Lista de lo visitado hasta ahora: (ver lista en pagina aparte)
Introducción
El recorrido de la visita de 1995 fue algo diferente al de 2004, porque también la actitud de Jessica y quien le acompaña lo son. En 1995 casi han de llevarla a rastras por las calles de Toledo, por lo que no hay demasiado motivación en que vea nada porque ella tampoco demuestra mucho interés. Acompañémoslas de todos modos porque la ciudad es interesante de ver hasta decir basta.
Calle del Ángel
De todas maneras, antes o después ambos recorridos, aunque distintos, se han de cruzar, porque el recorrido de 2004, en cierto modo, pretende ser una ampliación y recordatorio del de 1995, de manera que, si en 2004 siguen por la Calle Reyes Católicos hasta la plaza del Conde, en un paseo un tanto acelerado, en 1995 se desvían por la Calle del Ángel, en dirección a la Calle de Santo Tome, para acabar en Calle Trinidad, por detrás del Palacio Arzobispal, para no llegar a la catedral, porque la idea e intención es que esa visita la haga con Daddy y que por otro lado, no tenga datos demasiado evidentes de dónde se encuentran, dado que se supone que Jessica lo habrá de averiguar por su cuenta.
Llévala anotada pues desde mi punto de vista es una de las calles más bonitas de Toledo y te transmite esa sensación que es la que estás buscando en una ruta de este estilo. Una callecita estrecha, empedrada, casas de piedra…
Preparar las maletas
Fíjate también en los detalles, por ejemplo, las farolas. Incluso en unos azulejos que verás de vez en cuando en las fachadas de las calles del barrio judío, muestran símbolos hebreos como la palabra vida o el candelabro de siete brazos que se llama menorá. Cuando veas alguno de estos detalles sabrás que estás en la judería.
La calle del Ángel se nos aparece lóbrega, con sus altos muros conventuales, que se asoman siempre curiosos y expectantes a la minúscula plazoleta de los Caños de Oro, con el paredón al fondo de la legendaria Casa de las Siete Cocinas, y poco más allá, la empinada cuesta de Bis-Bis, con sus escalones evocadores de la ruta granadina del Albaicín.
Leyendas de Toledo

Estamos en el corazón del barrio de la Judería. En contraste con los muros del convento de San Antonio, son ahora chatas paredes enjalbegadas, de pequeñas puertas y discretos ventanucos. Al final de la calle del Ángel, en la rinconada de la derecha, destaca el arco de herradura conocido con el nombre de Arquillo del Judío. Allí, al pie del cerro de la Virgen de Gracia, está la Casa del Judío. Su fachada, de modesta apariencia, ¡sabe Dios lo que dentro guardaría!… Dicen que Isaac, su morador, en riquezas podía compararse con el monarca más poderoso de su tiempo…
Y mientras el visionario Cristóbal Colón va exponiendo a la reina Isabel su quimera descubridora, ella, la reina, contagiada de la sublime locura del extranjero, quiere ayudarle. Más para esa hipotética empresa se necesita dinero, y las arcas reales están muy resentidas; todo es poco para desalojar a los árabes de su último refugio de Granada. Pero Isabel no es mujer que se deje vencer fácilmente por contrariedades en el afán de patrocinar la intrépida hazaña.
Piensa de qué manera podría convertir las ilusiones en barcos y hombres , que es lo que necesita el genovés, y dominando sus escrúpulos raciales, toma una decisión. Sus joyas, que luciera en días de glorioso esplendor, ¿acaso no serían hundidas en las cisternas del tiempo? Decidida, da una orden secreta y despacha un emisario a Toledo, ordenando al rico israelita Isaac que se persone en Granada, donde ha de hacer un buen negocio…
En esta casa de modesta apariencia vivió el judío Isaac, que tuvo en su poder las joyas de Isabel I de Castilla, precursoras y llave preciosa de un nuevo mundo gracias al rasgo generosamente español de la Reina Católica.
Leyendas de Toledo

Cobertizo Calle del Ángel
En 1956 se construyó un alto cobertizo que enlazaba la residencia de la congregación del Servicio Doméstico con una casa comprada por esta comunidad en la acera opuesta y que pertenecía a las Terciarias Carmelitas.
Cobertizo Calle del Ángel


Convento de San Antonio de Padua de Toledo
El convento de San Antonio de Padua de Toledo fue en origen un beaterio de mujeres fundado en 1514.
En 1525, las beatas compran el palacio o casona del regidor comunero Hernando de Ávalos, que había sido confiscada por orden de Carlos V. Este palacio de Ávalos será el núcleo se este convento.
En las dependencias conventuales es de destacar el denominado patio de Los Naranjos, que data de 1480. Se trata de un espacio cuadrangular, de estructuras adinteladas, cuyos soportes fundamentales son pilares ochavados.
La portada conventual parece ser también, resto del antiguo palacio de Ávalos, ejemplo del gótico civil toledano.
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Iglesia de Santo Tomé de Toledo
Esta iglesia también se incluirá en la visita de 2004, aquí vuelven a coincidir ambos recorridos llegando por caminos diferentes


