From the sunny beaches of South Beach

December 25, 2020

South Beach Miami, FL.

Merry Christmas and Happy and New Year.

Hola. Hola.

Aquí, tú amiga Sharon, felicitándote las fiestas desde la playa de Miami, con una temperatura media de 68.50ºF este mes ¿Qué tal de frío hace en Toledo en estas fechas? Mi hermana me ha comentado que en Steubenville la temperatura media ha sido de 33.33ºF, de manera que ya te puedes imaginar lo que añoro yo la Navidad y la fiesta de Año Nuevo en casa de mis padres. Creo que aún no me he acostumbrado del todo a la ausencia de nevadas, sobre todo este año que por causa del Covid no me he movido de aquí. De modo que la envidia la tengo yo de vosotras porque tenéis la oportunidad de pasar estos días en familia, aunque tampoco me quejo muy alto dado que por lo menos tengo cerca de a mi “Uncle Bob”. Sobre todo tengo a mi princesita, que es el sol de mi vida.

Llevo casi un año sin ir por Steubenville, aunque de haber sabido del año que me esperaba no sé si me hubiera quedado allí, pero no me he podido escapar del trabajo y mi Uncle Bob ha sido mi mejor apoyo en estos meses de pesadilla porque no sé qué me pasa con los hombres, pero antes o después todos salen espantados, aunque te aseguro que con éste todo parecía que iba bien después de estos años. Mi único alivio es que al menos se marchó con lo puesto y si te digo la verdad no es que me alegre y lo lamento por mi princesa que será quien sufra por esta separación, pero mejor no soportar otra mentira. Pequé de ingenua y cómo te puedes imaginar, se agradece eso de tener apoyo espiritual, aunque sea a través del teléfono. Ello me ha dado mucha paz, como siempre. Al menos me queda el consuelo de pensar que nadie me va a decir eso de “¡Te lo dije!”. Aunque, si te soy sincera, tampoco me hubiera importado que alguien lo hubiera hecho tanto entonces como ahora.

Pero no te voy a contar mis penas, porque tampoco te quiero aburrir, porque, dentro de lo malo, estoy bien de ánimo y eso no ha sido más que un paréntesis en mi vida, del que tan solo he sacado de bueno a mi hija y el saber que tengo el apoyo de la familia y los amigos. Jack alega que después de esta mala experiencia él ha ganado puntos como cuñado, aunque yo nunca haya puesto en duda que lo suyo con mi hermana fuera en serio y puede que yo haya querido ver fuego donde no había ni brasas. Que ha sido como en la universidad, como siempre, pero esta vez debido a las distancias no tuve a mi hermana cerca para que me abriera los ojos y como todas se dejó engañar por las primeras impresiones. Hasta cierto punto mi Uncle Bob también se siente un poco culpable por no haber sabido verlo, pero me veía feliz. Por suerte ha estado ahí cuando vio que me derrumbaba y ha evitado que mi mundo explotase en mil pedazos. He logrado recomponer mi vida y que lo sucedido no haya sido más que un mal sueño, de que tan solo he sacado de bueno a mi princesita. Tengo la custodia y evitado la tortura de compartirla, aunque soy consciente de que en algún momento ésta querrá saber de su padre, pero mejor que sea cuando éste ya no pueda hacernos daño. Estamos mejor solas.

Aquí tengo mi casa y, a pesar del ambiente de fiesta que en ocasiones llega a haber en la isla, disfruto de una relativa tranquilidad, de manera que no tengo problema en quedarme. Como sabes, tampoco es que viva puerta con puerta con mi Uncle Bob, porque no necesito verme rodeada de muchos lujos ni comodidades, ni en primera línea de playa. Prefiero disfrutar de las comodidades similares a las que tenía en casa de mis padres y ser una chica bastante normal en todos los aspectos porque, visto lo visto, casi mejor no convertirme en el centro de atención de nadie. Aunque, como dice mi Uncle Bob, desde que trabajo con él en la tienda las ganancias se han multiplicado. Parece ser que eso del magnetismo personal es cosa de la familia Springtown, por eso mi padre cayó prendido por los encantos de mi madre y lo mismo le sucedió a Jack con mi hermana. Yo de momento no necesito otra “cucaracha” en mi vida. Mi Uncle Bob, sigue soltero, aunque ya sabes que tiene sus aventuras, pero yo prefiero fijarme tan solo en lo bueno que tiene como tío y como jefe.

