Actualizar una novela

SILENCIO EN TUS LABIOS

Introducción

La pregunta es si alguien sabe cómo se actualiza una novela escrita a entre finales de los 90s y principios del siglo XXI y cronológicamente se sitúa entre los años 2000-2004 y 2009-2020, con algún que otro salto temporal.

Lo que tengo claro es que no soy adivino en esto de la Tecnología y lo más moderno que se menciona en la novela «Silencio en tus labios» es el inicio de las redes sociales que en su momento ya me pareció una barbaridad, por eso de dar la posibilidad de dar a la pareja protagonista la oportunidad de «ligar» por Internet de manera un tanto anónima.

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Ya por aquel entonces dada por cierto eso de que seguiría habiendo correos electrónicos, lo que para el desarrollo de la novela es una pieza fundamental, porque, sin hacer demasiado spoiler al respecto, como ya he comentado en alguna ocasión, nuestra feliz pareja manda al traste tanta felicidad y la idea es que se reencuentren antes de que haya un fatal desenlace, Porque, como no se hablan no tienen contacto entre ellos, aunque se crucen o se persigan, sin que el uno sepa lo que hace el otro, el caso es que eso de los mensajes por correo es algo que se mantiene, aunque sea bajo pseudónimos, porque hay quien tiene la certeza de saber quién se esconde tras ese «amigo» misterioso

Pero es que la Tecnología ha progresado más allá de lo que mi imaginación daba de sí por aquel entonces. Lo de las redes sociales el algo que está a la orden del día, al igual que los grupo de WhatsApp, que eso de los teléfonos no es tan solo para hacer llamadas que nadie contesta o enviar SMS sin la certeza de que los hayan recibido o leído.

WhatsApp

Ahora se habla por WhatsApp, mensajes de grupo. Están los grupos de la familia, amigos y los amigos, del trabajo, de empresa y hasta los WhatsApp de padres en el colegio, etc, etc, etc…..

Decálogo del WhatsApp de padres y madres

Esa dificultad, esa supuesta falta de comunicación entre nuestra pareja, planteada con la mentalidad actual parece un tanto complicada y ya en la novela empieza a resultar poco creíble desde las primeras páginas de la segunda parte de la novela. Pero es si que hasta «trabajan juntos».

Bueno, se supone que Ana, por causa de su enfermedad y las decisiones que ha tomado, esta de baja por incapacidad, por prescripción médica. Pero la empresa, la gestoría, es de la familia y ella tampoco pretende quedarse al margen

¿Cómo hacemos para que en ese WhatsApp de empresa participen ambos, sin que ninguno de los dos sepa nada del otro? Porque eso sí, no vale despedir a Manuel y que se busque a vida, porque la idea es que hay que evitar por todos los medios que regrese a Toledo. No hemos de olvidar que tienen hijas en común, aunque por esos líos que Ana se ha montado, haya renunciado a la patria potestad de la mayor, Kris, sin saber que venía la otra en camino, Marta. Vamos que Ana no quiere perderle la pista a ninguna de sus hijas ni al padre de las criaturas.

Además, como las niñas acuden a los mismos centros educativos para que las dos reciban la misma educación, tengan las mismas oportunidades y no se vean demasiado perjudicadas por el sinsentido de los padres, lo único que salva que ello sea un problema es que van cursos diferentes. Hay tres cuatro de diferencia entre ellas. Pero, si hubiera un grupo de WhatsApp del AMPA, de la asociación de padres y madres de alumnos, ya tendríamos el lío armado. ¿Es obligatorio participar? ¿Te registran con tu nombre real o con uno inventado? Si es por el nombre del alumno ¿Quién es esa chica que lleva los mismos apellidos que mi hija?

La pregunta que no se plantea en la novela es «¿Cómo se puede estar tan ciego como para no reconocerse en la puerta del colegio a la hora de dejar o recoger a las hijas?» La explicación, en tal caso, es porque se recurre a terceras personas y que la niña no tenga excesiva facilidad para reconocer a su padre cuando le tiene al lado. Todo los demás son caras conocidas o que se hacen familiares, cuando no es porque pasaba por aquí y me he acercado a ver a mi nieta cuando entra o sale del cole

Cuarentena por Covid-19

Madrid, durante el estado de alarma

Habrá quien me diga: «Manuel, estate quieto y no toques nada«. Porque, además, habría de incluir referencias a la pandemia, al Covid-19, con su confinamiento y posterior «desescalada» (Marzo – Junio de 2020). Con todo el tema de las mascarillas, la distancia social….. ¡Que ya es casualidad que haya coincidido con esas fechas! Justo cuando se supone que la novela se pone más interesante.

