Introducción
Sábado, 25 de Octubre, 2003. (14:30)

Lo absurdo de aquella conversación, lo único que provocó que reaccionara y rompiera mi silencio fue una ocurrencia de mi padre, ante la que no me pude quedar impasible, dado que pretendía que aquello no se quedase en meras palabras.

La frialdad de Ana se rompió cuando su padre me hizo una propuesta para zanjar aquella discusión sobre mi mayor o mejor vinculación con la empresa. Sin embargo, el euro que éste me pidió para invertir Ana se lo sacó del bolsillo.
Sigue la conversación
La comida familiar continúa amenizada por el tenso silencio, mantenido por Ana y Manuel, y la conversación entre los padres sobre el futuro de Manuel en la gestoria, si es que éste aceptase la propuesta de trabajo, ya que el padre se muestra bastante a favor y a la madre la expectativa no le acaba de convencer de ninguna de las maneras.
Don José, el serio hombre de negocios y responsable padre de familia ha tenido suficiente con unas pocas horas para autoconvencerse de que Manuel se merece una oportunidad, se le han despejado todas las dudas. Aunque, por su parte, lo considera un sinsentido, un actuar más por complacer a Ana y evidenciar de algún modo su beneplácito a esa relación que por una decisión lo bastante meditada.
Visto de manera objetiva, manuel no parece tener cualidades suficientes como para estar a la altura de las exigencias de asumir un puesto de responsabilidad, con suficiente categoría en la gestoria.
Por otro lado, tampoco es que vaya a ser fácil encontrarle un hueco porque todos los despachos están ocupados y el hecho de colocarle una mesa de trabajo con una silla en un rincón donde no moleste y donde tampoco esté claro a qué se va a dedicar.
En esas fechas la gestoria, el negocio familiar, no está falta de personal y de estarlo no sería para ofrecer un puesto para no hacer nada, por mucho que de pronto al padre se le haya ocurrido pensar que lo que a este chico de Toledo le hace falta para hacer méritos y mejorar su imagen personal sea estar ocupado, conseguir un trabajo, una estabilidad, sin que importe lo que sea.





Amor de padre
Ante las objeciones argumentadas por la madre, Victoria, con toda su lógica, Don José, el padre, como hombre de negocios y padre, en ese intento por dejar claro que su intención es la de agradar a Ana, busca y propone otras alternativas que sean del agrado de los cuatro y no reciban objeciones por parte de nadie.

Don José sigue evidenciando ese cariño y aprecio paternal por su hija, quiere demostrarse su apoyo, ya que asume esta relación es algo importante para Ana, que esta vez sí que parece que la cosa va en serio. sin olvidar y sin pasar por alto el hecho de que a pesar de su aparente buen estado, Ana tiene problemas de salud, por lo cual es como darle un motivo más para que no pierda las ganas por vivir.
La ruptura de la anterior relación de Ana, en parte se debió a que esta no se sintió lo bastante apoyada. Por lo que sabemos, la decisión de la ruptura fuera de la propia Ana y como se menciona en la novela pasó por una pequeña crisis personal, por lo cual el hecho de verla feliz, ilusionada de nuevo, es motivo para hacer que se sienta apoyada, dejando la lógica y el exceso de paternalismo a un lado
¿Y socio capitalista?
Si parece demasiado complicado y comprometido eso de que Manuel trabaje en la gestoria, porque se tendría que mudar a la ciudad y Victoria no parece demasiado convencida de que éste tenga suficientes cualidades como para asumir el compromiso ni les compense, ¿por qué no hacerlo socio capitalista?
La gestoría es una sociedad limitada en la que todos los miembros de la familia en mayor o menor proporción son propietarios, de manera que las ganancias tengan un reparto equitativo y reviertan en la economía familia, que no se trata tan solo de ocupar un puesto de trabajo con una cierta responsabilidad según las cualidades y titulaciones académicas de cada cual.

