Introducción
Lista de lo visitado hasta ahora: (ver lista en pagina aparte)
Si seguimos buscando alternativas para llegar hasta la puerta de Bisagra desde la puerta de Alcántara y no nos apetece subir escalones y descartamos la opción de la calle Gerardo Lobo porque pretendemos rodear la ciudad y no buscar atajos, la opción es seguir por la Avenida de Castilla-La Mancha, que sea el río Tajo quien nos marque el camino, que sigamos contracorriente con la pregunta y la intriga de saber si habrá por aquí algo que nos muestra las huellas de la Historia y del paso del tiempo.

Si vamos a pie, procuremos ir por la acera, con seguridad, dado que por aquí parece que se ha dado prioridad a los vehículos sobre los peatones, la estrechez del camino o un nuevo engaño de la ciudad para que no la abandonemos demasiado pronto, si podemos subir por Gerardo Lobo y quedarnos, lo de la avenida casi parece un intento de fuga, una despedida porque no hay muralla ni desnivel del terreno que nos detenga. Para llegar hasta la puerta de Bisagra hat que subir, alejarse del río.
Desde aquí a poco que nos alejemos del puente y echemos la vista atrás, nos encontraremos con una panorámica del Castillo de San Servando y los edificios de la Academia de Infantería, incluso si afinamos un poco más la vista, si nos fijamos, a la izquierda del castillo se distingue el Hospital Provincial. Sobre todo, de todo esta vista, destaca la cuesta de San Servando, que es por la que se sube desde el puente de Alcántara

Igual podemos observar un poco más de cerca el puente del Azárquiel y toda la zona de Safont en torno al río

Y podemos comprobar que vamos por buen camino hacia nuestro destino, porque la avenida nos dirige hacia barrios más modernos de la ciudad, que en algún punto, la carretera que cruza el puente y esta avenida se han de cruzar, que allá donde se crucen habrá una manera de subir hasta la puerta de Bisagra

Sin que olvidemos que tenemos el Miradero con solo levantar la mirada sobre esta pared de roca

Y sin que nos lo esperemos, de nuevo la ciudad nos tentará a que subamos, nos ofrecerá un atajo para que nos evitemos subir cuestas. La modernidad que se adueña del tiempo y allana las dificultades al caminante. Nos ofrece un remonte mecánico para subir hasta el Miradero


El remonte salva una altura de 18,5 metros, con 17,8 metros en escaleras y el resto con pendientes suaves de rampas peatonales, además de una escalera peatonal. En el lateral derecho (visto desde la entrada) se ubica un ascensor para facilitar el acceso a las personas con movilidad reducida que cuenta con un tragaluz para vislumbrar desde allí el entorno de Tavera.
Una vez que los usuarios salvan la altura del remonte con el ascensor, tienen que encarar una distancia de unos 50 metros, en una rampa, hasta enlazar con las escaleras mecánicas del Palacio de Congresos. (El Miradero) También se ha habilitado allí un acceso desde Gerardo Lobo.


Ruinas del convento de dominicos de San Pablo del Granadal
El Miradero convertido en un moderno palacio de Congresos, la montaña horadada para instalar un remonte mecánico que facilite el acceso a los peatones que quieran subir Toledo sin tener que enfrentarse a lo empinado de sus cuestas… La modernidad, el futuro para que pretende abrirse paso. Da la impresión de que la historia de Toledo se quiere hacer presente. Éste es el Toledo moderno que pretende alargar el abrazo del río
Y así como quien no quiere la cosa, la ciudad nos vuelva a sorprender, nos recuerda que tiene y tuvo un pasado que también es presente
Se descubrieron en febrero del año 2013 al empezar las obras de las escaleras mecánicas, también apareció un desagüe de época romana.
Si llegas a Toledo últimamente y subes por las escaleras mecánicas del Miradero, observarás unos potentes restos ruinosos justo a la derecha antes de entrar al remonte. Se trata del convento de San Pablo del Granadal, edificado hacia 1229, mencionado ya hacia 1158 como “barranco de San Pablo” con una iglesia allí ubicada. A esta zona se la conoce como “el Granadal” por la abundancia de éste árbol y muy próximo al Río Tajo. Estuvo en uso hasta 1407, cuando los Dominicos decidieron marcharse al convento de San Pedro Mártir buscando un lugar más salubre, pues la cercanía al río provocaría paludismo, inundaciones… Con la desamortización, el edificio y su huerto fueron vendidos a un particular, y quedando desatendido el edificio terminó en ruina.


Pues bien, se trata de los restos del Convento de San Pablo del Granadal, edificado a partir de 1229.
Lo cierto es que la zona ya es mencionada como barranco de San Pablo en 1158, citándose en él una iglesia. Es por ello que Julio Porres Martín-Cleto plantea la posibilidad de que aquí se levantara la iglesia de San Pablo en época visigoda, al dividirse en dos la iglesia pretoriense de San Pedro y San Pablo (una fue probablemente al palacio visigodo o pretorio conocida como San Pedro in alficen, en lo que hoy es el Alcázar, y la otra -dedicada a San Pablo- tal vez a este lugar).
Esa iglesia parece ser la que en 1162 el arzobispo cedió a la basílica de Santa Leocadia según reza un documento. El huerto que la rodeaba, denominado ya del Granadal por la abundancia de este árbol frutal, es citado en documentos de 1182, 1194 y 1210, que lo sitúan junto a la Puerta del Vado y junto a otra puerta denominada de los Grederos o de Atelafín. No podemos olvidar que este fértil paraje quedaba junto a la orilla del río por entonces, pues hasta aquí llegaba el brazo derecho del río que en este tramo se dividía en dos dejando en medio la célebre Isla de Antolínez, que no fue desecada hasta comienzos del XIX.
El tramo derecho se desbordaba con frecuencia. Con estas crecidas del río el convento se inundaba con frecuencia, lo que provocaba muchos desperfectos, humedades, mosquitos y condiciones malsanas, además de enfermedades como el paludismo.
Esta situación hizo que hacia el año 1407 los dominicos se marchasen del convento de San Pablo a una zona más salubre dentro de la muralla, concretamente a lo que ahora es la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, y que fue el grandioso convento de San Pedro Mártir.
Los dominicos siguieron cuidando el huerto, aunque la iglesia y el edificio se destinó a casa de labranza. Tras varios años se fue deteriorando debido al desuso, las inundaciones que provocaba el río y la utilización del lugar como escombrera que se arrojaba desde la parte alta de la falda de la ladera. Con el tiempo el río se encauzó tal y como ahora lo conocemos, reduciéndolo a un solo cauce. La isla de Antolínez desapareció y la superficie del huerto se hizo más grande.
En realidad, en el brocal lo que está escrito es que ese pozo fue realizado para la mezquita aljama de Toledo en el año 1032.
El brocal debía ser muy apreciado por los dominicos pues lo llevaron también a San Pedro Mártir al trasladarse allí. En este emplazamiento estuvo hasta 1872 en que fue trasladado al museo provincial:
De momento nuestro paseo termina en la rotonda del Granadal, donde confluyen con la avenida Castilla-La Macha, la carretera del puente Azárquiel (a la derecha) y la calle Carrera (a la izquierda) que sube hasta la puerta de Bisagra. Por aquí se encuentra la estación de Autobuses, aunque de momento no tenemos intención de marcharnos de Toledo

Web de referencia:
- Descubre Toledo con Manuel ruinas-del-convento-de-san-pablo
- Toledo Olvidado
Entrada este blog sobre San Pedro Mártir (Motivado a estudiar)
2 comentarios en “Una vuelta por Safont”
Los comentarios están cerrados.