizado su relación, que se ha abierto una vía de comunicación entre ellos, es momento de llevar esta relación un poco más allá, que no se quede en lo de siempre ni en lo que ha sido hasta ahora. Es momento de ser un poco más decididos e implicarse de manera más personal.

La pregunta es:

  • ¿Quién ha de llevar la iniciativa?
  • ¿Cuáles son esos cambios que se han de producir en su relación?
  • ¿Cómo se han de gestionar estos cambios?
  • ¿Qué tiene que cambiar y hasta qué punto?
  • ¿Quién de los dos tiene más peso en la relacion?
  • ¿Quién ha de ceder más o menos?

Demasiadas preguntas con el inconveniente de que ahora mismo la relación se ha planteado como algo a distancia, con intercambio de cartas y de llamadas de teléfono con más o menos frecuencia, siempre que las circunstancias de uno y otro favorezcan que tengan tiempo para dedicarse.

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Ana ha regresado a casa de la convivencia de la Pascua, llena de ilusiones y grandes expectativas, superados sus temores y recelos en cuanto a esta relación; dispuesta a darle una oportunidad a Manuel y sobre todo a sí misma, por todo lo que esto implica. Sobre todo porque se siente capaz de manejar la situación. Confía firmemente en haber dado el paso correcto con el chico adecuado

Llámame

Con Manuel resulta fácil hacer planes a largo plazo, la convivencia terminó el 20 de abril y el próximo encuentro en Toledo será el sábado 24 de mayo. Ana acudirá el viernes por la tarde. Mientras tanto que fluya ese intercambio de correspondencia,

En principio tan solo van a ser cinco semanas sin verse, pero, como se ha abierto esa vía de comunicación entre los dos, parece un detalle irrelevante el hecho de no hablar, mientras haya ese intercambio de cartas, mientras funcione el servicio de Correos.

Esa expectativa, ese compromiso de hablar por teléfono, no se ve satisfecha. Manuel no llama ¿habrá perdido el número? ¿tendrá el número equivocado? ¿Acaso no quiere escuchar la voz de Ana? ¿Estará fuera de cobertura? ¿Sin batería?

Ana hablando por teléfono // Copilot designer

Ana tampoco quiere ser quien tome la iniciativa. ¿qué se va a pensar Manuel? Ella no es una chica tan lanzada ni impulsiva. ya se precipitó un poco al confesarle su amor, por pura frustración ante la frialdad y el silencio de éste. Ahora prefiere que sea él quien demuestre interés, que esto de saber el uno del otro sea por parte de los dos.

Si fuera cualquier otro chico al que está hubiera dado un voto de confianza, lo más seguro es que la misma noche del 20 de abril ya la hubiera llamado para recordarle lo mucho que la quiere y confesarle lo mucho que la echa de menos, para desearle felices sueños y reafirmarse en su intención de verse el 24 de mayor.

Sin embargo, en estos primeros días, semanas, recibe tan solo recibe llamadas de sus amigas o del trabajo. Las primeras para compartir confidencias y planes de chicas, para que les cuente cómo le va con su nuevo novio.

Las llamadas del trabajo son parte de su rutina, porque no se puede quedar cruzada de brazos mientras espera esa llamada que no llega. Son asuntos de la gestoria, sin ninguna implicación personal, donde la prioridad es plantear alguna consulta de tipo contable o económico.

Ana en actitud de trabajo (imagen oficiosa para la web) // Copilot designer

El problema es que Ana tiene la sensación de que Manuel no se implica lo suficiente. Ella necesita de un poco más de compromiso por su parte, que no se conforme con responder a las cartas que ella le envía. Que si éste no llama es porque se justifica con que ella es una chica trabajadora y él no quiere ser inoportuno.

Si ya durante el camino de Emaús les costaba hablar en persona, el hecho, la posibilidad de hablar por teléfono, parece cohibirle. Todo lo que tiene que compartir se lo dice por carta, y así ella lo leerá cuando tenga tiempo, que no quiere agobiarla.

Manuel (imagen oficiosa para la web) // Copilot designer

¿Mis amigas o tú?

La relación entre ellos aún no esta tan afianzada como para que Ana considere que se haya de tomar demasiadas confianzas. Que sí, que se verán el fin de semana del 25 de mayo, de viernes a domingo, pero ella prefiere buscar alojamiento en casa de alguna de las amigas, cómo es su costumbre. Ya se verán en el encuentro y saldrán a cenar con los amigos.

Ana es una chica decente, responsable, entiende que su relación no está tan avanzada como para que se hayan dejar a un lado las buenas formas y la compostura. Después de todo, Manuel no deja de ser un chico como cualquier otro y Ana necesita dejar claro ante todo el mundo que sus visitas a Toledo, para asistir a esos encuentros del grupo, no se plantean como una excusa para tener una escapada romántica.

Manuel aún vive en casa de sus padres. Por mucho que Ana se sienta enamorada, lo de conocer a los padres de éste aún es un poco precipitado, más cuando sería para tener alojamiento durante el fin de semana. Le resulta comprometido y precipitado, tanto por el hecho en sí como por el qué dirán

En cierto modo, la casa de su amiga le ha de transmitir la misma seriedad y formalidad que si estuviera en casa de sus padres. Ella necesita hacerse respetar y dejar las cosas claras desde el primer momento.

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