Quien se lo pensó poco a la hora de meter a los niños en el coche y regresar a Steubenville fue mi hermana, en cuanto empezó a escuchar noticias de que la epidemia había llegado a New York. Ya sabes que ella en ocasiones en un poco exagerada con todo lo referente a la salud, pero en este caso supongo que tuvo razón. La vida en Steubenville es mucho menos agobiante, no hay tanta gente ni tanto turista. En cuanto nuestro Uncle Bob le confirmó que le cedía su apartamento, para no invadir el de nuestro padre, metió cuatro cosas en la maleta, subió a los niños al coche y pisó el pedal del acelerador. Cuando a Jack le entró “el alien” en el cuerpo, mi hermana y los niños ya se habían puesto a salvo. Por suerte no hemos de lamentar ninguna desgracia. Tan solo que se han estropeado los planes que teníamos para este año y que he tenido que echar en falta no tener a mi hermana más cerca en mis peores momentos, pero bueno, la he tenido al teléfono e incluso hemos hablado por videoconferencia, porque yo me he aprovechado que ella está allí para saber de primera mano cómo está nuestro padre y ella se ha quedado tranquila al comprobar que poco a poco me he ido reponiendo de mi pesadilla personal.

Tenía previsto viajar a New York en verano, incluso medio convencido a mi Uncle Bob para que dejase unos días libres en Acción de Gracias y asistir al Macy Parade en directo, pero, ante el hecho de que mi hermana de momento no tiene intención de moverse de Steubenville, he tenido que cambiar de planes. Además, eso de tener que llevar la mascarilla en el avión a mí me parece un tanto incómodo, aunque indispensable y como dice mi hermana, ahora gracias al teléfono incluso hablamos más que antes, lo que en su caso es toda una novedad, porque cada una está en un punto del país y siempre se ha quejado de que yo hablo más de la cuenta y necesita que respete su espacio. Supongo que como ahora no sale mucho de casa, por eso de mantener las distancias. Ésta es la mejor manera de hacernos compañía. Ella sabe que yo necesito de sus consejos de hermana y yo estoy encantada con la oportunidad de ver crecer a mis sobrinos y comentar con alguien lo mucho que crece mi princesita. Sobre todo me encanta cuando nuestro padre también participa, aunque aun se pone un tanto cascarrabias con ciertos temas, pero está orgulloso de nosotras y seguro de que nuestra madre se sentiría igual de dichosa, si nos viera.

Supongo que ya te lo he comentado, pero Pete me llamó en cuanto tuvo noticia de lo mío. Me pareció todo un detalle por su parte. Aunque sabiendo cómo es él me hubiera extrañado que no lo hiciera, a pesar de que entre nosotros no llegó a haber entendimiento en su día, pero supimos distanciarnos a tiempo y le sigo guardando un cierto aprecio como amigo. Me dijo que estaba para lo que le necesitara y ya sabes que él siempre habla en serio cuando se trata de ayudar a los demás, pero le aseguré que no era necesario que se preocupara, aunque se lo agradecí. ¡El muy loco es capaz de venirse corriendo! En su caso es literal, aunque ahora viva en la costa Oeste. Tiene allí su vida y entiendo que esa ha de ser su prioridad, aunque, como dice mi hermana, tan solo basta con que Jack se ponga al teléfono para que a los dos se les ocurra algún plan alocado. Tienes suerte de haber puesto tierra y agua por medio porque de la pandilla eres la única que se encuentra a salvo. De todos modos, no te confíes porque son capaces de sorprenderte. Si te digo la verdad a mí me hubiera gustado que me rescatasen en su momento, pero como dice mi hermana, entiendo que con razón, es mejor que no les dé ideas no vaya a ser que lo acabe lamentando.

Como ayuda y apoyo tengo a mi Uncle Bob cerca, a mi hermana al teléfono y a David localizado por si necesito consejo espiritual. Te diría que a mi padre también, pero no quiero preocuparle sin motivo. Ya le he propuesto en alguna ocasión que se venga a Miami a pasar una temporada, pero insiste que prefiere quedarse en su casa, que no quiere ser un lastre para sus hijas. A ver si en cuanto se pase esto del Covid le convenzo, porque estoy segura de que tendrá ganas de verme.