Ser socio de la empresa no implica necesariamente que se haya de vivir en la ciudad ni tener una relación laboral con la gestoría. en su caso es más una manera de evidenciar que se es miembro de la familia. hasta cierto punto el objetivo de la visita de Manuel de este fin de semana, aparte de la asistencia a la boda de Carlos, es que se le empiece a tener alguna consideración en ese sentido. Ana busca la aprobación de sus padres.
No se aclara, al menos de momento, si Marta, la hija pródiga que reside en el extranjero tiene algún tipo de relación contractual con la gestoria, ya que se supone que la razón de haberse distanciado es por disfrutar de la vida sin sentirse tan sometida a la autoridad paterna. Sin embargo, la nuera y esposa del hijo, es una trabajadora más y es comprensible pensar que con el matrimonio, esa vinculación se ha tenido que ver reforzada de algún modo.
¿Participación en la empresa?
Ante esta última ocurrencia Don José no está dispuesto a aceptar un «no» por respuesta, entendiendo que al menos se ha de considerar como algo más simbólico que otra cosa, más cuando en esos momento parece que no hay demasiado buen entendimiento entre Ana y Manuel porque éste no para de meter la pata cada vez que abre la boca para decir algo.
Desconocemos a cuánto asciende el capital social de la empresa, cómo se ha hecho ese reparto entre los socios y tampoco es que Don José pretenda presumir de riqueza ni aún menos llegar a plantear que la gestoría está pasando por un periodo difícil, ya que ha quedado constancia de que trabajo no les falta y lo de esa hipotética nueva contratación sería un coste asumible, rentabilizable a medio y largo plazo.
En realidad conocedores como son de que Manuel tampoco puede presumir de ser un «partidazo» en ese sentido, aunque con el asunto de la cuenta vivienda y el no haber tenido reparos en asistir a la boda pueda dar una impresión un tanto engañosa, no se le caen los billetes de los bolsillos, pero en su cartera casi hay eco. que lo de su inestabilidad laboral es un problema a tener en cuenta.
Un euro
Don José le pide un euro a entregar en ese mismo momento, como una manera de dar validez a su propuesta y zanjar la discusión. ¿Quién no va a tener un euro encima? ¿Quién no se va a poder desprender de un simple euro? A Manuel la estancia en la ciudad le sale gratis, en la práctica tan solo se ha de preocupar por el billete de regreso en el autobús, si no lo ha pasado por adelantado, lo que se supone ya tiene calculado y aún así ha de tener dinero para imprevistos.

Victoria, ante tal ocurrencia, de nuevo argumenta que es una tontería, a ella no le parece y se supone tan comprometido como el asunto del trabajo, aunque en la práctica sea algo más simbólico que otra cosa. ser socio capitalista por un euro, es como no ser nada, nadie en la gestoria, no tener voz ni voto. en todo caso le da derecho a que en el reparto de beneficios se le tenga en consideración, aunque ese euro no le haga merecedor más que de un céntimo, si llega.


Antes de que Manuel tuviera tiempo de reaccionar a aquella propuesta, fui yo quien busqué ese euro en mis bolsillos y se lo entregué a mi padre, de tal manera que zanjé el asunto de la manera más correcta, sin oponerme a mi padre, pero sin quitarle la razón a mi madre,
Manuel se queda callado, bloqueado, entiende que en esta ocasión, por absurda que sea la propuesta tampoco tiene motivos para rehusar y más que una cuestión económica, que resulta irrelevante, se le pide un compromiso, un voto de confianza, un paso adelante en su relación con Ana. Si cabe, un acto de valentía aún más relevante a nivel familiar que su participación en la cuenta vivienda.
Ana está molesta con Manuel
Conviene no olvidar que Ana sigue molesta con Manuel por las meteduras de pata de éste, por su falta de empatía, sensibilidad y complicidad, pero no puede evitar sentirse aludida ante esta cuestión.
Es como si de manera intencionada su padre, Don José, le hiciera una pequeña jugarreta, la pusiera entre la espada y la pared, como si buscase evidenciar la complicidad padre-hija y en esta pequeña rivalidad por acaparar la atención de ésta quisiera dejar claro que por mucho que ella busque a otros hombres en su vida, él siempre ocupará ese lugar preferencial.
De todos modos, se entiende que con esta reacción Ana intenta rescatar a manuel de la disyuntiva a la que se enfrenta. no tanto porque desconfíe de que esté disponga de ese euro o de su resistencia a asumir el riesgo de implicarse de este modo en la familia.
Se trata de que ella responde por los dos, de evidenciar que a pesar de su aparente discrepancia, no ha renunciado a conversar su relación. Para ella es una reafirmación, aunque, por otro lado, aún no se sienta dispuesta a perdonar ni a olvidar, porque se siente un tanto desencantada, defraudada, como novia, como chica que ha puesto toda su ilusión en un chico de Toledo y no se ha sentido correspondida.
Manuel va a ser su acompañante para la boda y ahora mismo ella misma no tiene ganas de discutir ni dar pie a que aumente la cuestión, de manera que con la entrega de este euro queda zanjado el asunto y espera que la conversación derive hacia temas más triviales

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