cabecera de "Silencio en tus labios" Ana

El cliente siempre tiene razón

Introducción

Agosto 2003

Según el mío, si éstos (los padres de Manuel) eran tan sensatos como se les suponía de antemano, porque alguien debía plantearse nuestra relación con un mínimo de sentido común, porque nosotros no lo demostrábamos, encontrarían una y mil reticencias para no respaldar aquella locura.

Ana

Confiaba en que cuando llegase el día de nuestra boda en esa cuenta vivienda se hubiese juntado el suficiente capital como para que no resultara tan fácil determinar que parte correspondía a cada uno,

Manuel

Inversión con garantías

En cuestiones del corazón la confianza ha de ser ciega e infinita en la pareja, pero como ya sabemos y se recomienda, cuando hay cuestiones de dinero por medio, mejor dejarlo todo atado y bien atado de antemano para que no haya problemas. no porque se espere que los vaya a haber, pero, si los hubiera, que los implicados y afectados tengan claro cómo solventar esa discrepancia.

Ahora se trata de la cuenta vivienda de Ana, en la que ésta le ha ofrecido a Manuel la posibilidad de que participe, haga las aportaciones que considere en base a sus circunstancias y posibilidades económicas. Lo que él no aparte, será lo que haya de seguir aportando Ana. En cualquier caso ha de quedar claro que se trata de el dinero de cada uno y que no es fondo perdido, porque siempre existe el riesgo de que este noviazgo no llegue muy lejos y hayan de saldar deudas.

Lo que Manuel exige es alguna garantía, algo que justifique esas aportaciones y que en caso llegar a esa tesitura, en la que ninguno de los dos quisiera verse, recuperar su inversión hasta el último céntimo, si se diera el caso, con los correspondientes beneficios, dado que la finalidad de esta cuenta vivienda es conseguir una alta rentabilidad con un objetivo claro, la compra de una vivienda dentro de un plazo determinado.

Manuel (imagen oficiosa para la web) // Copilot designer

¿Sabemos de alguien?

Se trata de una cuestión legal, de números, de documentación, que confirme la validez de este acuerdo económico. Se entiende que, aunque se trata de un acuerdo privado, entre particulares, no basta con la simple palabra dada ni tan siquiera por ese intercambio de cartas con un sentido y contenido más romántico e interesado que con validez legal.

Entonces ¿quién les puede asesorar? Porque, además, existe el pequeño problema de la distancia, que este asunto se trata y resuelve por correo ordinario y por teléfono, dado que ninguno de los dos se desplaza a la ciudad del otro para verte y dejar constancia de ello.

¿Cómo se puede resolver y gestionar todo este asunto? Resolverlo sin que ocasione de antemano una crisis de pareja provocada por la desconfianza, por la idea de fondo y el temor de que en su vida cabe esa hipotética ruptura a medio o largo plazo, cuando la intención es buscar esa reafirmación como pareja, empezar a forjar un futuro en común sobre algo tangible más allá de las simples palabras o buenos sentimientos.

¿A quién acudir que les ofrezca las suficientes garantías y confianza?

Gestoría G.E.F…. ¿Dígame?

Pues resulta, por mera coincidencia, en absoluto premeditada, que Ana trabaja como responsable del Departamento de Contabilidad y Finanzas en la gestoría de su padre, donde se dedican a resolver y gestionar temas legales, fiscales, laborales y administrativos de empresas a nivel local y regional. Una gestoria donde esto de dar asesoramiento a los clientes ésta a la orden del día.

En esta gestoria trabajan el padre, el hermano de Ana, la mujer del hermano y, como ya hemos dicho, la propia Ana. La madre, por cuestiones de familia, hace algún tiempo que ha optado por desvincularse, le ha cedido el testigo a los hijos y vive más centrada en ejercer de abuela y de estar disponible por si a Ana le da otro de sus achaques y se ha de guardar reposo.

Tampoco es que la madre, Victoria, se dedique a «limpiar culos y mocos» en sentido literal, más bien, ha asumido la responsabilidad de asumir el mando de la situación, de que no quede ningún ámbito de la vida familiar y profesional desatendido, ya sea por una implicación directa o indirecta suya. La madre ahora es «Directora ejecutiva del departamento de asuntos domésticos». De las que sabe a quién acudir cuando la ocasión lo precisa.

Un nuevo cliente

Quien pide ese asesoramiento y mediación profesional, aunque él se presente como un «usuario» título personal, de los servicios prestados por la gestoria, es Manuel. Con Ana habría un conflicto de intereses, como parte afectada, porque sería como si trabajase para sí misma. De manera que ya se sabe eso de «quien reparte, reparte, se lleva la mejor parte». Se supone que Manuel no ha de dudar de su confianza.

De tal manera que quien hasta ahora ha sido tan solo «el novio de Ana», quedando constancia de ello tan solo en el corazón de ésta, con las consabidas reticencias paternas, con este asesoramiento, que en absoluto vamos a suponer que lleve una doble intención por parte de Ana, Manuel se convierte en cliente de la gestoría, por derecho propio y porque no hay necesidad de acudir a la competencia para resolver este asunto de ámbito privado.

La confidencialidad de los datos

Ana (imágen oficios para la web) // Copilot designer

Hemos de entender que a la hora de compartir datos personales, sobre todo de índole bancario, tampoco se puede confiar en cualquiera, porque Manuel necesita saber a quién mandarle el dinero y Ana tener claro la procedencia de éste, sobre todo con la expectativa no deseada de que se vea en la tesitura de tener que reembolsárselo para dar por finalizada toda relación entre ellos.

A Ana está claro que le interesa que quede todo claro tanto por lo que afecta a Manuel, como por lo que le afecta a ella, en particular al hecho de que la firma de este acuerdo cambia la situación y la condición de Manuel ante los padres de ella. A partir de ahora va a tener la consideración de «cliente», con el pequeño matiz de que no le cobrarán una precio ni una cuota por los servicios prestados.

Es más, como Manuel vive en Toledo, a dos horas de coche de su ciudad, si pretenden reclamarle algún coste por los servicios prestados las opciones están claras, o son ellos quienes van a Toledo a reclamárselo o se esperan y aprovechan a que sea Manuel quien se acerque por la ciudad con cualquier excusa, como por ejemplo, hacerle otra visita romántica a Ana.

Si siguen poniendo reparo a que ellos puedan volver a verse, como es lógico, a Manuel no le van a pillar desprevenido. Él, con saber que tiene un futuro con Ana tiene suficiente. Si le hacen las gestiones gratis, eso que se gana y se ahorra. Él tan solo se ha comprometido con Ana a hacer aportaciones a la cuenta vivienda y asegurarse de que, en caso de ruptura de la relación, le devolverán el dinero invertido con los beneficios e intereses correspondientes.

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