cabecera de "Silencio en tus labios" Ana

¿Te has dado cuenta?

Introducción

Estamos en el mes de julio de 2003, se supone que, según pasan los días, cada vez está más cerca el momento en que nuestra pareja de enamorados, los protagonistas de la novela, se reencuentren, hablen y retomen su relación, una vez superado este bache de dos meses y medio, tras ese primer fallido plan de mediados de mayo provocado por la falta de comunicación.

Se supone que se tiene que respirar la tensión en el ambiente:

  • Ana, pronto se va a encontrar con el chico de sus sueños en donde hasta ahora se ha sentido a salvo de sus torpezas, gracias a esas dos horas de coche de separación entre sus ciudades. Manuel va a venir a su encuentro, a reconquistar su corazón
  • Manuel, que hasta ahora ha sido más tendente al romanticismo de las buenas intenciones que de los hechos, va a dejar que aflore su valentía y pretende demostrar con valentía lo que es capaz de tener por la chica que le gusta, que le tiene cautivado el corazón.

Deberían hablar

En realidad, lo único que ha sucedido en este mes, en estas tres primeras semanas, es que cada uno por su cuenta, aprovechando a sus contactos y la mediación de los amigos, ha pretendido ser conocedor de los planes del otro, para ver si coinciden.

  • Manuel acudirá a la ciudad de Ana para asistir a esa convivencia de novios y aprovechará para verla
  • Ana, en principio, no saldrá corriendo cuando se reencuentren, aunque no está claro el lugar, el día ni la hora. Ana mantiene en reserva su asistencia a la convivencia.

El caso es que saben el uno del otro por medio de terceras personas y de manera casi forzada, porque, de algún modo, han de saber el uno del otro, ya que en realidad, si observamos con atención lo que se cuenta en ambas versiones de la novela no hay ningún tipo de comunicación entre ellos.

Lo último es ese mensaje que Manuel le mandó a Ana tras el encuentro de finales de junio, porque ésta no acudió debido a sus problemas de salud. Aquel «cuidate besos» al que Ana tampoco respondió, resulta demasiado frío, escueto y sin demasiado sentido para lo que se supone ambos esperan de ese próximo reencuentro.

Móvil de Ana // Diseño con Canva

Ya no hay cartas

Manuel

Por lo que sabemos, durante el mes de junio, Manuel se ha lucido mandando cartas, confiado en que Ana no las echase a la basura en cuanto las encontrará en el buzón de su casa, ni se viera saturada por tanta misiva no respondida, en la que tampoco le contaba nada relevante, más allá del hecho de que seguía pensando en ella, la echaba de menos, y se lamentaba por esa separación.

De hecho, Ana no le respondió, pero sí recibió un mensaje de su amiga del chat «La Dulce Gatita», necesitada de desahogo y, hasta cierto punto, de consejo porque había iniciado una nueva relación, pero la cosa no estaba yendo bien. Se había producido un desencuentro a causa de una primera cita fallida.

Manuel tuvo la osadía de responder a su amiga y comentarle que el pasaba por una situación similar. Amparado en ese secretismo sobre sus identidades, en la discreción, le manda la carta que le hubiera gustado mandarle a Ana para que recapacite, le perdone y retomen su relación. es decir, le aconseja a su amiga que sea un poco más comprensiva y le dé una segunda oportunidad a su chico

Ana

También nos enteramos que Ana, por romper un poco ese silencio intencionado, se tomó la libertad de ponerse en contacto con «El poeta», su misterioso y anónimo amigo del chat, para desahogar sus penas sentimentales. Mensaje de email por el que sí recibió respuesta.

O ella tiene mala suerte con sus amistades masculinas, porque los dos chicos que, en cierto modo, le importan, sufren en silencio que las chicas de sus sueños les hayan dejado compuestos y sin novia o nos hemos de plantear en serio que quizás Ana sea menos indiscreta de lo que parece y ha indagado por demás sobre la identidad de su anónimo amigo.

Ana con aspecto formal (imagen para la web) // Copilot designer

El mes de julio sin cobertura

La cuestión, si en algo parece caracterizarse el mes de julio, es que se ha interrumpido ese envío de cartas por parte de Manuel. Parece que se ha centrado en resolver todo lo referente a su asistencia a la convivencia y ese próximo reencuentro con Ana. sin caer en la cuenta de que se olvida de lo más importante: de Ana.

No hay cartas, no hay llamadas de teléfono, ni tan siquiera otro escueto y breve mensaje de sms para avisarle de sus planes. Toda la comunicación es por medio de las amigas de Ana, de la chica de Toledo.

Las cartas que Ana relee, con las que sacia esta falta de comunicación, son las de junio. Como así le da entender la amiga de Toledo a Manuel. dado que éste ahora parece que no tiene tiempo para escribir.

Fácil no me lo pondría, pero demasiado difícil tampoco, dado que conservaba mis cartas y, según sus amigas, se pasaba las horas releyéndolas.

Manuel. Silencio en tus labios, Julio 2003 (2)

Si Ana quiere tener noticias más actuales de Manuel, le ha de preguntar a la amiga de Toledo, confiar en que ésta haya tenido ocasión de cruzarse con él, con la dificultad de que se ha terminado el curso, eso de reunirse los sábados por la tarde. Por lo cual no hay como tal reuniones ni actividades de grupo de manera formal, más allá de las buenas costumbres y el compromiso personal de cada uno.

Ana hablando por teléfono (imagen para la web) // Copilot designer

¡Que sí! Que ha sido gracias a las amigas y al interés particular de Manuel, a que se lo han puesto como exigencia, que tenga la confirmación de que Ana es conocedora de sus planes y que éstos son bien recibidos por su parte, pero la comunicación entre ellos no pasa de ahí.

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Queda pendiente concretar los detalles de ese reencuentro, de esa cita. ¿Acaso Manuel se siente tan seguro de sí mismo que lo tiene todo organizado? A Ana no le ha preguntado y es quien se ve directamente afectada. Ella tan solo ha dicho que sí, que está de acuerdo en verse, pero nada más.

La cita

En principio, se verán viernes 25 de julio por la tarde, sin que Ana vaya a hacer nada por cambiar sus costumbres, por facilitar ese encuentro y en principio parece que no será necesario que vaya a buscarla a su casa.

me hice una idea aproximada de dónde y cómo localizar a Ana el viernes en que empezaba la convivencia, sin tener que presentarme directamente en su casa y sin que ésta tuviera que esperarme, aunque supiera lo de la convivencia y quizá se plantease acercarse por allí algún día, aunque sólo a saludar, dado que me confirmaron que no se había apuntado porque aseguraba que no tenía pareja ni ánimos para pasarse el fin de semana con las parejas del Movimiento y lamentándose de su situación.

Manuel. Silencio en tus labios, Julio 2003 (2)

Habrá que pensar en cómo llega Manuel hasta allí, si le dejan al pasar o si una vez que se haya instalado en la Casa de Ejercicios hay alguien dispuesto a acercarle, alguien que sepa dónde estará Ana, sino pendiente de que éste aparezca, al menos de que su aparición no sea por sorpresa.

  • Manuel no conoce la ciudad ni está al tanto de las costumbres de Ana ni de sus planes ese fin de semana.
  • Ana está al tanto de los planes de Manuel, tan solo del horario y lugar de la convivencia. No sabe a qué hora tienen previsto llegar o marcharse los de Toledo.

Origen