cabecera de "Silencio en tus labios" Ana

La puerta se abre

Introducción

Seguimos delante del portal del edificio, pendientes de lo que vaya a suceder con nuestra pareja de protagonistas y enamorados, dado. desde que se han vuelto a ver, los acontecimientos se desarrollan con más lentitud de la que nos gustaría. Manuel está impaciente, nervioso, por ver alguna reacción en Ana ante su presencia allí y ésta se muestra fría e indiferente, como dando a entender que pasará de largo y no hay nada que Manuel pueda hacer por retenerla.

Portero automático

Ana ha hablado por el telefonillo del portero automático, con su madre, para que le abriera, mientras que Manuel se ha quedado ahí como un mero espectador ¿Se habrá fijado en el botón que ha pulsado Ana? ¿Reaccionará de algún modo antes de que ésta desaparezca por la puerta? ¿Tiene algún sentido que siga allí cuando lo único que percibe de Ana es esa indiferencia?

Es más, la voz que ha escuchado es la de la madre de Ana, de tal manera que ésta no se encuentra sola y al llamar ha avisado de su llegada. Por lo cual resulta un tanto comprometido retenerla, entretenerla, ya puede decirse que se encuentra sana y salva en casa, mientras que Manuel se encuentra en la calle y atrapado por su propia impotencia, en una ciudad que no conoce.

La puerta se abre

Ana. Silencio en tus labios. Julio, 2003 (4)

Sonó el pitido de la puerta y me bastó un pequeño empujón para que ésta se abriera, por lo que no me lo pensé demasiado antes de dar un primer paso hacia el interior del portal, con la duda e incertidumbre de si Manuel haría algo por retenerme y no desapareciera de su vista, una vez que hubiera entrado del todo y se cerrase la puerta tras de mí,

Portal de Ana (imagen ilustrativa)

Con esa aparente actitud de frialdad e indiferencia Ana da el primer paso para acceder al portal, siguiendo con ese juego de hacerse la interesante y ver hasta qué punto puede llevar este juego con Manuel, porque hasta ahora la ha observado mientras se daba el paseo por la avenida, se acercaba hasta allí, mientras llamaba a casa, pero una vez que entre en el portal y se cierre la puerta, la perderá de su vista.

Ana mirando escaparates // Copilot designer

¿Qué va a hacer Manuel?

  • ¿Hará un último intento desesperado por retenerla?
  • ¿Entrará tras ella, si consigue que la puerta no se le cierre en las narices?
  • ¿Esperará a que Ana llegue a casa y llamará al telefonillo para intentar hablar con ella? Ya sabe a qué botón pulsar. ¿Y si quien contesta es la madre de Ana?
  • ¿Se va a quedar esperando por si ella se lo piensa y vuelve a bajar? ¿Cuánto tiempo es el adecuado para esperar?
  • ¿Se va a marchar e intentar llegar a la casa de Ejercicios por sus propios medios?
  • ¿Va a considerar que su relación ha terminado para siempre?
Manuel en la calle, ante el portal de Ana. // Copilot designer

Miradas

Ana empuja la puerta y la bloquea con el pie para que no se le cierre de nuevo. Tras lo cual asume que aquella pantomima por su parte carece de sentido y no dejará que Manuel se le escape de nuevo una vez que ha conseguido su objetivo, que se haya presentado allí y darle ese pequeño escarmiento por lo sucedido en las semanas previas

Ana. Silencio en tus labios. Julio, 2003

Cuando me giré clavé la mirada sobre él, como lo había hecho mientras la elección de pareja del Emaús, después de que hubiera escuchado mi nombre de sus labios y pretendido hacerse el valiente al asegurar que no me quería como compañera para aquel paseo, a pesar de que yo no hubiera descartado esa posibilidad. 

La primera mirada es de aparente enfado y malestar ante su presencia allí, como queriendo darle a entender que no se termina de creer su osadía de haberse presentado allí, cuando se suponía que la hora de encuentro era en la misa de las ocho de la tarde en la parroquia, cita a la que Ana no había acudido, como queriendo hacerle creer que todo ha terminado entre ellos.

Como es lógico se entiende que la reacción de Manuel es de contradicción, de sorpresa, porque es lo último que se hubiera esperado de ella, después de que ha basado su intención e interés por reunirse con ella en la convicción de que Ana estaba dispuesta a escucharlo, que se dieran la oportunidad de hablar.

Ana. Silencio en tus labios. Julio, 2003

Esa mirada asesina se vio acompañada del hecho de que, de manera burlona, le saqué la lengua, porque ya me era imposible disimular mi alegría por tenerle allí y con ello dar por concluido aquel falso enfado, porque, si estaba allí con la expectativa de que mi primer gesto fuera de enfado y frialdad, le quise contradecir.

Como expresión de esa complicidad entre ellos y porque Ana no puede reprimir más su alegría ni sentimientos por el reencuentro, sus ganas por premiar todo el esfuerzo de Manuel por llegar hasta allí, en vez de dedicarle una sonrisa, de recurrir a palabras conciliadoras o cariñosas, recurre a algo mucho más significativo y evidente, le saca la lengua sin el menor pudor.

Ana sacando la lengua en actitud cómplice y burlona // Copilot designer

Le saca la lengua en tono burlón a su chico, al amor de su vida, dando por zanjadas las discrepancias y diferencias entre ellos. Sobran las explicaciones y las disculpas. Está claro el motivo por el cual Manuel está allí a esas horas, en esas circunstancias y Ana no tiene una manera mejor de responderle, de dejar patente que sus sentimientos hacia él siguen tan vivos o más que tres meses antes.

Origen