cabecera de "Silencio en tus labios" Ana

El tonto de la calle

Introducción

Ya sabemos la cara y el gesto de Ana en el portal. cuando ha querido dar por zanjado su enfado y malestar con Manuel por esos dos meses y medio, en enfado y desencanto personal a cuenta de la frustrada cita de mayo, del hecho de que para esas fechas cada cual hubiera hecho sus propios planes y Ana no se diera aludida ni incluida en los de Manuel. Le sacó la lengua de manera cariñosa, cómplice y burlona.

Ana sacando la lengua en actitud cómplice y burlona // Copilot designer

También sabemos que tras ese gesto, le tomó de la mano para hacerle entrar en el portal, para que no se escapase ni perderle de vista de nuevo. Lo cual tenía truco, una clara intención, aparte de desvanecer cualquier duda con respecto a sus sentimientos y expectativas futuras referentes a su relación, que la escuchase recriminarle por lo absurdo de su actitud de aquellas semanas, haciendo planes para reconquistarla, pero son contar realmente con ella.

Subamos en ascensor

En realidad no sabemos en que planta se encuentra el piso de los padres de Ana, pero entendemos que, si hace falta tomar el ascensor, no será en un bajo ni compensará que suban por las escaleras. En cualquier caso, podemos entender que tras esos tres meses sin verse, con dudas respecto a la continuidad de su relación, Ana quiera acortar distancias. Esas dos horas de coche entre Toledo y esa ciudad pesan demasiado.

Ascensor

El ascensor es un espacio reducido, pero no por ello se deja de mantener la compostura y la distancia, aparte que Manuel vaya un tanto acobardado por la expectativa de lo que le espera al final y Ana parezca deleitarse con el momento, con su pequeña venganza y tortura, con el firme propósito de demostrarle que ella sí se toma la relación en serio, aunque estén en sus comienzos y casi da la sensación de que pretende espantarlo, pero tampoco le pone fácil la huida.

La madre les espera en el descansillo

En la misma puerta del piso, cuando salimos del ascensor, nos encontramos a su madre, la esperaba algo preocupada por lo que tardaba en subir y no salió de su preocupación cuando vio que salía cogida de mi mano; panorama éste que no le causó buena impresión.

No iba a vestido para visitas familiares y mucho menos para impresionar a los padres de mi novia. Me había vestido para estar entre amigos.

Manuel. Silencio en tus labios, Julio 2003 (4)

La primera impresión que he pretendido que cause la madre de Ana, es bastante acorde con este momento y situación, de ser una mujer que asuste, que con su sola presencia imponga respeto, autoridad y la sensación de ser una mujer sería que no está para muchas bromas, de las que se toma la vida en serio, en contraste con la jovialidad y el carácter alegre de Ana.

Victoria, la madre de Ana, es una mujer seria, que te analiza y juzga de arriba a abajo desde el primer momento y con el primer vistazo ya se ha formado una opinión de quien tiene delante, es de esas mujeres que con tan solo una mirada, ya resulta fácil saber la impresión que se ha llevado, que si hay algo que no le cuadra no hay ocasión para una segunda opinión, no hay nada que puedas hacer por mejorar.

Victoria, la madre de Ana // Copilot Designer

Victoria tiene idealizado al exnovio de Ana, a Carlos, quien de algún modo había conseguido estar a la altura de las grandes expectativas en cuanto al futuro sentimental de Ana, por lo cual la situación tenía que ir a mejor, no a peor, sin que eso de «ya he oído hablar de ti» resulte especialmente favorable para el caso de Manuel.

Es más, se puede decir que Ana conoce a su madre y se siente lo bastante optimista como para presuponer que Manuel, con ese encanto personal que a ella le ha enamorado y cautivado casi desde el primer momento, tenga el mismo efecto en la madre, aunque tan solo sea por el hecho de que después de más de dos años ella se vuelve a sentir ilusionada con esta nueva relación, apesar de esso comienzos tortuosos.

Las presentaciones

Detalle de este momento, de esta presentación, es que puede decirse que es el primer diálogo que hay en toda la novela, que ya no se trata de pensamientos ni de hecho narrados en una u otra versión. Se destaca que se trata de las palabras exactas, como queriendo resaltar ese esfuerzo de Ana por evidenciar la complicidad con su madre y con ello superar las primeras y lógicas malas impresiones que ésta llegue a percibir de ese que va agarrado a la mano de Ana.

Para que hubiera un ambiente distendido y romper con la formalidad del momento, aquella presentación me salió de lo más natural, le puse todo el cariño: “¡Mamá, me he encontrado a este tonto ahí abajo!”.

Ana. Silencio en tus labios. Julio, 2003 (4)

Manuel en la calle, ante el portal de Ana. // Copilot designer

Como remate de mi inquietud, Ana le dijo: “¡Mamá, me he encontrado a este tonto ahí abajo!”.

Manuel. Silencio en tus labios, Julio 2003 (4)

La chicas decentes

Las chicas decentes, las hijas de las que las madres se pueden sentir orgullosas, las chicas que ya trabajan y ocupan puestos de responsabilidad en la empresa familiar, que son consciente de esa buena imagen, que se han ganado el aprecio y el respeto de familiares, amigos y conocidos, no se agarran al primer tonto que se les pasa por delante.

Ana mirando escaparates // Copilot designer

Ana se ha ganado el aprecio y respeto de la gente del grupo, de la parroquia, por ser una chica seria, que sabe lo que quiere, una chica en al que se puede confiar porque sabe ser responsable y no defrauda, es una chica que sabe estar a la altura de los acontecimientos.

Carlos, (imagen oficiosa para la web)// Copilot designer

Se la veía tan feliz y hacía tan buena pareja con Carlos, con su ex, que todo parecía perfecto, tenían un futuro prometedor, porque además ya estaban empezando a hacer planes de futuro, aunque aun fueran un poco jóvenes para pensar en un compromiso demasiado serio, pero no era algo que se descartase a largo plazo, ya estaban asentando las bases de futuro en común.

Primeras impresiones

Y ahora Ana se presenta en casa con uno de quien no se puede decir que haya recibido buenas referencias, hasta el punto de que incluso la propia Ana ha llegado a sacarle defectos que nadie más que ella le ha visto, porque éste ha conseguido agobiarla con su manera de actuar, con esa personalidad suya que tampoco inspira demasiada confianza

Al menos, no se trata de una visita sorpresa, porque gracias a las amigas Ana ha organizado todo, pero el chico podría haberse preocupado un poco más por cuidar su aspecto, porque lo cierto es que así no impresiona a nadie. Carlos era un chico que tenía mejor porte y presencia, pero Manuel parece un chico demasiado relajado, que no se preocupa por nada ni por nadie más que por sí mismo.

Se podría haber peinado un poco mejor, vestido de una manera algo menos informal, ya que, después de todo, se supone que ha venido a recuperar y reconquistar el corazón de Ana, pero parece, más bien, que ha salido de su casa para sacar la basura y volverse, que Ana se ha cruzado con él casi por casualidad.

Manuel (imagen oficiosa para la web) // Copilot designer

Queda confiar en que después de la ruptura por lo que han pasado, aunque Ana se quiera dar una segunda oportunidad, después de éste fin de semana ambos recapaciten y entiendan que tienen menos en común de lo que suponen y que Ana se centré en cuidarse y no tanto en buscarse amoríos con chicos que no le convienen

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