Introducción
Llegamos al final de la primera parte de la novela, porque me pareció oportuno y prudente hacer la primera división en este punto e incluir estos días de la convivencia de la pascua en lo que yo considero que ha sido «La conquista», que sirve de cierre, porque la historia, la novela comienza con la ausencia de Manuel en el campamento de verano del año 2000, cuando se supone que Ana debería haber sido su amiga invisible, porque éste se debió apuntar y borrar en el último momento, pero parece que fue Ana la primera que le echó de menos, aún sin conocerle. Los demás debieron pensar que sí había acudido, que, al tratarse de un grupo de gente tan numeroso, era fácil pasar inadvertido.
Esta convivencia de la pascua, para la novela se inicia a comienzo de semana, con el diario de Ana, por la inquietud que le provoca el enterarse que éste tiene previsto acudir y no saber muy bien cómo reaccionar al respecto, porque por su parte se siente un tanto confusa en cuanto a sus sentimientos y en principio no contaba con que se vieran. Quizá sí entrase en sus expectativas, por eso de compartir confidencias con las amigas, pero lo que hablasen la noche del sábado 15 de febrero, la mañana del domingo 16 o en los días sucesivos forma parte de los secretos y la privacidad de las amigas.
De momento, no le pondré en mi grupo, no sea que se piense algo raro al respecto, aunque tal vez debiera darle una oportunidad e insinuarle algo. No lo tengo claro. No quiero complicaciones con una nueva relación que lo más probable es que no acabe en nada o peor de lo que ya está. Somos muy distintos y vivimos muy distantes. Aunque ya sé eso de que para el amor no hay barreras y que tal vez debamos darnos una oportunidad, pero ya sé cómo es él, lo que hemos pasado hasta ahora y no creo que las expectativas sean muy alentadoras.
Ana, lunes 14 de abril, diario
En realidad, puede decirse que este diario de Ana, las reflexiones sobre estos siete días, fue lo primero que escribí de su versión y que incluí en la versión de Manuel, como conclusión de estos días de convivencia en el inicio de este noviazgo (Abril 2003) como una confidencia que ésta comparte con él para explicarle y justificar su comportamiento de toda la semana, convencerle de la sinceridad de sus sentimientos.
En la versión de Ana, al final, ese diario queda un tanto diluido en el relato, aunque sí se hace mención al hecho de que ella escribe ese diario personal, como por ejemplo el viernes 18 después de comer, cuando se supone que, debido a su salud, se queda en el alojamiento de las chicas para descansar. La cuestión es que me pareció importante que Ana no perdiera ese hablar en presente y primera persona, dado que hasta este punto de la novela casi todo se narra en pasado, sin diálogos.
Puede decirse que fue Ana quien primero se permitió la libertad de echarse unas risas en vez de guardárselas hasta que éstas llegasen a ser parte de la novela.
Viernes, 18 de abril, 2003
¡Le tengo mareado! Lleva varios intento por sentarse a comer conmigo, incluso compartir el banco cuando estamos en la iglesia y yo no hago más que buscarme excusas para que no lo consiga. Suerte que no estemos en el mismo grupo y que me apoyo en mis amigas. Éstas se quejan cada día, pero no es que les quite razón, tan solo que no saben que, si realmente yo fuera tan impulsiva como él, compartiríamos grupo, mesa y banco desde el miércoles. Sin embargo, él tan solo quiere estar conmigo. No creo que realmente esté ligando. De algún modo, me parece que soy yo quien le provoca al evitarle de manera tan descarada. ¡Soy así de traviesa!
18 de abril Diario de Ana
Manuel, se expresa a través de sus poemas. Algunos escritos de manera intencionada para esta novela y otros escogidos de mi creación personal y que en su momento me pareció podían encajar bien en la novela, le daban esa credibilidad a mi personaje. Consciente de que en momentos como éstos mi tendencia es a escribir poemas de tema religioso. Pero se trata de una novela romántica y el aspecto religioso queda en un plano secundario.
De ahí que la respuesta a a lectura de este diario sea un poema
Noviazgo por correo
Matrimonio, noviazgo por correo,
la espera de una carta que no llega,
la cita en un lugar desconocido,
estar aquí cuando ya te has ido,
un amor inventado con frecuencia,
una pasión con mucha interferencia,
dando saltos para ver la distancia,
para ver acortarse mi añoranza,
pero es amor nuestra esperanza,
nuestro sueño de vernos algún día,
siendo flecha y corazón sin lanza.
De la novela "Silencio en tus labios"
¿Dónde es «aquí»?
Todas las historias tienen «un hasta aquí» y la historia de nuestra pareja empieza en este punto, al final de este primer libro. El final de esta convivencia de la Pascua, de cuatro días, de esta historia romántica llena de tonterías.
No termina cuando se suben cada uno a un coche con destino a su casa. Ese no es el final de la historia. Hay más. Nuestra pareja de enamorados necesita más, pero no es ahí dónde terminan las confidencias y tampoco es dónde termina la novela. Hay mucho más que contar, mucho más escrito, porque eso de «que fueron felices y comieron perdices» se queda para los cuentos. Esto tan solo es el comienzo de una novela. Queda mucho por compartir, por vivir, por disfrutar de la vida, con todos sus dulces y sinsabores.
Sin embargo, como escribe Ana en su diario:
"si te he contado todo esto es porque he encontrado el valor para que leas mis reflexiones."
Pero lo que destaca de esa frase es algo crucial para toda la novela, para que toda su historia de amor tenga sentido y no se convierta en otra tontería: «Me respetarás ¿Verdad?»
Me respetarás ¿Verdad? Porque, si has llegado hasta aquí y has leído esto, es porque he encontrado el valor para dejarte que leas mis reflexiones.
Diario de Ana, domingo 20 de abril
Esta frase no es tan solo una más o la última en el diario de Ana, en esa carta que le envía a Manuel para compartir lo que ha sido su vivencia y experiencias de estos días. no son tan solo las palabras con las que termina este primer libro de la versión de Ana.
Para mí, como autor de la novela, con el tiempo ha cobrado mucha más trascendencia. Son mis palabras para todo aquel que se acerque a leer la novela. Porque es fácil deducir que se dice más de lo que se cuenta y, sobre todo, se trata de mis reflexiones. Que, como le ocurre a Ana, es una apertura total de corazón, de su ser, para entregarse a su amado.
Para mí, como escritor, es como reconocer que éste soy yo, que he encontrado el valor suficiente como para compartir todo esto. Que, ante todo, quizás las primeras impresiones pueden estar un tanto equivocadas. Pero, al igual que te he mostrado mis debilidades, ahora quiero que te des cuenta de mis fortalezas. Que tal vez te has forjado una imagen de mí que está un poco distorsionada por los acontecimientos. Porque hay mucho que no he querido contar, no me ha parecido necesario. Porque lo único que he presentado de mí es mi punto de vista.
Que, si te apetece, te puedo contar mucho más, a cambio de saber que me respetarás.
Esa primera parte de la novela, en sus dos versiones, se compone de varios libros y después está la segunda parte con muchos más personajes y tramas, a lo cual ya he aludido en algunas entradas del blog. Aunque a la hora de presentar la novela, de dedicarle más atención, me suelo centrar en este primer libro, que es el que tiene un carácter más autobiográfico, aunque no todo lo que se cuenta es real ni todo fruto de mi imaginación. Porque, en realidad, la novela no trata de mis amigos ni de mis amigas, ni de mis amores, aunque hayan sido fuente de inspiración, trata del valor de haber sido capaz de contártelo.
Final de esta primera parte de la novela

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