Con Ana también he tenido ocasión de hablar estas últimas semanas. Ya sabes que es un encanto de mujer y que de esto de familias destrozadas sabe bastante, pero por suerte mi princesita me tiene a mí y me puedo hacer cargo de ésta. Ya sé que Ana no es una roba bebés ni nada por el estilo, pero me llamó por si me podía ayudar. Ella tiene amigos en todas partes y pensó que me vendría bien tener a alguien que me ayudara con la princesita, que el trabajo, la maternidad y el tener que rehacer mi vida superaran a cualquiera y el día no tiene tantas horas. Como le dije, me causa un poco de reparo meter a gente extraña en casa, aunque sean de confianza y venga a ayudar. No estoy en un momento de mi vida en el que me sienta muy sociable con los extraños. En cualquier otra circunstancias supongo que no me hubiera importado. De todos modos, mi Uncle Bob es bastante comprensivo en cuanto al trabajo y yo soy bastante organizada. No siempre es fácil trabajar desde casa como en la oficina, pero en el negocio no se notan demasiado mis ausencias, aparte que con la bajada del turismo también hay menos trabajo.

Tu amiga Yuly también me ha llamado en alguna ocasión para saber de mí. Igual que Pete, me dijo que podría contar con ella para lo que necesitase, pero le sucede lo mismo que a todos, que no vive en la puerta de al lado y entre nosotras tampoco es que haya tanta confianza, aunque en su caso no tiene cargas familiares y tan solo se ve condicionada por su trabajo. No he querido que se complicase porque, dentro de lo que cabe, yo estoy bien y tampoco quiero que ella se complique cuando no hay necesidad, aunque ya sé que no le importa viajar y echar una mano, que como me argumentó, así sus padres ya no tienes que echarle en cara eso de que siempre está en casa.

Te diría que incluso Daddy me ha llamado, pero no te quiero engañar. Ya sé que él no tiene ese tipo de detalles y tampoco es necesario que lo haga. Me doy por satisfecha con saber que tú sí lo has hecho; que ya sé que me puedo escapar a Toledo en cualquier momento y que no hace falta ni que os avise. Ahora mismo con las restricciones que hay, si te soy sincera, prefiero quedarme en mi casa, aunque a lo largo de este año la verdad es que me han sobrado ganas para querer alejarme de todo y tomarme unas largas vacaciones, pero ya no voy sola y asumo que he de ser más responsable en ese sentido. De todos modos, no lo descarto para más adelante. Si convenzo a mi hermana, haremos que Jack se rasque el bolsillo y nos presentamos allí las dos antes de que nos echéis mucho de menos. De todos modos, no es que mi apartamento sea muy grande, pero podéis venir cuando queráis. Aquí hay todo el sol y playa que queráis.

Supongo que lo habrán hablado contigo, pero quienes me llamaron el otro día fueron las gemelas, con intención de venirse unos días en marzo, durante el Spring Break. Como ahora vivo sola, me sobran dormitorios. Ya no tienen edad para pediros permiso y me aseguraron que tampoco os iban a poner la mano para ver si os rascabais el bolsillo, que ya son mayores e independientes. Ya les dije que todo dependerá de cómo esté la situación para entonces, que yo estaré encantada con la visita sea o no durante el Spring Break, porque supongo que aquí como por allí se estarán suspendiendo muchos eventos y esos días aquí en South Beach son una locura. Tú ya estuviste aquí un año y sabes a lo que me refiero. Si quieren venir, por mi estaré encantada, pero que se lo piensen bien porque no está la situación como para mucha fiesta y la playa no se moverá de donde está.

Bueno, te dejo que ya me reclama quien ya te imaginas. Tan solo quería felicitaros la Navidad y el Año Nuevo y he acabado contándote mi vida. Seguimos en contacto y nos hablaremos en cuanto haya alguna novedad.

Dale un beso y un abrazo virtual a todos.

Best whishes

Your friend Sharon McPherson

 30. diciembre 2020

 

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