Múltiples narradores

Si me permitís un pequeño salto en el tiempo, en cuanto a la novela «Silencio en tus labios», que introduzca un poco de teoría, de lo que he ido aprendiendo con la práctica y releyendo de aquí de allá sin que tenga una fuente clara en ese sentido porque como escritor he considerado, más bien, autodidacta, aunque haya asistido a alguna que otra clase o curso literario para perfeccionar mi estilo y creo que después de ello algo me mejorado y tal vez por eso en ocasiones me echan en cara que siempre escribo sobre lo mismo una y otra vez, en vez de partir de cero. en realidad, lo que acaba sucediendo es que esas pequeñas y nuevas historias o terminan en nada o las incorporando a mis grandes proyectos y les doy un nuevo sentido, de ahí que mis novelas sean largas larguísimas y parezcan no terminan nunca porque siempre se les puede dar un nuevo giro de tuerca, dar unos toquecitos para rematarlas. Entiendo que tengo el defecto y la manía de escritor aficionado.

En todo caso, esta vez no pretendo escribir sobre mis manías o malos hábitos a la hora de plasmar esas historias con más o menos coherencia, porque aquellos que hayan seguido mi blog desde el principio ya saben que aparte de publicar, me permito hacer comentarios según se desarrolla la historia, da un nuevo punto de vista los personajes secundarios y resaltar a aquellos que por algún motivo me parece que merecen ser destacados de algún modo.

Esta vez, dado que estoy publicando un poco más de la novela «Silencio en sus labios» y hasta la fecha no había llegado tan lejos, creo que merece una mención especial que en esta primera parte haya dos versiones, porque de hecho ya creo haber aludido a ello en alguna entrada, de como partiendo de la versión de Manuel, poco a poco la versión de Ana empezó a surgir ese intercambio de cartas, pasó por el hecho de ser un personaje anónimo encontrado en las redes sociales y ha terminado casi por tener igual o mayor relevancia. Son dos narradores para una misma historia, cada uno expresado desde su propio punto de vista y realidad. Manuel como ese chico un poco torpe y enamoradizo y Ana desde la perspectiva de una chica segura de sí misma que acaba cautivada por el chico de sus pesadillas.

En la segunda parte de la novela, tras esa anunciada y reiterada ruptura de la pareja, el problema ya no es que haya dos narradores, porque versiones tan solo hay una, sino que se trata de cinco narradores, que a mí me gusta alegar, se trata de una trenza, porque se entrecruzan y entrelazan sus historias constantemente, no hay como tal una única línea argumental, aunque intente respetar la línea espacio temporal, de modo que la historia siempre avanza, salvo en aquellos pasajes en los que se hacen alusiones al pasado para enlazar la primera parte con la segunda, pero son reflexiones de los personajes, aclaraciones puntuales, porque, de hecho, en algún momento los propios personajes se convierten en lectores de esa primera parte de la novela.

Para que nadie piense que escribo por escribir y a falta de otra fuente, me permito escribir mis reflexiones partiendo de una página web que he buscado en internet poco antes de empezar a escribir esta entrada. Os dejo el enlace

CÓMO USAR MÚLTIPLES NARRADORES EN UN RELATO O NOVELA -LIBROS PARA APRENDER A ESCRIBIR (5)

1/ Extracto de diario personal

2/ Inclusión de cartas (o email)

3/ Narradores alternos

4/ Varios personajes narradores, cada uno un capítulo

5/ Un único narrador, varios puntos de vista (cada uno un capítulo)

6/ Un narrador o diferente punto de vista por libro

CLAVES PARA USAR LA MULTIPERSPECTIVA

  • Dale el mismo espacio a cada narrador/punto de vista (aproximadamente)
  • Haz que tus historias se crucen
  • Algo que parecía una cosas en una de las historias resulta algo completamente diferente al verlo desde el punto de vista de otro personaje

Mi técnica

Las novelas se escriben o relatan día a día de manera que no hay como tal un día para para narrador, lo que asumo que se puede interpretar como el típico error de escritor novato, que hasta cierto punto he subsanado he subsanado con la novela «Esperando a mi Daddy» donde Jessica es la narradora principal, pero una vez que Daddy aparece en su vida éste también cobra importancia como narrador y con posterioridad llegarán las gemelas, a las que quise dar un mayor protagonismo, pero en ese caso entiendo que ese particionamiento de la novela queda mucho más claro. Si Jessica no está, el narrador es Daddy y si sucede algo relevante que les afecte de manera particular, las narradoras son alguna de las gemelas, lo habitual es cuando se encuentran solas e interesa saber lo que hacen o donde se meten, dar una visión un poco diferente a la novela, recuperar la inocencia e ingenuidad que Jessica tenía al principio y que ello contraste con el hecho de que Daddy se haya de enfrentar a esas adolescencia por duplicado.

En «Silencio en tus labios» esa alternancias entre los narradores no está tan clara, porque éstos llegan a coincidir los cinco en un mismo lugar y momento, lo que debido a cómo está compuesta la novela, a lo intrincado de la historia, no siempre es tan fácil saber a quién darle el protagonismo. Hay que entender la novela pasa saber de su complejidad

Por una parte está Ana que juega al escondite con Manuel por definirlo de algún modo. La relación de pareja se ha roto, no por desavenencias, sino por causa de los problemas de salud de Ana, quien prefiere no hacerles sufrir por su enfermedad, con el inconveniente de que no está sola.

También anda por ahí Manuel, no muy de acuerdo con esa ruptura, pero hasta cierto punto obligado y resignado a aceptarla, con sus conflictos con la familia, lo que le afecta incluso en el trabajo, porque nadie le cuenta nada de Ana, pero tiene la sospecha de que ésta no se encuentra muy lejos y además ha de hacer afrontar una paternidad que en ocasiones le supera.

