Introducción
La tarde del domingo del 11 de mayo de 2003 parece la ocasión idónea para llamar a Manuel. Ana está segura de que a él le hará ilusión escuchar su voz, aunque quizá no tanto que ésta se lamente de que no haya sido él quien tomara la iniciativa en ese sentido. Que lo de cartearse está bien, pero también cabe la posibilidad de hablar por teléfono, es más directo, cercano y no depende de terceras personas
¡Vaya un novio se ha buscado Ana! Pues sí, por suerte o por no tan buena suerte, resulta que no es el chico ideal, tiene defectos, y el hecho de mantener esta relacion a distancia no parece que sea muy favorecedor en ese sentido. No pueden hacer planes para verse con la frecuencia que les gustaría y lo de pasar horas al teléfono para hablar de vanadildades aún no es algo que se haya inventado ni patentado.
Lo del típico «cuelga tú» es algo que parece tan solo les sucede a otros, porque en esta pareja se lleva más eso de «llama tú» y ninguno de los dos llama.
Sin embargo, en esta ocasión Ana decide tomar la iniciativa. Tiene un plan, y necesita saber si Manuel se apunta o no. Se podrán ver dos fines de semana consecutivos, siempre y cuando él esté dispuesto a moverse de Toledo.
El plan de Ana
El fin de semana del 17 de mayo hay un encuentro en su ciudad, organizado por su diócesis, un evento abierto a todo el mundo al que Ana tiene intención de acudir, pero al que no le apetece demasiado ir sola, menos ahora que considera que ya tiene novio al que recurrir en estos casos.
El fin de semana del 2-5 de mayo hubo un encuentro de jóvenes con el Papa en Madrid, en Cuatrovientos, al que por cuestiones de agenda o sus circunstancias ni Manuel ni Ana pudieron acudir, pero lo que se organiza en la ciudad de Ana por parte de su diócesis, será mucho más tranquilo, menos multitudinario y agobiante, con más comodidades.
Si Manuel se anima a acudir, podrán pasar el fin de semana juntos. Ella se ocupará de buscarle alojamiento en casa de alguno de los chicos de su grupo parroquial, igual que ella se refugia en casa de las chicas de Toledo cuando acude a los encuentros. Tranquilo que no le va a meter en casa, que no se habrá de enfrentar a sus padres. Ana aún considera que es demasiado pronto para una presentación formal en ese aspecto
Si Manuel viene, ella se ocupará de esperarle en la estación en caso de que no traiga su propio coche. Mimos y atenciones no le van a faltar, porque Ana espera presumir de novio y demostrarle que su compromiso es en serio, casi como ella confía en ser tratada cuando acuda a Toledo. ¡Qué ya presume de novio ante las amigas!
Ahora será ella quien hará lo imposible por no despegarse de su lado, por acaparar su atención, que salvo para dormir y en los momentos en que necesite intimidad, ella va a estar ahí para él, de manera que no tendrá que inquietarse ni preocuparse por nada, en caso de que le agobie eso de verse fuera de su ambiente aunque tampoco estará rodeado de extraños, a la gente de la parroquia ya les conoce de la convivencia de la Pascua y de los encuentros en Toledo.
Se encuentra en casa
Por lo que sabemos de Manuel, porque así ha dado evidencias de ello en lo acontecido hasta ahora en la novela, es un chico de lo más aburrido, sin compromisos, sin demasiada vida social, que si no es porque está implicado con el grupo parecería que no tiene vida. Es más, no resultó demasiado complicado convencerle para que acudiera a la convivencia de la Pascua.
Es decir que cuando la tarde del 11 de mayo Ana le llama por teléfono tiene la certeza y confirmación de que éste se encuentra en casa, aunque sea domingo por la tarde y pleno mes de mayo. ¡Cómo para preocuparse de que se haya ido con otra!
Quien se sorprende y de manera grata es Manuel por recibir esa llamada, porque sea Ana quien haya tomado la iniciativa. Ante lo cual responde y reacciona con alegría, que si él no la ha llamado a ella ha sido por no molestarla, porque Ana sí es una chica que no para, salvo que sus problemas de salud le obliguen a ello, pero se siente llena de vitalidad.
Ya tiene planes
La conversación se desarrolla con normalidad, con alegría y con un amor que fluye en ambas direcciones, hasta que Ana saca el tema del plan para el fin de semana, como algo que le llena de ilusión compartir con él. El importante es el sábado 17 de mayo, pero, si Manuel quiere, puede acudir el día antes. Si no tiene demasiada prisa, cabe la opción de quedarse hasta el día siguiente.
La respuesta de Manuel sorprende y decepciona a Ana a partes iguales. el chico con menos vida social de todo el universo infinito, precisamente para ese fin de semana, que ya es mucha casualidad, ya tiene un compromiso ineludible. Un tema personal que no tiene relación con las actividades del grupo y que según argumenta tampoco puede aplazar
Quizá tuve una reacción un poco exagerada, pero le mandé a hacer gárgaras. Le recriminé que no me tomara en serio, que se tomara aquello como un juego, aunque yo le hubiera abierto mi corazón. No hizo falta que le dijera nada, bastó con que colgase el teléfono, porque había perdido todo el interés por hablar con él.
¡Ahí te quedas!
El desplante, como es lógico, deja a Ana completamente decepcionada, frustrada, porque el chico en quien ha puesto todo su amor, sus ilusiones, resulta que tiene una vida que ella no conoce y en la que tampoco le deja participar. Así se entiende que no la haya llamado ni una sola vez en estas tres semanas.
Si Manuel ya tiene planes, en los que ella no puede participar ni sentirse participe de algún modo, tampoco éste necesita que le considere su novio ni tenga el más mínimo interés por saber de sus existencia o intentar tener un futuro en común.
Ana se siente como la pobre idiota que se ha dejado engatusar por sus encantos, pero que al final, como les ha sucedido a todas, ha descubierto que este chico es más falso que nada.
¡Qué ya tiene planes para el fin de semana dice! ¡¿Qué se habrá pensado este idiota, que soy una chica para un rato?! ¡¡Qué te aguante otra majo!! ¡A mí no me vuelves a ver el pelo! ¿Cómo es eso que dicen? Así «mejor sola que mal acompañada», seguro que esto lo digo alguna chica que tuvo la mala suerte de conocerle y tuvo la madurez de darse cuenta a tiempo de su error.
Disfruta de tu fin de semana, del fin de semana de encuentro en Toledo y de todos los demás, porque los que te queden de vida los van a tener libres para hacer lo que te dé la gana. ¡No cuentes conmigo! Es más, si quieres algo, ya sabes donde estoy, vienes y me lo dices a la cara.
Si no sabes dónde vivo, investigas y, sobre todo, te las apañas para venir, porque no pienso mover ni un pelo de mi cabeza para facilitártelo. Es más, creo que ni siquiera estaré en casa, si me entero de que va a venir, porque si no tengo otros planes para entonces, tranquilo que me los busco.
Tras el último verso 
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