Un momento casi romántico

Introducción

Viernes, 24 de Octubre, 2003. (19:45)

En cuanto se percató de mi presencia, se puso en pie y fijo sus ojos en mí. Su cara no disimulaba el gesto de alivio al ver concluida la espera, aunque tal vez mi aspecto no le causase tan buena impresión como a mí el suyo, dado que el contraste era más que evidente

Manuel

Su primer impulso fue darme un beso en la mejilla, pero le obligué a que se reprimiera, estábamos rodeados de desconocidos y no me sentía demasiado cómoda, aunque sí feliz por su llegada, porque hubiera cumplido con su palabra y acudido a la boda.

Ana

Solos en el estación de autobuses

El momento no puede ser más especial. Éste es su primer reencuentro sin improvisaciones, sin sorpresas y sin malentendidos previos. Llevan todo el mes hablando de ello, organizandolo. ¡Más especial no puede ser! ¡Más motivos para sentir que se ha avivado la complicidad no puede haber. Ana le ha pedido a Manuel que acuda y él se ha presentado allí con puntualidad y sin reticencias.

Sabemos que están en la estación de autobuses rodeados de extraños que van y vienen, pero, en realidad, como ya se puede decir que les sucedió en la convivencia de la Pascua, antes de que hubieran hablado en serio de su relación, es como si se encontrasen solos, como si no hubiera nadie más, como si todo ese bullicio, ese tránsito de personas se hubiera desvanecido.

Manuel se ha presentado allí solo, pero es que Ana también, nadie ha acudido con ella a recoger a Manuel, ni sus padres, ni su hermano, ni sus amigas. nada de lo que se diga o pase le importa a nadie ni tiene por qué trascender, salvo que ellos lo comenten. Nadie les observa ni les juzga, más que sus conciencias y sus sentimientos.

Estación de autobuses

Le hace «la cobra»

Manuel que es un chico enamorado y en ocasiones un poco atrevido, aunque nunca tan osado como en esta ocasión, hace un primer intento por demostrar su alegría y sus sentimientos hacia Ana, para agradecerle que le haya ido a recoger y demostrarle lo mucho que la ha echado de menos en las semanas previas, que ya considera que hay la suficiente confianza para estos detalles de cariño. Trata de darle un beso en la mejilla

Manuel (imágen oficiosa para la web) // Copilot designer

Hasta ahora la de los besos por impulso, cautos y en la mejilla, cuando Manuel ha estado desprevenido y ésta ha considerado que se los ha ganado, ha sido Ana. que ella no es una chica fría ni insensible a estas demostraciones de cariño. Tan solo un poco prudente y hasta cierto punto desconfiada en cuanto a la actitud e impulsividad de Manuel. Prefiere hacerse respetar y que esas demostraciones de cariño sea un juego.

Lo típico, lo habitual en estos casos, es que ambos demuestren su alegría por volver a verse, sobre todo por el hecho de que vayan a pasar todo un fin de semana juntos, propiciado por la boda de Carlos y la condescendencia de los padres de Ana y no tanto por una actividad organizada por el grupo.

beso // Copilot designer

Cualquiera se esperaría un recibimiento mucho más cálido, casi de película, en el que el chico suelta todo lo que lleva en las manos y la chica no duda un momento en lanzarse a sus brazos para fundirse en un abrazo y un beso que hagan que se detenga el tiempo. que si de verdad se tratase de una escena de película, sonado música de fondo y que si no son ellos quienes giran, lo haga la cámara a su alrededor .

Ella vestía con una chaqueta verde de terciopelo, un corsé rosa, unos pantalones vaqueros azules y calzaba unos zapatos negros.

Quizás ella viniera directamente del trabajo

de manera que su elegancia, además de pretendida, era obligada

Manuel

Yo con un jersey, camisa, vaqueros y zapatos, como me había visto en más de una ocasión.

mientras que yo lo hacía de mi casa

mientras que yo me había vestido e intentado no remover demasiado el armario, aunque tuve en cuenta que me reuniría con Ana y no me libraría de presentarme ante sus padres

Manuel

La cuestión es que Ana se siente un tanto cohibida y prefiere frenarlo. Ella también se alegra de verlo, pero no considera que sea el lugar ni el momento más apropiado para ello. Aparte que, hasta ese momento, sus demostraciones de cariño han sido muy comedidas y aún no se siente preparada para ir un poco más allá.

Lanzada y fría a la vez

No podemos entender esta actitud poco receptiva de Ana como un rechazo hacia Manuel, cuando ya nos ha quedado claro por ocasiones anteriores que es ella quien suele llevar la iniciativa porque Manuel se muestra mucho más cohibido ante la posibilidad de ese rechazo, como se ha producido en esta ocasión.

En cierto modo es un evidenciar que ella está enamorada, le quiere, pero no se deja querer del todo. Se muestra algo recelosa, huidiza, hasta cierto punto insegura en esta relación, aunque no es algo que se deba achacar a la actitud de Manuel, sino a sus propias circunstancias.

Ana vestida de manera informal (imágen oficiosa para la web) // Copilot designer

No podemos olvidar que para ella Manuel no parece tener secretos, le ha observado, le ha analizado y ha encontrado en las amigas de Toledo a sus mejores confidentes para compartir impresiones, porque alguna de ellas se ha encontrado con la tesitura de llegar a sentirse objetivo del interés de Manuel, sin que esa historia se llegase a concretar.

Sin embargo, Manuel de ella no sabe tanto como supone, aunque ya le haya desvelado algunos detalles de su vida personal y familiar, pero sigue tratando con matices el asunto de su enfermedad, lo que hasta cierto punto podría justificar este reparo a esos besos, a que Manuel se piense que por un sencillo beso en la mejilla es como si le diera la mano y se quedara con todo el brazo.

Por otra parte, Ana ha ido a la estación de autobuses directa desde la gestoría, por lo cual se siente más obligada a cuidar la compostura y su imagen. Así vestida no se siente muy dispuesta a tomarse demasiadas cercanías ni confianzas con nadie. Tiene más la mentalidad de ser una chica seria y responsable que ha de reprimir ciertos impulsos

Origen