cabecera de "Silencio en tus labios" Ana

Fue bonito mientras duró

Introducción

Tarde del domingo 27 de julio de 2003

Como le dije, una vez que me había sincerado con él, sentía que sus sentimientos hacia mí eran igual de sinceros. Que, en el supuesto de que hubiera notado que él no me correspondía, no habría sido tan osada como para admitir que le quería. Lo que incluso a mí me había sorprendido escuchar que esas palabras salían de mis labios.

Ana

Admitía que conmigo no tendría una vida de lujos ni muchas comodidades, que quizá pudiera aspirar algo más, pero se contentaba con escuchar los latidos de su corazón. Las cuestiones materiales se las resolvía ella misma.

Manuel

La oposición de los padres

Ahí tenemos a nuestra pareja de protagonistas y de enamorados en uno de los bares del centro comercial hablando y sincerandose el uno con el otro. Manuel se toma un granizado y Ana un tila. El uno parece mostrarse demasiado relajado y la otra necesita calmar sus nervios y frustraciones ante lo que supone un fracaso en su vida.

Ana le acaba de confesar a Manuel que sus padres están en contra de su relación. prefieren que esta historia de amor o de capricho no continúe, porque no le ven ningún sentido ni futuro. Manuel no es el tipo de chico, de pareja, que Ana necesita en estos momentos de su vida. Tiene demasiado que mejorar para estar a la altura de las expectativas.

Los padres de Ana se piensan que Manuel es de:

  • los que les dan la mano y se quedan con el brazo,
  • los que vienen con los bolsillos vacíos y se marchan con tres camiones de mudanza,
  • los que no aportan nada, pero esperan recibirlo todo
  • los que no saben decir que no cuando una chica como Ana les presta un mínimo de interés
  • los que no causan buena impresión ni aunque se les mire de lejos
Manuel (imagen oficiosa para la web)// Copilot designer

Historia de amor

Nos podemos remontar al campamento de verano del año 2000 al que Manuel no acudió, pero al que por error pusieron a Ana como su amigo invisible, lo que la dejó con la inquietud e intriga por esa ausencia en principio injustificada

Se reencontraron en octubre de ese año, lo que marca el inicio de la novela, cuando nos enteramos que Manuel tiene los ojos puestos en otra chica, que no le corresponde y se atisba que la historia de Ana con su novio, aunque perfecta, no durará mucho.

Si nos creemos eso de que Ana llega a sospechar que ha descubierto la misteriosa identidad de su anónimo amigo del chat de citas, podemos considerar el mes de junio de 2001 como un paso más en esta historia

En el encuentro de febrero de 2002 cuando se reencontraron, una vez que Ana intentaba encontrar su lugar en el mundo tras la ruptura con su anterior pareja y encontró en Manuel, en el hecho de observarle, la mejor distracción para sus agobios.

Sus encuentros y desencuentros al largo del 2002 vienen marcados por ese tira y afloja entre ellos. Que Manuel tiene la osadía de confesarle a Ana su interés por ella y ésta lo interpreta, con bastante razón, que tan solo es otra más en esa lista de amores imposibles. Ante lo cual no tiene reparo en dejarle las cosas claras y marcas distancias de manera tan amigable como amenazante.

Para Ana, Manuel no es más que una distracción, algo que ella lleva en secreto. Es un chico que le llama la atención pero de quien no escucha demasiados comentarios favorables. Un poeta con demasiadas ilusiones románticas, pero también con poco sentido de la realidad, demasiado condicionado por sus propias torpezas.

Durante estos primeros meses de 2003, la actitud de Ana cambia. Tras haberle mandado a freír espárragos, en diciembre del 2002, cuando éste no tenía culpa, por mucho que Ana lo considerase un «por si acaso», decide tomarse más en serio el tema, tanto por su cuenta como con la complicidad de las amigas. Plantarle cara y descubrir sus verdaderas intenciones, expectativas.

