Introducción
Sábado, 27 de septiembre 2003

una vez que el coche estuvo fuera y considere que lo dejaba seguro, puse el freno de mano, apagué el motor y me pasé al asiento de al lado. Supuse que Manuel conocería mejor que yo el camino hasta su casa en la ciudad

Por cansancio, comodidad o confianzas, el caso fue que me dejó que me sentase al volante. No me dejó otra alternativa, aun tratándose de su coche.
La salida
Ana no está al corriente de cuales son las costumbres de Manuel a la hora de marcharse, ante lo cual se limita a sacar el coche de la parcela, a la puerta y esperar a que Manuel se suba una ves haya terminado de cerrar. Ninguno de los dos tiene prisa, una vez que se han puesto de acuerdo en irse a Toledo.
Quien se muestra un poco disconforme con la idea de volver a quedarse solo es el perro, que no desaprovecha la ocasión para hacer una última escapada cuando se encuentra con la verja abierta. Una última revisión de los alrededores para marcar su territorio y comprobar qué otras señales en ese sentido le han dejado los perros que han pasado por allí.
Si no sucede nada, quien sea volverá por el chalé como muy tarde en dos días, a lo cual el perro ya se ha acostumbrado y por parte de Manuel está la tranquilidad de que durante esa ausencia no le faltará pienso ni agua. Lo único la compañía, pero con el exceso de ésta se evitará que le saquen de paseo en más ocasiones de las que acostumbra, por el presento de que nadie lo saca.

Ana se convierte en una mera espectadora de lo que sucede. Entiende que Manuel se apaña solo, que está en su casa y sabe lo que tiene que hacer. A ella le molestaría que él pretendiera interferir en su trabajo en la gestoría o en sus responsabilidades con el grupo parroquial, tareas domésticas o cuestiones personales.
El caso es que «su chico» ese que no siempre causa una buena primera impresión. allí actúa de una manera responsable, demuestra autonomía y responsabilidad, en ausencia de otros miembros de su familia, se maneja solo. Desmiente la idea de que sea un chico que necesite ayuda para todo. Es decir que Ana tiene motivos para sentirse, si no impresionada, al menos no se marcha defraudada

Orgullosa de «su chico»
Esa confianza incondicional de Ana, su manera de darle a entender que ella es su mayor admiradora y que le tiene en un pedestal, aunque haya quien se atreva a poner en duda sus muchas cualidades y quizá niel mimo se las termine de creer del todo, es dejarle que conduzca su coche, mientras ella va en el asiento del copiloto y disfruta más de la compañía que del viaje o del paisaje.
En esta ocasión Ana tiene sobrados motivos para cederle la responsabilidad de la conducción y la principal es que van al piso de Toledo y Ana pretende poner de manifiesto las dificultades que ha encontrado para llegar hasta el chalé como para tener muy claro cómo llegar a la ciudad. Entiendo que para Manuel no supone ningún problema, aparte que Ana prefiera que el hecho de recibir indicaciones genere tensión entre ellos.

Además, ella ha venido con intención de preguntarle y convencerle para que acuda con ella a la boda de Carlos, con el temor lógico de que éste se podía buscar una y mil excusas para rehusar. sin embargo, los acontecimientos de las semanas previas han permitido que los padres de Ana, al menos el padre, empiecen a superar los recelos y objeciones a su relación.

Sin embargo y para sorpresa de Ana, Manuel se ha mostrado dispuesto desde el primer momento, aunque la propuesta haya sido casi en el último momento y de improviso. En principio Manuel le ha dicho que hará lo posible por acudir y se entiende que por parte de Ana habrá una cierta consideración para solventar cualquier problema que pudiera surgir.
Si Manuel ha dicho que sí, la boda de Carlos. Ana no se reprime a la hora de decir que sí a todo lo bueno que sienta y piense de él. «¡Es un chico maravilloso!» Un chico así es mejor no perderlo y que se sienta importante, realizado, por lo cual. lo mínimo es dejar que sea quien conduzca, que eso para los chicos parece ser algo importante, aunque sea trate del coche de una chica.
Manuel conduce
Puede parecer un planteamiento un poco tonto para la novela, para esta historia de amor, que el amor de Ana por Manuel quede reflejado en el hecho de conducir su coche, pero como ya he comentado en alguna ocasión, derivado de un comentario que me hicieron al respecto, sorprende que entre esa cualidades de Manuel no se incluya el disponer de coche propio.
Por lo cual, me pareció relevante el hecho de que sea Ana quien le haga conducir su coche, porque sí tiene coche. En cierto modo es una manera de complementarse, de dar a entender que Ana reconoce esas cualidades que tal vez no resultan tan evidentes para los demás o que él mismo no se termina de creer.
De manera que la decisión de que Manuel conduzca su coche siempre parte de Ana y no admite negativas al respecto, sin que con ello se pretenda dar una imagen distorsionada de la personalidad de ¡Ana como de una chica dominante. Más bien, es de seriedad, de no querer mostrarse demasiado complaciente con la actitud en ocasiones prudente y acomodada de Manuel. El sabe y puede conducir, de manera que conduzca.
Planteado desde el punto de vista de Ana, se puede interpretar que debidos los problemas de salud de ésta, aunque ello no sean un impedimento para conducir, como ya ha quedado constancia a lo largo de la novela, no siempre se siente en optimas condiciones para ello, de manera que aprovecha para descansar y relajarse cuando tiene alguien que la lleva. Se deja cuidar.
Origen

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