La iglesia de Santo Tomé o de Santo Tomás Apóstol se encuentra ubicada en el centro histórico de la ciudad de Toledo y fue fundada después de la reconquista de esta ciudad por el rey Alfonso VI de León. Aparece citada en el siglo XII, como construida sobre el solar de una antigua mezquita del siglo XI. A principios del siglo XIV, por encontrarse en estado ruinoso fue totalmente reedificada a cargo de Gonzalo Ruiz de Toledo, señor de Orgaz y se transformó el antiguo alminar de la mezquita en un campanario de estilo mudéjar.
El edificio consta de tres naves con crucero, cubiertas por bóvedas de cañón y ábside poligonal. La capilla mayor tiene mezcla de mudéjar y gótico flamígero; el templo posee una cúpula central en forma de estrella de ocho puntas con los nervios pintados.
En el lado del evangelio, cerca del altar mayor, una puerta conduce a la entrada de la torre-campanario y desde allí se puede subir por medio de una escalera.
La iglesia posee en sus capillas, dos retablos barrocos, uno de ellos plateresco y una pila bautismal del siglo XVI.En los pies de la nave correspondiente al lado de la epístola, en la llamada capilla de la Concepción, se encuentra expuesto el famoso cuadro del Greco denominado «El Entierro del Conde de Orgaz», un óleo sobre lienzo de 4,80 x 3,60 mts, pintado en estilo manierista por el pintor entre los años 1586 y 1588.INFORMACIÓN
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Iglesia de San Salvador de Toledo
La iglesia del Salvador fue una mezquita hispano-musulmana cuya fecha de construcción está por determinar, aunque algunos investigadores la datan en 1041 o posiblemente anterior.
La actual iglesia es de planta basilical, de tres naves de desigual tamaño, ligeramente más alta la central que las laterales. Cuenta con tribuna a los pies, a la que se accede por una escalera situada junto a la torre. Está orientada al sureste, en dirección a La Meca.
Se ha conservado una arquería en la nave de la Epístola, compuesta por siete soportes, de los cuales seis son columnas romanas y uno es un pilar visigodo decorado con milagros de Cristo relacionados con el tema de la Resurrección y con motivos geométricos, soportes que van coronados con capiteles y cimacios romanos y visigodos reaprovechados. A partir de ellos cabalgan arcos de herradura enjarjados, construidos en ladrillo a excepción de la clave formada por un sillar.
La torre se corresponde, en parte, con un anterior alminar, cuyo coronamiento fue sustituido por un remate barroco de ladrillo. Su planta es cuadrada, con un machón central de base casi cuadrada, en torno al cual se desarrolla la escalera.
La fachada exterior está realizada con piedra de sillería y lleva incrustaciones de cenefas de origen visigodo como elemento decorativo.
La conversión al culto cristiano en 1159 la hizo sufrir diversas modificaciones, especialmente, la construcción de la capilla gótica de Santa Catalina, de finales del siglo XV. Esta capilla, propiedad del Conde de Cedillo, se halla ubicada junto al presbiterio, en la nave de la Epístola. Funciona como capilla privada independiente de la iglesia, con entrada por la calle de Santa Úrsula. Es de planta cuadrada, cubierta con una bóveda estrellada con muros de cantería con cadenas de piedra en la parte inferior y de ladrillo en la superior. Su fachada principal adopta la forma de piñón escalonado con una puerta de acceso, descentrada y rematada en arco conopial, así como una ventana dispuesta en eje y decorada con tracería gótica.
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Centro Cultural San Marcos
El convento de San Marcos permanecía hasta el momento de su rehabilitación como un edificio degradado del que quedaba únicamente el armazón de una fábrica ruinosa y abandonada.
Fundado inicialmente por los trinitarios en el siglo XIII, su figuración arquitectónica fue evolucionando hasta alcanzar su expresión final entre los siglos XVII y XVIII.
Poco después fue desalojado por las sucesivas desamortizaciones estatales, hasta convertirlo en cuartel de Infantería y, después, en dependencias municipales secundarias.
Tras los destrozos que dejó en su estructura la guerra civil, entre ellos la desaparición de las estatuas de los santos fundadores que se encontraban en las hornacinas que aún perduraban en la fachada principal, el deterioro y el abandono extendieron a un edificio imponente desacralizado y vaciado de cualquier contenido. Sus últimos usos fueron como taller municipal de carpintería y almacén de enseres y carrozas.
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La iglesia de San Marcos formaba parte del convento de la Santísima Trinidad y se levantó de nueva planta durante el siglo XVII. Las obras empezaron en 1.628, según trazas de Jorge Manuel Theotocópuli.
La iglesia presenta una planta rectangular con irregularidades; los pies de la misma quedan configurados en forma inclinada, con sucesivos retranqueamientos, desde una capilla situada a los pies de la nave de la epístola, a modo de anteiglesia, donde se sitúan la portada y la espadaña. Consta de tres naves, la central es muy ancha, ocupa prácticamente el doble de espacio que las laterales. El crucero, que no sobresale en planta, es de anchura semejante a la nave central. El presbiterio es poco profundo y ligeramente elevado, respecto al transepto. El coro es amplio y se localiza en alto a los pies del templo. El interior de la iglesia es amplio y diáfano y en él predominan las cubiertas abovedadas.
Exteriormente presenta pocos vanos, así como unos perfiles rectilíneos y acusados; se destacan, por su amplitud y altura, la nave central, el crucero y el cimborrio exterior, cubierto con pizarra, que enmascara la cúpula.
Actualmente la iglesia es un templo desacralizado, propiedad del Ayuntamiento de Toledo sirviendo de centro de exposiciones o para el desarrollo de diversas actividades culturales. Adosado a la iglesia y ocupando la parte de la plaza se construyó un edificio dedicado a archivo municipal.
Cita referencia
Calle Trinidad.
La calle de la Trinidad es otro de los espacios profusamente decorados con estandartes rojos, salpicada por algunos otros reposteros particulares que alegran y rompen la uniformidad del recorrido. Velones, faroles, motivos florales, guirnaldas y el toldo, siempre ese inmenso palio, culminan prácticamente el recorrido hasta llegar a la calle Arco de Palacio, donde se impone de nuevo el éxtasis decorativo con los reposteros de la catedral y ornamentación vegetal. El recorrido concluye tras contemplar la fachada principal del Templo Primado y la del Ayuntamiento, ricamente decorada en balcones y muros por estandartes y plantas, además de tener a los gigantones, de época de Lorenzana, también restaurados hace varios años, instalados sobre su balconada como guardianes de la Ciudad, figuras hieráticas, que lejos de alejarnos del sentido lúdico del momento, son símbolo perpetuo de la festividad del Corpus.
Corpus Toledo

