cabecera de "Silencio en tus labios" Ana

Ana tiene un plan

Introducción

No sé si te has parado a observar la sutileza y la manera de actuar de Ana en este reencuentro, pero, como ya he comentado en entradas anteriores, este reencuentro que ha sido por iniciativa de Manuel, en realidad son Ana y sus amigas quienes lo organizan. Manuel confía y se deja llevar por los acontecimientos porque le han asegurado que logrará su objetivo: reunirse con Ana.

Todo esto, en realidad, es una pequeña treta de Ana, de la que le hará conocedor, para recriminarle el hecho de que haya pensado en ese reencuentro, en esa cita, pero no haya contado con ella. No se haya molestado ni intentado localizarla por teléfono, ni escrito una última carta para informarla de sus expectativas e intenciones.

Sí, de acuerdo, en mayo, en su última conversación telefónica, dado que Manuel rehusó el plan que Ana había organizado para el fin de semana del 16-18 de mayor, porque ya tenía otros planes, ésta se mosqueó y en un ataque de frustración e impotencia, antes de colgar, le dijo algo así como «Si quieres algo de mí, ya sabes donde encontrarme

De aquella conversación telefónica ya han pasado dos meses y medio, durante los cuáles Manuel ha tenido noticia de que Ana en junio estuvo dispuesta a venir a Toledo, a acudir a al encuentro mensual del grupo, pero se lo impidieron sus problemas de salud en el último momento y después cuando Manuel quiso saber si ella estaría dispuesta a verse con él, la respuesta fue que sí.

El plan

El objetivo del plan es llevar a Manuel hasta el portal del edificio de Ana, con la ayuda y mediación de los amigos, abusar un poco de que éste se muestre tan confiado y hasta cierto punto manipulable. Con tal de reunirse con Ana él esta dispuesto a lo que sea.

En principio la cita es en la misa de ocho de la tarde en la parroquia, para que se confíe y decepcione a partes iguales, dado que Ana no acude y tampoco parece que en principio haya una explicación lógica para que haya cambiado de opinión, salvo que se lo haya pensado mejor en el último momento. En realidad, pretende hacerse la interesante, que Manuel se sienta descolocado.

De manera intencionada e inevitable, los amigos que han llevado a Manuel hasta la parroquia, a la vuelta, han de pasar justo por la avenida donde reside Ana, por delante del portal, sin tener el menor reparo en hacerle esa indicación, así como fijarse en que Ana se dirige hacia allí dando un paseo

Portal de Ana (imagen ilustrativa)

Manuel, llevado por un impulso del corazón, que no le reprimen, decide bajarse del coche y esperarla, situándose frente al portal, delante del telefonillo del portero automático, donde Ana le vea bien, le reconozca y no pase por su lado como si nada.

Bien situado

Ana, según se acerca al portal entiende que su «plan de reconquista» marcha tal y como está previsto. Ella quería a Manuel allí y allí lo tiene, aunque tal vez sea la actitud de éste lo que le descuadra un poco. No se ha vestido con idea de impresionarla, ni tan siquiera le ha traído un obsequio como demostración de su disposición a la reconciliación, a que haya pensado en ella y pretenda agasajarle.

Ana mirando escaparates // Copilot designer

Sabemos que un primer momento Ana saca el llavero de su bolso, como queriendo confiar que ese es su portal y que se dirige hacia allí con paso firme y actitud en apariencia distraída.

Cuando llega a la altura donde se encuentra Manuel, se guarda las llaves en el bolsillo de los pantalones, porque necesita tener las manos libres. Manuel no está bien situado. A ella no le viene bien que éste se encuentre delante del telefonillo, dado que se convierte en una presencia molesta.

De manera con la frialdad e indiferencia de quien parece mostrarse indiferente a su presencia, a sus saludos, le da un pequeño empujón, le aparta con suavidad, pero también con firmeza. Le fuerza a que se sitúe delante de la puerta, lo que consigue dándole la espalda, así toma la medida justa, como si en el suelo hubiera una «X» o una trampa preparada para él.

El hecho de que Ana llame a su casa por el telefonillo del portero automático y hable con su madre para que le abra la puerta también forma parte de plan. Sabemos que Ana no ha tenido reparo en informarla de los acontecimientos de esta tarde y ésta es una manera de advertirle que todo se desarrolla según lo previsto.

Las chicas decentes

Las chicas decentes no se van con el primer tonto que pasa por delante de la puerta, las chicas con dos dedos de frente con sentido de la responsabilidad, que saben lo que quieren, no se aventuran con chicos que no les convengan y menos aún a los que no conozcan.

Sin embargo, si a la convivencia de la Pascua, se suponía que Manuel no debería haber ido a hacer el tonto, y lo hizo, la conquistó, ahora Ana está en su derecho de hacer con su vida y con los chicos que se paren frente al portal de su casa, lo que considere oportuno, según los impulsos de su corazón. De manera que si hay un «tonto» allí plantado, no va a dejar que se le escape.

De manera que, en cuanto abre la puerta y ya que Manuel está situado en el punto y a la distancia justa para ello, dado que Ana ya no lleva nada entre las manos, no hay nada que se lo impida. No tiene más que estirar el brazo y atrapar a ese chico, que de otro modo se le podría escapar de las manos.

Ana sacando la lengua en actitud cómplice y burlona // Copilot designer

Ana. Silencio en tus labios. Julio, 2003 (4)

Superado aquel primer trance, y dado que tenía las manos libres, mientras sujetaba la puerta con un pie para que no se cerrara, en cuanto Manuel hizo el intento de acortar distancias conmigo, como si esperase que aquel saludo incluyese un beso de reconciliación, le agarré y tiré de él hacia mí para que los dos entrásemos en el portal y se cerrara la puerta, que nos evitáramos el hecho de tener a toda la ciudad como testigo de nuestra reconciliación.

Manuel en la calle, ante el portal de Ana. // Copilot designer

Es decir, que en vista del cambio de actitud de Ana, mucho más afable, Manuel vuelve a hacer un segundo intento por hablar con ella, por romper esa falta de comunicación entre ambos. Sin embargo, antes de hablar, de exponerse a la curiosidad de los vecinos y de cualquiera que pase en esos momentos por la avenida, Ana prefiere que se escondan en el portal, tener un poco de privacidad para hablar sin ser molestados ni interrumpidos.

«Me encanta que los planes salgan bien». Coronel John «Hannibal Smith. «El equipo A»

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