cabecera de "Silencio en tus labios" Ana

Discernimiento sentimental

Introducción

Como ya sabemos, Ana se ha enterado por las amigas de que Manuel se ha planteado hacerle una visita; pretende sacarle partido a las actividades del verano para presentarse en casa de Ana y, al menos, hablar con ella, si es que no consigue reconquistarla. Es decir, Manuel vuelve a querer hacer las cosa a su manera.

La oportunidad se le presenta con la convivencia de novios a finales del mes de julio. Será en la misma ciudad donde reside Ana y nos podemos imaginar que su intención es aprovechar que le llevan y, en descuido, saltarse a la torera eso de hacer lo que todo el mundo y escaparse en busca de Ana, si es que ésta no ha acudido a la convivencia.

Manuel parece dispuesto a hacer locuras por amor, para demostrarle a Ana que en estos meses de silencio, sin respuesta por parte de ésta, no ha perdido el interés. En cierto modo, se siente obligado, porque fue él quien le falló cuando ella le propuso esa primera visita y porque adoptó una postura cómoda en la relación.

Él no es lo que se diría un chico demasiado lanzado en cuestiones del corazón y quizá sea lo que más le puede recriminar Ana en ese sentido, lo que más puede justificar que ella se resista a romper este silencio premeditado. Ella fue, quien antes de colgarle el teléfono, en un arranque de impotencia, le dijo que, si quería algo de ella, ya sabía dónde podía encontrarla, que hasta entonces no tendría interés por hablar con él.

Las cosas no se hacen así

Por lo que sabemos, por lo que se cuenta en la novela o podemos deducir de lo sucedido hasta ahora, Ana sigue enamorada, aunque su negativa a responder a esas cartas, a esas llamadas y mensajes de sms, se deben un poco a una pequeña jugarreta, por no ser ella quien ceda o lleve la iniciativa y en parte porque pretende que Manuel se espabile un poco.

Lo cierto es que eso de que se haya planteado venir a verla, afrontar esas dos horas de coche para intentar recuperar su corazón, a Ana, en el fondo le encanta, el entusiasma. ¡Sí, lo va a hacer por ella!

Sin embargo, si lo hace, mejor que sea de la manera correcta, que Manuel sea consciente de la relevancia e importancia del paso que pretende dar. Ana le llama «tonto» de manera afectuosa, pero tampoco hay necesidad de que se gane ese apelativo despectivo por méritos propios.

Manuel ya ha recibido por parte del grupo alguna llamada de atención por hacer las cosas a su manera, razón por la que desde hace algún tiempo no se mueve de Toledo, aunque influenciado o motivado por Ana empieza a superar esos bloqueos.

Ana no quiere ser víctima de esas torpezas, pero tampoco que le haga sentirse responsable indirecta de las repercusiones.

La convivencia en serio

Que Manuel quiere acudir a la convivencia impulsado por ese espíritu romántico y luchar por el amor de su vida. ¡Que acuda! Ana no será quien se lo impida, pero tampoco quien se lo facilite. Si lo va a gestionar a su manera, que se atenga a las consecuencias.

Si va a hacer el tonto, como ya hiciera en la convivencia de la Pascua, ¡que se quede en su casa! No basta con que se monte en el primer coche donde le hagan sitio y le acerquen.

Las actividades del grupo no están para tomárselas a broma y menos aún por un interés personal ajeno a éstas.

Ana recurre a sus amistades y, en cierto modo, pone en práctica aquello que ya le advirtió en su momento que haría, hablar con los responsables de la convivencia y que se tomen las medidas pertinentes. Como suele decirse, que le pongan a Manuel las cosas claras desde el primer momento, porque no basta con que se apunte ni asuma el gasto.

No es cuestión de dinero ni de ir a hacer bulto para justificar que se sigan organizando este tipo de actividades todos los años

Discernimiento espiritual

Confesionario

Lo primero y fundamental, porque no se trata de que haga lo que le venga en gana por su santa voluntad y capricho, más cuando la relación entre Ana y él se encuentra es un punto delicado, es que sepan lo que hacen. Llevan dos meses con la comunicación interrumpida y no porque se hayan dado un tiempo de reflexión precisamente.

