Introducción
Tenemos a nuestra pareja de enamorados, protagonista de esta historia, de la novela, defraudados y distanciados por causa de un malentendido, porque da la sensación de que frente al entusiasmo y ganas de más por parte de Ana, nos encontramos con la pasividad y frialdad de Manuel, de tal manera que no hay un buen entendimiento entre ellos.
La felicidad, el romanticismo, a penas les ha durado tres semanas, lo que ha tardado Ana en cambiar sus planes para verse antes y con más frecuencia, mientras que por su parte Manuel ha ajustado su vida a lo hablado y acordado entre ellos en un primer momento, salvo por el pequeño detalle de que no ha habido comunicación telefónica, que por su parte da la sensación de que nada tiene que cambiar, o al menos no con prisas


Una novela, dos versiones
- La versión de Manuel
Si nos ceñimos a lo que se cuenta en la versión de Manuel, esa que se supone está escrita desde el futuro y en la que se sabe por adelantado lo que va a ocurrir, esta pequeña discrepancia entre ellos tendrá solución. será cuestiones de unas pocas semanas que vuelvan a hablarse y aquí no ha pasado nada.
Es decir, después de sólo tres semanas sin vernos, con el constante anhelo del reencuentro, como ella pretendía y a mí no me hubiera importado, si ello hubiera sido viable, tuvimos que esperar varios meses porque, aparte de aquella primera crisis en nuestra relación, se interrumpió la correspondencia y las llamadas telefónicas habidas hasta entonces, un silencio que duró algunas semanas, porque ninguno de los dos estaba seguro de seguir con aquello, si antes el otro no planteaba la reconciliación por el temor de no obtener respuesta.
Manuel. Silencio en tus labios, Mayo 2003 (1)
Cuenta y reconoce que Ana corta toda comunicación. Que no le llega a bloquear en el móvil, pero tampoco responde a sus llamadas, porque ahora que siente que la pierde, que ha metido la pata, recurre al teléfono y no únicamente al servicio de Correos para enviar carta de disculpa que tampoco reciben respuesta.
El reencuentro del 24 de mayo no llega a producirse, Ana opta por no acudir a Toledo, porque no se encuentra con ánimos para verle la cara con Manuel después de que éste la haya dejado plantado, más bien, sin plan para el fin de semana del 17 de mayo.
Si Manuel quiere algo de ella, se va a tener que presentar en persona en su casa y ser él mismo quien se lo diga en persona, aunque tampoco haya ninguna certeza ni seguridad de que ella vaya a querer recibirle. Además, para Manuel eso de moverse de una ciudad a otra no es tan fácil, no cuenta con los recursos que tienen Ana, quien puede acudir a las amigas sin mayor problema ni compromiso.
De hecho, el gran temor de Manuel, aparte de las dificultades de plantearse ese hipotético viaje de reconciliación y reconquista, es que si se ha de presentar en casa de Ana lo más probable es que se tope con los padres de ésta, consciente de que él no es un chico de primeras buenas impresiones, menos aún después de que Ana sienta que le ha partido el corazón.
- La versión de Ana
Esta versión de la novela cuenta los acontecimientos desde el presente, cuesta un poco intuir el desarrollo y desenlace de los acontecimientos. Ana no se precipita, no anticipa. Escribe más desde el corazón y no tanto con la cabeza
Me encontraba con esa situación que durante todo el año anterior había intentado evitar, ese motivo por el que no encontraba ninguna razón para acudir al retiro; no me sentía con ánimo para verme las caras con Manuel, de manera que, si quería algo conmigo, tendría que ser él quien me buscase, porque yo no movería un dedo por conservar nuestra relación ni mantener aquella comunicación que se demostraba infructuosa. De nada servía que me ilusionara con un noviazgo que en la práctica no tenía ninguna consistencia.
No queda claro lo que va a pasar, tan solo su determinación de no moverse de su ciudad, descarta todo viaje y acercamiento a Manuel porque se siente desencantada y defraudada con él, que ha puesto todas sus ilusiones y expectativas en alguien que no le responde ni corresponde como a ella le gustaría.
Hasta cierto punto, casi da a entender que se culpa a sí misma por este repentino fracaso en la relación, a esa falta de entendimiento, que en su momento ya había provocado que Carlos, su anterior pareja, y ella se distanciaran. Ambos llevan vidas muy diferentes. Lo que entonces fue la causa de aquella separación, ahora se vuelve a repetir, pero siendo ella quien exige de más.
La curiosidad de Ana
Lo que se cuenta en la versión de Ana y que es, de algún modo, un claro indicativo de hacia dónde se dirige el desarrollo de la novela a partir de ahora, es la mención que hace Ana de los problemas y conflictos que parece haber mantenido con su hermana, se deduce que a cuenta de algún chico.
Al menos me quedaba el consuelo de que mi hermana Marta no andaba por medio y que tampoco había motivo para pensar que a Manuel le fuera a sustituir alguno de sus hermanos, a los que aún no conocía, a pesar de que tenía constancia de su existencia y hubiera gente del Movimiento que les conociera.
Ana. Silencio en tus labios. Mayo, 2003 (1)

También alude a los hermanos de Manuel, en el sentido de que ella no tiene intención de interesarse de manera personal por ninguno de ellos. en el sentido de dar a entender que es conocedora de la vida de Manuel, que como ya ha quedado de manifiesto en la novela, su interés por éste va más allá de esos sentimientos o primeras impresiones más o menos favorables que éste le haya causado.
Se puede interpretar que, a pesar de lo frustrada y desencantada que Ana se puede llegar a sentir con esta relación, que tampoco vea demasiado fácil que vaya a haber una continuidad, porque ha quedado en evidencia que no tiene al suficiente consistencia, si por un simple desencuentro se acaba con todo, tampoco se ha rendido del todo, aunque se vaya a mantener firme en su postura.
yo no movería un dedo por conservar nuestra relación ni mantener aquella comunicación que se demostraba infructuosa.
¿Habrá reconciliación?
Ahora mismo, la única razón para pensar que esta historia no ha llegado a su fin es que se trata de una novela, una historia de ficción y quedan muchos capítulos por delante. Nos hemos de fiar más de la versión de Manuel que la de Ana para intuir lo que pueda pasar a continuación.
Lo que está claro es que para la historia este desencuentro ha de suponer un punto de inflexión, un darse cuenta de que, aunque de algún modo, todo haya de seguir igual, también se han de producir cambios que favorezcan ese acercamiento y entendimiento dentro de la pareja.

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