Introducción

Agosto 2003

La expresión “a pico y pala” se utiliza para describir un trabajo que requiere mucho esfuerzo y dedicación. Originalmente, esta frase se relaciona con el trabajo físico de cavar con herramientas como el pico y la pala, pero en un sentido figurado, se refiere a cualquier tarea que demande constancia y perseverancia para alcanzar un objetivo.

En el amor

Tras su regreso a Toledo, después de la convivencia de novios y la visita a casa de Ana, de haber superado su primera crisis de pareja y ahora tener que enfrentarse a un reto, si cabe, aún mayor. Manuel parece sentirse sano y salvo en casa, sin tomar ningún tipo de iniciativa, sin cumplir con los buenos propósitos, sobre todo de enmienda, de mantener viva y abierta la comunicación con Ana.

Como los padres de Ana no le permiten volver y tampoco han acordado una nueva fecha para verse en espera de que se retomen los retiros mensuales, el nuevo curso, con las actividades del grupo. Manuel se ha relajado quizás en exceso, confiado en que con Ana todo está bien.

Sin embargo, como ya hemos visto, a Ana le ha faltado tiempo para escribirle esa primera carta y comentar el asunto de la cuenta vivienda, demostrarle su interés por involucrarlo en su vida y en sus planes como si su relación fuera en serio y no hubiera objeciones ni argumentos para hacerle suponer lo contrario.

Es decir, que Ana es una chica de iniciativas, que no se queda cruzada de brazos a la espera de acontecimientos que se puedan o no producir, el momento de vivir ese amor, de hacer vida esta relación, a pesar de esas dos horas de coche que les separas y los reparos de sus padres, es ahora y no dentro de dos o tres meses, porque parece que antes va a ser imposible que se reencuentren.

A pico….

Ana sabe que a su madre va a ser difícil que la convenza, que consiga que ceda en sus reparos contra Manuel, dado que hasta cierto punto incluso ella misma que algo de razón no tiene, no le falta. Sin embargo, se deja llevar por a primeras impresiones y por esas expectativas de madre de querer lo mejor para una hija, pero en ese infinito listado no se menciona a Manuel por ninguna parte.

La madre es de las que aún se imagina que en el mundo hay más de un posible pretendiente mejor que Manuel, que cada mañana, a primera hora, se reúnen todos invadiendo la avenida, en busca de una mínima posibilidad, pero que salen espantados, porque es ella y no Ana quien se asoma por la ventana para cerciorarse.

Que, si Ana se diera una oportunidad, se fijase en que hay más chicos en el mundo, aparte de Manuel, se daría cuenta de que tiene de sobra donde escoger y que entre esos posiblemente habrá alguno que incluso llegue a contar con el beneplácito de la madre. Cualquier de ellos, seguro que estará a la altura de las expectativas, aunque Ana se niegue a admitirlo porque con Manuel se ha puesto una venda en los ojos.

Porque, vamos a ver ¿qué tiene Manuel que provoque se Ana le considere mil veces mejor que cualquier otro?

• Ni llama ni escribe, salvo que sea Ana quien tome la iniciativa
• No vive en la ciudad y, por lo tanto, resulta complicado que queden para dar un paseo cualquier tarde.
• Es un chico que demuestra interés cuando está cerca, llega a ser cansino, pero basta con que se alegue un poco para perder todo el interés.
• No es un chico de primeras buenas impresiones y la tercera tampoco es que mejore en exceso las dos anteriores.
• Para sacarlo de su casa, de su tranquilidad, hay que movilizar a todo el mundo. En las dos ocasiones que ha salido de Toledo ha sido porque las amigas de Ana han tenido que mediar, que engañarlo.

… y pala

El padre de Ana, aparte de padre, es un hombre de negocios, práctico, de los que le buscan un sentido y una utilizad a todo, de manera que no se deja vencer ni convencer por romanticismos ni sentimentalismo baratos y sin fundamento. El por supuesto quiere que Ana sea feliz, se enamore y tenga una vida plena como hija, como mujer de su tiempo y como trabajadora. Las distracciones tan solo le impiden perseguir sus sueños.

Ana necesita a su lado a un chico que pueda encajar dentro de la estructura de la familia y de la empresa, uno que haga que se centre en lo que de verdad importa y se deje de perseguir sueños y a chicos que no la lleven a nada bueno ni positivo. Un chico que le haga reafirmarse en su personalidad y en su identidad, no que la anule ni la confunda.

Tiene que ser un chico en el que pueda confiar y no le vaya a dar la espalda cuando se presenten las dificultades, dado que Ana es una muchacha que, aparte de tener personalidad, carácter, también necesita que se la trate con delicadeza, porque esa aparente vitalidad suya tan solo es una manera de esconder su flaquezas.

Necesita de un chico que sea un compañero de vida y la ayude cumplir sus sueños. Porque sí, Ana es una chica con sueños y anhelos, que no se queda bloqueada ante las dificultades que le presenta la vida. De manera que no necesita un lastre, ni siquiera a un chico que la lleve en brazos cuando ella se sienta débil para caminar, de ánimo o de salud. Necesita un chico por el que levantarse del suelo por ella misma, sabiendo que éste le tiende la mano para que se agarre.

Origen

• Manuel. Silencio en tus labios, Agosto 2003 (1)
• Ana. Silencio en tus labios. Agosto, 2003 (1)