La tercera narradora, por definirla de algún modo, es Sandra, una chica que vive en acogida con Ana, pero que ya ha tenido trato con Manuel y casi sin pretenderlo se ve involucrada en medio de ese conflicto familiar, con la libertad de poder moverse por donde quiera, pero la tesitura de tener que guardar el secreto a Ana, lo que le obliga a frenar ese acercamiento con Manuel

La cuarta narradora es Kris, la hija mayor del matrimonio y la primera perjudicada por la ruptura, porque se siente abandonada por Ana y vive esa adolescencia bajo la custodia y tutela de su padre. Una chica que intente llevar una vida normal, pero que se encuentra en medio de esos líos.

La última y no menos importante, está Marta, una niña de nueve años que vive con su madre, pero vive con el engaño de no saber dónde está su padre, porque este no parece ser consciente de su existencia, porque nadie se esperaba ese embarazo de última hora y, sobre todo, que sufre por el estado de salud de su madre, de Ana, quien debido a sus estancias en el hospital se encuentra con la tesitura de tener que dejarla al cuidado de su hermana o sus padres, los abuelos maternos de la niña.

Es decir, que igual coinciden en misa, que en la piscina, en la tienda de chucherías del barrio que en las oficinas de la gestoria. Unas veces, por eso de que no se conocen o reconocen actúan con total normalidad, y otras ocasiones juegan al escondite para no cruzarse no se dan cuenta que han coincidido porque reconocen el coche o de manera premeditada se espían amparados en cierto anonimato.

¿De dónde he sacado yo tanta imaginación? ¡Menudo culebrón de sobremesa! La verdad es que como la mayor parte de la novela se centra entre octubre de 2019 y julio de 2020 y cuando la escribí esto del Covid-19 quedaba un poco lejos de mi imaginación y expectativas más negativas. Lo único que podría encajar con toda la historia, por decir algo, es el hecho de que en determinado momento de la novela, Ana desaparece, se le pierde la pista porque no se admiten visitas en el hospital y ésta tampoco ejerce de narradora hasta que le dan el alta y se da cuenta de que nadie sabe nada de ella.

Complicaciones de narrador

No sé si os he aclarado algo con respecto a esto de los múltiples narradores, pero una de las mayores dificultades es que hay que meterse en la personalidad de éstos y yo, por complicarlo aún más he llegado al punto de dar a un mismo personaje nombres diferentes en función de quien hable de éste.

El ejemplo más claro está en la hermana de Ana, quien en la primer parte de la novela anda perdida por Irlanda, de quien se sabe que se dedica vivir su vida y meterse en líos de los que su familia ha de sacarle los trapos sucios, pero en esta segunda parte de la novela adquiere un mayor protagonismo porque se relaciona con todos los personajes, se convierte en la confidente de Ana, pero también se sabe ganar la amistad y confianza de Manuel, de modo que se mueve con total libertad, mientras no habla más de la cuenta o Manuel no se percate de que cuando ésta alude a «su familia» se refiere a su familia.

En el entorno de Ana, ella es Tata, la tía Marta, quien se ocupa de cuidar de la pequeña Marta cuando Ana ha de estar en el hospital o se ve superada por su estado de salud. Sin embargo, en el entorno de Manuel es tan solo Marta, una de las clientes de la gestoria, una chica que lleva su propio negocio y que, además, vive en el edificio de al lado pero que ha llevado esa relación de negocios al plano personal, de manera que de vez en cuando se permite hacerles una visita al piso.

Manuel es Papá o sencillamente Manuel; Ana es Mamá o Ana. Pero Manuel también puede ser «El jefe», como un apelativo cariñoso o una voz al otro lado del teléfono, aunque cuando llamas no suele responder nadie, hasta que lo hacen. Sandra puede ser Sandy. Kris llega a ser «La tonta» y a Marta se la menciona como «la mocosa». El piso de Manuel se puede convertir en la casa de un extraño y Toledo igual es donde viven los abuelos paternos donde reunirse con los primos, que un sitio al que van porque a Ana se le antoja y donde no se nos ha perdido nada.

Y así, con ese entrelace de cinco historias, se compone esa segunda parte de la novela, lo cual es mucho más complicado de lo que he contado o intentado resumir aquí, porque como es lógico, cada narrador/personaje tiene que resolver sus propios conflictos internos, su propia aventura de héroe

  • Ana tiene que poner sus asuntos al día de cara a cuando falte, su hija no se puede quedar sola y Sandra tampoco debería quedar desamparada
  • Manuel tiene criar a una hija adolescente y superar los conflictos que tiene con la familia de Ana, porque además son los parientes de su hija y ha de mantener buenas relaciones familiares y laborales
  • Sandra tiene que hacer realidad su deseo de reunir a la familia y sentirse aceptada por aquellos que aún recelan de su acogimiento
  • Kris tiene que encontrar a su madre, al menos encontrar una explicación lógica a su marcha y hacer que su padre se parezca un poco más al padre de sus amigas. Aparte ha de descubrir quién le escribe cartas anónimas.
  • Marta ha de conocer a su padre e intentar hacer un poco más llevadero eso de que su madre ya no viva con ella, porque vivir en casa de Tata esté bien, pero mejor si fuera en su casa y con Sandra.

Pues nada, ahí os dejo con las divagaciones sobre los narradores y las complicaciones para escribir una novela de ese estilo. Admito que en ocasiones se hace un poco complicado de leer, pero otras es divertido eso de explicar una secuencia desde distintos puntos de vista. Según avanza la historia supongo que he ido perfeccionando la técnica y que se convierta en algo así como una carrera de relevos que no siempre es tan evidente.

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Un comentario en “Múltiples narradores

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