Date una ducha fría.

Introducción

Sábado, 25 de octubre de 2003. (22:25)

Se había terminado nuestra canción y empezaba a sentir que se incomodaba por aquella situación, de manera que preferí dar por concluido nuestro baile. Como se alternaba el tipo de música, aquella no me agradaba tanto.

Ana

Abandonamos la pista de baile, porque estaba claro que era ella quien más interés tenía en solventar aquella cuestión, no aceptando negativas ni aplazamientos.

Manuel

Tan solo una canción.

Es su primer baile, su primera canción, y, una vez que ésta termina, Ana entiende que ya se han dado suficientes confianzas y es mejor que recuperen la compostura. Lo del baile ha sido una manera de romper el hielo y despejar cualquier duda por parte de los demás. No hay crisis en la pareja y les han dado el espectáculo que todos esperaban, que no ha sido tan solo por guardar las apariencias.

Ana es una chica seria, formal; se supone que es un referente para las demás chicas del grupo en su coherencia de vida, que no es de las que va por ahí presumiendo de ser una buena chica para después tomarse demasiadas libertades y confianzas con el primero que se le insinúa, por mucho que sea su novio, aunque tampoco es de las que va de chica perfecta.

El caso es que se empieza a sentir un tanto incómoda; asumimos que Manuel deja bastante que desear como bailar y ello provoca que, como pareja de baile, aún tenga mucho que mejorar antes de pensar en alargar estos momentos. No la sabe llevar y tampoco la sujeta de manera que ella se sienta cómoda, aparte de que para ser su primer acercamiento, tampoco conviene abusar.

Cuando regresamos a la mesa, me senté sin dudarlo; me dolían los pies, porque aquellos zapatos no eran para bailar, pero él se quedó de pie.

Ana

De hecho, se puede comprender que Ana se sienta un poco incómoda, aunque en la novela hace alusión a sus zapatos, lo que se supone es algo habitual en las mujeres, o como escritor me pareció apropiado tenerlo en consideración. Que Ana se ha vestido para quedar bien en las fotos, pero que cierto tipo de calzado no es cómodo, sobre todo si no está acostumbrado a ello.

Zapatos de tacón alto // Wordpess AI

Por lo cual, Ana regresa a la mesa para sentarse, en un intento por volver a la tranquilidad previa al baile, ahora que ha conseguido encontrar ese punto de entendimiento con Manuel y están empezando a hablar de nuevo, a tratar asuntos que les afectan a los dos de una manera abierta y sincera. Lo del baile ha sido una confirmación de esa complicidad, pero no se pueden mantener al margen de la realidad.

Por su parte, Manuel se queda de pie. El baile le ha sabido a poco y es comprensible que sus zapatos sean mucho más cómodos, sin que el hecho de bailar le suponga ningún problema ni le genere ningún malestar. De hecho, su inquietud y preocupación están en Ana. Digamos que, después del baile, de haberla tenido entre sus brazos, aunque haya sido un momento muy breve, no le ha dejado indiferente.

¡Hombres! Todos son iguales.

Si quieres, nos vamos a casa y te das una ducha fría. — Le dije. – Como está lloviendo, basta con que salgas a la calle.

Ana

Ana se percata de que, a título personal, Manuel la ha incluido en el menú del banquete, que se le van los ojos y no es capaz de pensar con eso que se supone que lleva por encima de los hombros, lo que convierte lo que ha sido un momento mágico como pareja en algo que hasta cierto punto a ella le llega a incomodar, a resultar un poco inapropiado.

Manuel intenta disimular, pero Ana se percata de que se le van los ojos, que no termina de asimilar lo que ha sucedido y que, en cierto modo, su cerebro ha entrado en bucle. La chica, que pocas horas antes le ha amenazado con mandarlo de regreso a su casa, se ha echado en sus brazos con la misma impulsividad para que bailasen juntos.

Ana prefiere que se siente, que estén a distinta altura, y se relaje, centre su atención en darle conversación y sus ojos en nada que provoque que ella se pueda sentir atacada u ofendida. Que, si necesita relajarse y no tiene voluntad para sentarse, tiene la opción de salir al aparcamiento del restaurante y que sea la lluvia la que le refresque las ideas.

—¿He dicho algo inoportuno? — le pregunté extrañado.

Manuel

Manuel intenta disimular, no reconocer de manera abierta que Ana tiene razón a la hora de hacerle esa recriminación, consciente de que Ana es una chica, una mujer, que defiende su dignidad e integridad delante de quien sea, que no acepta de buen grado ciertas actitudes ni comportamientos, vengan de quien vengan, ante lo que existen razones y eximentes suficientes para considerar que sus posibles víctimas de asesinato han de considerar que tienen más motivos para temer por su integridad que ella, como excedan su paciencia.

Manuel y Ana juntos// Copilot designer

Ella no se considera parte de ningún tipo de menú, pero Manuel no se debería olvidar de que Ana es de las que recurre a la consabida advertencia de que ella sí tiene madre y que ésta no tendrá reparo en utilizar la zapatilla, si a ella le pasase algo. De hecho, Manuel ya ha empezado a tomar conciencia del carácter de la madre y de la opinión que se ha formado de este, como para no ignorar tal advertencia.

Suegra ejerciendo de madre protectora.

Origen