Mientras revisaba y corregía la novela «Esperando a mi Daddy» me he dado cuenta de un error de los gordos que me obliga a reescribir y modificar algunos capítulos, si es que pretendo que la novela tenga cierto toque de coherencia y realismo. Por lo que he encontrado en diferentes páginas web, dentro de esa labor de investigación que llevo para escribir esta novela, me he topado con el hecho de que hay diferencias significativas en el planteamiento y diseño del horario escolar.
Allí no se trata de un calendario de lunes a viernes, como en España y como había supuesto hasta ahora, sino un calendario basado en un sistema de 6 días que se rotan, de tal manera que se rigen por el número de día de clase con respecto al curso y no por el día de la semana. Con el añadido de que aparte las horas de clase varían en función de la hora en que sea el Lunch, de tal manera que la 4º clase del día puede ser antes o después en función del día.
Bien analizada y estudiada esa organización de las clases, entiendo que tiene su lógica, quehay una coherencia, de tal manera que se prevé de antemano el número de horas de clase dedicadas a cada asignatura sin que esto se vea alterado por la sucesión de días festivos o sin clase que se suceden a lo largo de los meses. Hay cuatro evaluaciones a lo largo del curso, cada una de 45 días lectivos.
La cuestión es que me he encontrado con la tesitura de reescribir los primeros capítulos cada adaptar el desarrollo de la novela a esos cambios que considero necesarios, una reorganización de las clases, que ha sido algo así como recomponer un puzzle donde las piezas no siempre encajan. Hasta ahora suponía que el horario de las clases era de 36 horas semanales, donde todo me cuadraba a la perfección y me he encontrado con que es de 42, de tal manera que todas las asignaturas tienen un día de cada siete en que no están.
Según el desarrollo de la novela y este nuevo planteamiento, me he encontrado con el problema de que se supone que Jessica acude a clases de asignatura que ese día no se dan o que se ha cambiado el orden de las mismas, por lo cual he tenido que añadir días al desarrollo de la historia para darle un poco más de coherencia y que Jessica acuda a una clase determinada en el día que según el horario le corresponde y no al libre albedrío, como pasaría si no hiciera estas modificaciones.
En cualquier caso, el replanteamiento de estos primeros capítulos, referentes a sus estudios de Secondary School, ha permitido que le dé una mayor coherencia a todos los personajes, acentuando la presencia de los secundarios, sin que ello desvirtúe el sentido ni el hilo conductor de la historia, así como a dar una mayor trascendencia aquellos hechos de que en un primer momento consideré poco relevantes, pero que ayudan a comprender mejor la personalidad y mentalidad de Jessica como narrador y personaje principal.

18 de septiembre 2013
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