Corpus Christi en Toledo
En Toledo, el Corpus se celebra en jueves, concretamente el jueves que sigue al noveno domingo después de la primera luna llena de primavera del hemisferio norte; más fácil: 60 días después del Domingo de Resurrección. Desde el año 1418, el laberíntico urbanismo del casco histórico se convierte en un grandioso escenario; es en sus calles donde se celebra por primera vez en España esta procesión. El Corpus está cuajado en Toledo de historia y tradiciones, arte, espiritualidad y colorido.

Quien llega a Toledo para presenciar la procesión del Corpus se encuentra con una ciudad engalanada ya desde días antes, cuando empiezan las preparaciones tanto en las calles del recorrido como en la propia Catedral. Las calles se cubren con los antiguos toldos que proceden de los gremios de tejedores y sederos. Los propietarios de las casas adornan sus balcones con reposteros, banderas y otros ornamentos apropiados. La Catedral también se ve engalanada con ocho enormes tapices flamencos del siglo XVII, que se colocan en sus muros durante estos días especiales. Incluso son adornadas algunas calles contiguas a las del paso de la procesión, así como los patios de las casas particulares, que abren sus puertas a los visitantes, en muchos casos, sólo para estas fechas.
El día anterior, las calzadas del recorrido procesional se salpican de plantas olorosas (cantueso, romero, tomillo). Por la tarde sale un pequeño desfile con la Tarasca, los Gigantones y una serie de comparsas de música para animar a los toledanos y prepararles para el día siguiente. Sobre las once de la noche, se hace una especie de ensayo con una comitiva oficial donde va el pertiguero, vestido de negro, cuya vara corresponde a la altura que alcanza la custodia: va midiendo los espacios correspondientes para que nada impida el lucimiento del cortejo al día siguiente. Las calles están repletas hasta altas horas de la noche.
El día del Corpus amanece con el toque de dianas y el lanzamiento de bombas reales. A las 11:00, una salva de morteros anuncia la salida de la procesión por la puerta Llana de la Catedral. Desde allí, las Cuatro Calles, la popular plaza de Zocodover, la estrecha calle de Alfileritos… cualquier sitio es bueno para presenciar el paso de la procesión del Corpus, que a duras penas avanza por el quebradizo trazado de la legendaria ciudad, entre una muchedumbre que llena a rebosar cada rincón, cada balcón.
Corpus en Toledo

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