Espabila tú también.

Introducción

Domingo, 26 de octubre de 2003. (13:15)

Durante la comida, aunque pareciera que mi padre no tenía otro tema de conversación, porque Manuel tampoco se mostraba muy hablador, se aludió de nuevo al asunto del trabajo, a que mi padre estaba dispuesto a darle todas las facilidades; incluso insinuó que aquella era la excusa perfecta para que yo hiciera uso del dinero invertido en la cuenta vivienda…

Ana

El tema de conversación durante la comida se centró en el futuro de Ana y en cómo hacer para que su relación conmigo encajase en todo aquello. Ellos dos parecían saber de lo que hablaban y que aquella conversación era continuación de alguna mantenida con anterioridad

Manuel

Endulzando la conversación.

Durante la comida, para que la conversación no decaiga, porque Manuel se muestra poco conversador y demasiado cohibido, es el padre quien propone y alude a todas las cuestiones que, como tal, le preocupan en cuanto al futuro de esta pareja, dado que no es lo mismo echarle la charla a Ana que tener a Manuel allí presente para no dejarlo al margen.

Don José, el padre de Ana// Copilot designer

Como hombre de negocios y padre preocupado por el bienestar de su hija, porque ésta ha recurrido a su carita de niña buena para ponerlo de su parte y ganarse su beneplácito en cuanto a su relación con Manuel, no puede evitar aludir de nuevo al asunto de la propuesta de trabajo para Manuel y mencionar la cuestión de la cuenta vivienda.

Ana tiene en proyecto la idea de comprarse un piso y, por lo que sabemos, ha convencido a Manuel para que se implique, aunque es algo que ya arrastra de su anterior relación, que la implicación de Manuel le ha ayudado a saldar deudas y romper vínculos con Carlos. Sin embargo, no es un asunto que se pueda mantener en espera indefinidamente.

Han pasado más de dos años y medio desde la ruptura de la relación con Carlos, por lo que entendemos que el proyecto de comprarse un piso de la cuenta vivienda no es algo que se acordase en el último día, que el tiempo corre en su contra y hay una fecha límite.

La cuenta vivienda

Una cuenta vivienda es una herramienta financiera diseñada para ayudar a las personas a ahorrar dinero con el propósito específico de comprar su primera vivienda o realizar reformas en su vivienda actual. Al abrir una cuenta vivienda, el titular puede beneficiarse de ciertas ventajas fiscales, como la posibilidad de deducir una parte de los ahorros en la declaración de la renta.

Algunos puntos clave sobre la cuenta vivienda:

  • Finalidad específica: Los fondos depositados en la cuenta deben destinarse exclusivamente a la compra o mejora de una vivienda.
  • Ventajas fiscales: Las aportaciones a la cuenta pueden desgravar en la declaración de la renta, siempre que se cumplan los requisitos establecidos por la ley.
  • Plazo de uso: El dinero ahorrado debe utilizarse en un plazo determinado (generalmente cuatro años) para evitar perder las ventajas fiscales.
  • Requisitos: Los titulares deben cumplir con ciertos requisitos, como ser residentes en el país y no haber sido propietarios de otra vivienda anteriormente (en el caso de compra de la primera vivienda).

La excusa perfecta

Está «sobre la mesa» la opción de que Manuel trabaje con ellos en la gestoría, que se traslade a la ciudad y solvente de ese modo el problema de la distancia y la falta de comunicación en la pareja. Con Manuel en la ciudad, ya no podrán argumentar que nunca tienen ocasión de verse o que han de hacer encaje de bolillos con sus agendas para concertar una próxima cita.

Ana tiene claro que para ella eso de viajar a Toledo cada vez que el grupo les convoque a una de esas reuniones mensuales o actividades de grupo cada vez le va a ser más complicado. Ella trabaja y el hecho de que Toledo se encuentre a dos horas de viaje en coche, sin que a sus padres les convenza eso de que vaya sola, por eso de que está condicionada por sus problemas de salud.

Lo de meter a Manuel en casa queda descartado; esta vez ha sido un fin de semana y porque acudía a la boda de Carlos, que esta hospitalidad y consideración hacia él casi ha sido una exigencia de Ana para que éste no rehusara acudir. A la madre le inquieta que se acomode en exceso o que, con el cuento, después, ya no haya quien lo eche.

Victoria, la madre de Ana// Copilot designer

El padre, siendo bastante pragmático al respecto, plantea el asunto de la compra del piso como la mejor alternativa y solución, ya que de este modo Manuel seguiría manteniendo su independencia y no le estarían metiendo en casa. Aunque, por otra parte, tampoco es que con ello se plantee que sea Ana quien se emancipe demasiado pronto.

Después de todo, Manuel está contribuyendo económicamente a la compra del piso, por lo cual dichas aportaciones pueden interpretarse como el pago del alquiler. Sería un dinero que, en caso de que la relación se rompiera con el tiempo, no le tendrían que devolver; no se encontrarían con la misma disyuntiva que con Carlos. En caso de que la relación se afiance, la consecuencia es pensar que Manuel vive en su propia casa.

El problema de fondo es que, si Manuel termina por aceptar el trabajo en la gestoría y hacerlo bajo esas condiciones, en la práctica, dado que Ana tiene en su trabajo en la gestoría su principal fuente de ingresos, el dinero para costear la compra de ese piso saldrá de sus sueldos. Es decir que será la empresa familiar la que, de manera indirecta, asuma el coste.

Logo de la gestoría (ficción de la novela) // Copilot designer

Más facilidades no se les pueden poner ni exigencias se les pueden pedir para que se tomen en serio su relación. Aunque sea como poner a nuestra pareja entre la espada y la pared, dado que hasta ahora Ana ha estado bastante tranquila sabiendo que se mantenían las distancias, pero si quiere tener tiempo y ocasión de afianzar la relación, la solución no puede ser más simple.

Si con el paso del tiempo se viera que Manuel no cumple como novio ni como empleado, el único perjudicado será él mismo. Ana le podrá mandar a la porra sin miramientos y el padre, como jefe y responsable de la empresa, le podrá dar la patada. Lo de echarlo del piso entienden que no tendría por qué ser mucho más complicado. Mientras no haya boda, se le considera un mero inquilino. Sin ataduras sentimentales ni trabajo, no tendría sentido que permaneciera en la ciudad.

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