Es decir, que Manuel se entera por medio de los responsables de la convivencia que su participación pende de un hilo. Se espera que se lo plantee en serio desde el primer momento:

  • ¿Tiene claros sus sentimientos hacia Ana?
  • ¿Lo suyo es vocación a la vida en pareja o la simple necesidad de sentirse integrado en el grupo?
  • ¿De verdad es Ana la chica por la que está dispuesta a dar ese paso hacia el compromiso?
  • ¿Está preparado y mentalizado para iniciar una relación de pareja que le lleve al matrimonio?
  • ¿Es consciente de que todo compromiso implica un cambio y una formalidad?
  • ¿Es consciente de que una actitud equivocada por su parte podría perjudicar a ambos?
  • Ana ya le ha advertido que ella no está para tonterías y que es la primera en tomarse esas distancia de dos horas de coche como su tabla de salvamento, más que como un impedimento a su felicidad.
  • Ana ya tiene su implicación con la parroquia de su barrio y lo de su implicación con el grupo a nivel interprovincial es un extra del que podría prescindir o al menos reducir su vínculos para evitarse situaciones incómodas.
  • Si Manuel acude a la convivencia, pretende sacarle algún provecho ¿o tan solo es un pasatiempo?
  • ¿Es Manuel consciente de que su actitud y comportamiento pueden ser un mal ejemplo y un incordio para el resto de los asistentes?
  • ¿Está dispuesto a asumir la posibilidad de que Ana no quiera nada con él y, aun así, habrá de quedarse en la convivencia hasta el último día?
  • ¿Sus expectativas se limitan al resultado de ese fin de semana de convivencia?
  • ¿Qué tiene planteado hacer si al final no consigue su propósito?
  • ¿Está dispuesto a acudir a la convivencia con el corazón y la mentalidad abierta?
  • etc….

La cuestión es que se dé la oportunidad de reunirse y hablar con alguien que le escuche y le sepa orientar en la dirección correcta, que ponga un poco má de lógica y coherencia a esos impulsos y arranques de romanticismo desmedido y desmesurado por el que se ve envuelto.

Capilla // Copilot designer

Las exigencia para Ana

En la versión de Ana no se alude en ningún momento al hecho de que ésta haya de cumplir con una exigencia similar desde su situación de chica afecta por esta historia y relación de amor interrumpida. Ella es la principal afectada e interesada por ese pretendido arranque de romanticismo y quien, de algún modo, habrá de tomar la decisión final y las consecuencias.

Ana con aspecto formal // Copilot designer

Por lo que sabemos de Ana, ya que ese fue su planteamiento para la convivencia de la Pascua y entendemos que para su vida en general, valora mucho eso de escuchar consejos de los demás ante los problemas importantes de su vida, aparte de que tenga ese desahogo por medio del chat con «El Poeta».

Hemos de dar por seguro que ella no dudará un momento en acudir a ese discernimiento, a ese consejo espiritual, aparte de las charlas que pueda tener con las amigas y con su madre. Lo que no la convierte en una chica sin voluntad, más bien, que entiende de la importancia de escuchar opiniones menos subjetivas que la suya propia.

Por el momento sabemos que prefiere mantener su asistencia a la convivencia en secreto, ya que, de hecho, Manuel tampoco se ha puesto en contacto con ella para informarle. Por lo cual, en caso de que éste pregunte al respecto, nadie tiene por qué darle una respuesta certera en un sentido ni en otro.

La idea es que Manuel piense que Ana se siente afectada de manera negativa y hasta cierto punto grave por cómo está la relación entre ellos. Pero, sobre todo y lo más importante, que se trata de una convivencia de novios y por el momento ella no ha recibido una invitación expresa en ese sentido.

Apuntados a la convivencia

  • Manuel

Deducimos que Manuel se ha apuntado a la convivencia por su cuenta y riesgo, que será cuando tengo ocasión de hablar con Ana cuando sepa con claridad si acude en solitario o emparejado.

Porque sí, porque, en principio, lo de llevar pareja tampoco es una exigencia. Es más una manera de condicionar la edad de los asistentes, ya que igual acuden matrimonios jóvenes, que gente soltera y sin compromiso, los primeros para reafirmarse en su vocación y los otros para encontrarla. Aparte de lo que acuden en pareja y busquen en estas vivencias una orientación y compromiso para sus vidas.

  • Ana

Por parte de Ana, aunque en un primer momento también se apunte y acuda como una de esa chicas solteras y sin compromiso, como lo ha hecho en años anteriores tras la ruptura de su relación anterior, esta vez a la pregunta de si acudirá o no acompañada, la respuesta la encuentra más en su corazón que en su situación actual.

La pregunta que ella se plantea, y que para Manuel se queda en una incertidumbre, es cómo se considera y define ella misma ante esa relación. Se puede engañar a sí misma o por el contrario ser consecuente con su situación actual o por el contrario fundamentar su respuesta en sus expectativas de cara al futuro.

¿Qué pasará si, en ese discernimiento espiritual, uno de los dos entiende que esta ruptura es una llamada de atención?

Origen