Introducción
Domingo, 26 de octubre de 2003. (11:45)

Me aproveché, cuando me dejaron sola, para asomarme por la puerta del dormitorio de mi hermano y comprobar que Manuel había recogido su equipaje y qué había sucedido con el ramo, dado que eso de que se hubiera deshecho durante la noche me preocupaba un poco, porque confiaba que tuviera una durabilidad mayor, aunque se tratase de flores naturales.
Un chico detallista
Manuel parece preocupado y pendiente por causarle buena impresión al padre de Ana, mostrándose como un chico educado, que sabe comportarse y respetar la privacidad e integridad de Ana. Pretende colgarse una medalla ante quien sabe que ya tiene bastante ganado porque, a diferencia de la madre, éste se muestra más favorable a esta relación.

De manera que, si la misa es a las doce, y el padre no es de los que acostumbra a llegar tarde, aparte de que ello sea una excusa y ocasión para que Ana se quede tranquila, Manuel no pone ningún reparo en acompañarlo; que quiera demostrar que en ese sentido es un chico cumplidor con dicho precepto, aunque Ana ya haya podido compartir impresiones con su padre en ese sentido.
Porque, como sabemos, Ana es una chica de misa diaria, siempre que el trabajo, su salud y compromisos personales se lo permiten. Lo cual es una inquietud que por lógica ha comentado con las amigas de Toledo, con aquellas que conocen de los hábitos y costumbres de Manuel, para saber de antemano si éste cumple con las expectativas o es mera apariencia.
El caso es que se conocieron gracias a las actividades del grupo y ha sido así como se ha ido fraguando esta relación. Aparte de la actitud más o menos acertada de Manuel como conquistador, Ana puede estar tranquila. No se ha enamorado de un chico perfecto, pero, dentro de todo eso que debería mejorar, no hay nada que en principio suponga un obstáculo o impedimento para su relación.
Si fuera más detallista
La cuestión es que, como ya sabemos, Ana tiene interés por este chico más allá del hecho de sentirse correspondida en sus sentimientos. Es un chico que la intriga, por el que se preocupa, sobre todo porque en su casa hasta el más mínimo detalle importa y Ana se teme sea analizado con lupa por sus padres, buscando la ocasión para sugerirle que se busque otro novio más adecuado.
El fallo, la torpeza de Manuel de esta mañana, ha estado en el detalle del ramo, en eso de que el padre se encontrase con el regero de pétalo desde la puerta hasta el dormitorio. Como si éste hubiera dejado a su paso pistas para indicar sus pasos cuando regresaron de madrugada.
Ana se fija más en la aparente indiferencia, el poco interés que Manuel demuestra por cuidar el ramo de novia, como si fuera una pesada carga que se negase a asumir, a la que no diera el valor ni la importancia que tiene. Esta dejadez Ana la interpreta en el sentido de que no cuidaba con bastante mimo su relación. Que, si ella rechazó el ramo cuando éste se lo ofreció, fue más por las formas que por el fondo.

De momento ha habido insinuaciones de una posible boda a largo plazo, que aún es pronto para fijar una fecha e incluso para tratar la cuestión demasiado en serio. Sin embargo, este ramo representa de algún modo el beneplácito de sus amigos a esta relación, lo cual se convierte en una prueba de su amor, de algo que han de cuidar, sobre todo porque ambos son conscientes de que durante el tiempo que llevan como pareja ha habido altibajos.
Manuel no llevará el ramo.
Está claro que la dejadez de Manuel con el ramo se debe en parte a que se enfrenta a una situación que no se esperaba y que tampoco sabe muy bien cómo resolver, dado que hasta ahora Ana no se ha implicado. No ha considerado que fuera asunto suyo. Ella quiere y espera tener un novio un poco más romántico, pero éste aún no sabe leer entre líneas ni interpretar sutilezas.
Ante esto, Ana ya no se puede quedar impasible ni indiferente, cuando tiene la confirmación de que Manuel ya ha recogido sus pertenencias, pero se ha desentendido del ramo, que se lo va a dejar allí olvidado, con la expectativa de que sea Ana quien se haga cargo, aunque sin que lo hayan hablado previamente.
La reacción de Ana es inmediata: se preocupa por recoger el ramo y ponerlo en un jarrón con agua antes de que se deshaga y pierda del todo, dado que, en último caso, las explicaciones se las pedirán a ella y ya sabe que sus padres no serán demasiado condescendientes. Sobre todo, pretende dejar claro que ella sí tiene interés e intención de cuidar de su relación.
Podemos deducir que, aunque Manuel haya de regresar a Toledo, ella asume su compromiso de cuidar de su relación, de tomarse en serio y de manera responsable el hecho de que ahora sean pareja, que la visita de este fin de semana tiene una gran relevancia para ella y se reafirma en sus sentimientos; lo que espera también sea por parte de Manuel, que la dejadez por el ramo no implique nada negativo

Ante tal expectativa y por ser un poco considerada, como me había enseñado mi madre, me molesté en poner aquellas flores en un recipiente con agua, que al menos mientras durase me sirvieran de recuerdo de aquel fin de semana, dado que no disfrutaría de la compañía de mi amado, y así esperaba que éste se hubiera planteado volver antes de que la última de aquellas flores se marchitase del todo.

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