Casi mágico, sólo casi.

Introducción

Sábado, 25 de octubre, 2003. (17:00)

La misa era a las cinco y media; media hora antes yo ya estaba vestida y lista para que nos fuésemos. Si no me entretuve más, en parte fue porque después del comentario de Manuel con respecto a mi vestido, a la torpeza de habérselo enseñado el día antes y ahorrado la sorpresa, aquello ya no tenía ninguna emoción…

Ana

Elegancia, belleza y cuantos halagos se le hubieran hecho se habrían quedado cortos, salvo por el hecho de que la expresión de su cara al mirarme o sentirse observada animaba a contratar a todo un batallón de guardaespaldas ante el riesgo de morir asesinado y no tanto por amor.

Manuel

Eran las cinco de la tarde

A las cinco en unto de la tarde, con puntualidad y sin ningún retraso por parte de nadie en el último momento, están los cuatro vestidos y listos para salir, aunque para llegar hasta la parroquia tan solo hayan bajar de cruzar la avenida, pero se asume que en esa familia cuidan hasta el último detalle como una manera de respeto hacia los demás.

A Manuel no le queda otro remedio que amoldarse al ritmo que le marcan, consciente de que se le examina con lupa y que sus meteduras de pata tampoco han de ir en aumento, aparte que con ello pretende congraciarse con Ana, que ésta le dedique una primera sonrisa despues de lelvas desde la tarde anterior de morros como consecuencia de sus comentarios poco acertados.

Entiende que él tiene que ser el complemento perfecto y que de algún modo era hora del reloj es como una sentencia, una última oportunidad de enmendar lo que ya es mejor que no se empeore más. Conviene no poner a Ana más nerviosa de lo que está y a ser posible ser comedido con todo lo que diga no vaya a ser que acabe por descepcionarla y con ello estropee la tarde, el día y su futuro como pareja.

Ana se mantiene seria, en silencio expectante. ya se ha vestido para la boda, se ha poducido la mágia, se siente radiante, feliz, dispuesta a disfrutar de ese día como uno de los más relevantes de su vida, no porque vaya a asistir a la boda de su ex o al que ya considera tan solo como uno de sus mejores amigos, sino porque se trata del primer evento social al que acuda con Manuel como pareja.

Entendemos que, si ha tenido tiempo de despellegarlo, mientras conversaba con las amigas por teléfono al amparo de la privacidad que le proporcionaba su dormitorio y el hecho de estar sola, ya se debe sentir mucho más relajada. sin embargo, mantiene una cierta frialdad porque ese chico maravilloso del que pretende presumir delante de todo el mundo, no le dedica ni una sola palabra de halago ni de complicidad.

De hecho, siendo objetivos, si ella se siente espectatular, aunque el amor de su vida se cohiba a la hora de hacerselo saber, la impresión que éste le causa vestido con esa ropa, aunque el vestuario sea mejorable, se puede considerar aceptable. ¡Va guapo!

Se entiende que los padres de Ana tampoco le pueden poner demasaido reparo en ese sentido. que si se hubiera presentado así vestido en julio, la primera vez que se presentó en el piso, las primeras impresiones hubieran sido mucho mejores, hubieran quedado mucho más claras sus intenciones, apesar de que aquella visita fuese un tanto inesperada por su parte. Ahora sí que pasa esa primera criba.

Casi como un par de adolescentes

Ante la frialdad que parece evidenciarse entre esta pareja de tortolitos, el padre se decide a intervenir, a ponerse serio con ambos y echarles la charla por la insensated de su actitud, lo inapropiado que resultaba que pretendeiran acudir así a la boda, por lo cual casi les llega a insinuar que deberían plantearse quedarse en el piso, que no vaya ninguno de los dos, como si los castigara por su mal comportamiento.

Ana, por su parte, entiende que ella no puede faltar y que tampoco es momento n si ella tiene edad como para que se la trate como si aún fuera una cría teniendo una típica rabieta de adolescente, porque su chico le ha dicho o dejado de decir lo que ella esperaba. Su no asistencia a la boda carece de sentido porque todo el mudno cuenta con ello. Es la dirigente del grupo parroquial y quien representa a todos, aunque vaya a acudir más gente.

Por otro lado, no tiene demasiado sentido que Manuel se quede solo en el piso, ya que se entiende que los padres de ana sí tienen intención de acudoir, aunque sea tan solo a la ceremonia religiosa. De hecho, Manuel aún no se ha ganado la cuficiente confianza como para que se peuda quedar solo en el piso y a Ana no le apetece ser quien se quede a hacerle compañia.

Haberse arreglado tanto para nada es una evidente pérdida de tiempo y un motivo para que despues todo el mundo se haga preguntas díficiles de responder. ellos son la pareja del momento. Los únicos que de algun modo les pueden quitar protagonismo a los contrayentes, de manera que, si no se dejan ver, levantarán muchas suspicacias y ninguno de los dos tiene motivos para pensar en rupturas.

Ella necesita ir del brazo de un hombre

Se trata de demostrar madurez, saber estar y de que se dejen de hacer el tonto, porque es lo que el padre les da a entender, que por su parte está dispuesto a dar uan cierta credibilidad al hecho y la expectativa de que quieren tomarse la relacion en serio a pesar de todas las objeciones y reparos que la gente les pueda poner.

Sin embargo, por su parte, en esta ocasión al menos, Ana no está muy dispuesta a ser la que siempre tome la iniciativa y le encuentre soluciones para todo. Esta vez quiere presentarles el novio a sus amitades y es mejor que éste se lo crea, que no vaya acobardado ni cohibido por la situación.

Ella quiere sentirse feliz, orgullosa, bien acompañada, que el mundo le tenga envidia, porque las demás chicas tambien llevarán pareja, acompañante, pero ella pretende y espera dejar a todas con la bocaabierta, impresionadas. Su pareja es este chico de Toledo, que tiene cualidades para ser considerado como los demás, incluso dejar al resto de los asistentes a la altura del betún, si se lo propone.

Necesita un chico que vaya con la cabeza alta, orgulloso, que presuma de ir en compañia de la chica, la mujer, más hermosa de todas despues de la novia, en un momento tan especial. ella necesita sentirse espacial y que a la hora de presentarlo ante sus conocidos pueda decir con orgullo eso de que «¡Es mi novio!» y por una vez la primera impresion sea la buena.

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