Así tenemos esa charla a solas en febrero, que acudan a la misma convivencia de la Pascua, en donde al final Ana termina por confesar su interés, cuando Manuel ya la da por pérdida. Después a causa de la distancia y de la falta de comunicación, de sintonía, por lo precipitado de sus comienzos surge la primera crisis de pareja que se alarga en el tiempo porque surgen impedimentos para reencontrarse, para que haya reconciliación.

La reconciliación ha llegado ahora, en el mes de julio, con la asistencia a la convivencia de novios, con este fin de semana juntos, en la que ambos parecen reafirmarse en la idea de continuar con esta historia, con dejarse llevar por sus sentimientos, porque en principio sus amigos parecen apoyarlos.

Pero se han topado con un obstáculo insalvable, los padres de Ana, quienes desde un primer momento y tras haber tenido la ocasión de conocer a Manuel en persona, se han formado una primera opinión no muy favorable, basada en la razón, en sus expectativas como padres que conocen las circunstancias particulares de Ana y se muestran bastante exigentes a la hora de admitir a extraños en la familia.

Opciones

De manera que les quedan pocas opciones para seguir con esta historia de amor, con su relación.

  • Asumir la decisión de los padres y dar por concluida esta historia
  • Echarse la manta a la cabeza, poner su amor por encima de todo, y que pase lo que tenga que pasar

Lo de escaparse de Ana, que se marche a Toledo con Manuel resulta una posibilidad muy tentadora, pero ambos saben que poco prudente y sin mucho sentido. En sentido ambos han de reconocer que los padres de Ana tienen razón. A ella no se le ha perdido nada en Toledo y dudan que vaya a encontrar esa vida que busca.

Ana con aspecto desenfadado // Copilot designer

Por otro lado, Manuel se ha quedado esa tarde tan solo como prueba de su amor, de su buena predisposición a superar sus crisis de pareja, pero a causa de la actitud de los padres, se puede considerar que su presencia es «non grata«, que si no tiene nada que aportar, medios para sobrevivir, tampoco puede pretender que sean ellos quienes le resuelvan la vida.

Ante lo cual, aunque les pese, a pesar de que sus amigos consideren que forman una pareja perfecta, que podrían vivir juntos una feliz y larga historia de amor, porque amor es lo único que no les falta, entienden que la autoridad de los padres de Ana y el sentido común se interponen, son obstáculos insalvables.

Manuel tiene mucho que cambiar de su personalidad, de sus circunstancias para conseguir que los padres de Ana le empiecen a tener una mínima consideración. Ana tampoco está pasando por un momento fácil de su vida, aunque tampoco lo admita muy abiertamente, pero no es ningún secreto que su estado de salud es un tanto delicado, aparte que tiene una estabilidad profesional con el trabajo en la gestoria de la familia y supone una problema que se la relacione con alguien como Manuel.

Las razones del corazón

El caso es que a pesar de la oposición de los padres, de todas las objeciones que se les pueda poner a su historia, cada cual más válida y con sentido que la anterior, ellos se quieren, se entienden, han encontrado ese punto de complicidad.

Lo fácil sería que Ana mandase a Manuel a freír espárragos, como se diría vulgarmente, más que darle calabazas. Sin embargo le tiene ahí, delante de ella y su primer impulso en retenerlo a su lado. Además, él se ha quedado esa tarde en la ciudad por estar con ella. aunque lo oportuno será mandarle en el primer tren o autobús en dirección a Toledo, prefiere que se quede esa noche.

En casa de Ana se supone que les esperan a los dos para cenar, porque Manuel se quedará a dormir, pero también se puede interpretar como que los padres esperan que Ana actúe en consecuencia y se presente sola en casa, haciendo que Manuel sea tan solo un bello recuerdo del pasado del que ya se empiece a olvidar.

Si les dieran, aunque tan solo fuera cinco minutos más, ella tendría tiempo de contarle, de decirle, buscarían mil y una soluciones y alternativas ante de dar por finalizada su historia. Sin embargo, ahora tan solo puede pensar en que sus padres ya les han sentenciado a romper y que de nada sirve que hagan planes de futuro.

En cualquier caso, si Manuel no se queda esa noche, ella es capaz de hacer una estupidez.

Origen