La realidad es que la gente estaba metida en su casa, sin salir, y yo tengo a los personajes de mi novela, durante esas fechas, esos meses, de lo más activos y movidos.

  • que si te vas a trabajar y yo me meto a curiosear en tu piso porque aún tengo llaves,
  • que si el suegro te cita en una dirección para que de una vez por todas empieces a reaccionar
  • Que si nos vamos a pasar la mañana a Toledo y nos acercamos a ver a los abuelos
  • Que, como Ana está en el hospital, la niña va de la casa de uno en a la casa del otro para que no se quede sola, distraerla y que no se dé mucha cuenta de lo que pasa
  • Que si me acerco por el colegio porque hay una mocosa con mi cara
  • Que si has perdido la cartera, la he encontrado por casualidad y he visto que llevas la foto de una «tonta» en vez de la mía pero mamá dice que me quieres mucho
  • Que si ponen el piso en venta, a mí me dejan en la calle y casi sin que me crea que me conocen me instalo en el piso del otro

Lo único es que el instituto se cierra a comienzos de junio, se suspenden las clases por riesgo de derrumbe. Una pequeña excusa para mandar a Cris fuera de la ciudad, a Toledo, aunque como una de las cinco narradoras no nos desentendemos de sus aventuras y desventuras.

Es decir, que, si nos ajustamos a la realidad, porque tampoco creo que eso lo vaya a modificar, la multa por andar de un lado para otro sería de las gordas y no se libraría ninguno ni los protagonistas principales ni los secundarios. Lo único es que, como los tribunales al final al considerado ilegal las medidas fijadas por el gobierno, al final todos se librarían.

Salidas permitidas[editar]

El Real Decreto 463/2020 limitó los traslados para disminuir el contacto interpersonal para bajar las posibilidades de contagio, pero estableció excepciones consideradas de fuerza mayor:

  • Adquisición de alimentos, productos farmacéuticos y de primera necesidad.
  • Asistencia a centros, servicios y establecimientos sanitarios.
  • Desplazamiento al lugar de trabajo para efectuar su prestación laboral, profesional o empresarial permitida.
  • Retorno al lugar de residencia habitual.
  • Asistencia y cuidado a mayores, menores, dependientes, personas con discapacidad o personas especialmente vulnerables.
  • Desplazamiento a entidades financieras y de seguros.
  • Por causa de fuerza mayor o situación de necesidad (como emergencias en el domicilio).
  • Cualquier otra actividad de análoga naturaleza que habrá de hacerse individualmente, salvo que se acompañe a personas con discapacidad o por otra causa justificada.
Wikipedia
Medidas durante la «desescalada»

Lo único aprovechable para la novela, porque se plantea como la excusa perfecta, es lo que le ocurre a Ana en el hospital, ese fatal desenlace que destroza la vida de todos. Porque eso de que se reencuentren y sean felices para siempre parece un desenlace más propio de los cuentos de hadas.

Se cumplen las expectativas más negativas que cualquier se pudiera plantear. Y sí la familia se vuelve a reunir, al final de conocen todos, aunque el proceso resulta un poco lento, porque tampoco es algo que se pueda hacer así, de golpe. Han estado separados, ignorándose durante diez años y hay mucho que explicar.

Conclusión

La novela es una maraña, un trenzado de narradores, una mezcla entre realidad social y mucha imaginación. Algo casi más propio de las telenovelas, de los culebrones televisivos, pero que a mí me sirvió como argumento y excusa para escribir esta novela con más enredos y complicaciones de los que quizá debería, como un compendio de todo lo escrito hasta la fecha, que ahora se encuentra con el dilema de que la realidad va por delante de esta ficción en cuanto a la tecnología y los acontecimientos se refiere.

Ahora la niña mayor, Kris, se queda sin excusa para no pedirle a su padre un ordenador, porque lo necesita para como herramienta imprescindible para sus estudios. Es más hasta puede reclamar ese teléfono móvil, para llamarle en caso de que necesite algo y que no sea éste quien chatee con sus amigas, porque las amigas sí tienen móvil y cuentas en las redes sociales más conocidas

La pequeña, Marta, ahora ya no tendría que hurgar en casa de sus abuelos para conseguir esas fotografías que le lleven a sospechar que en la familia hay más gente de la que ella conoce. Es más, hasta se podría quejar de que su madre no se canse de sacarle fotos, para tener recuerdo de ellas durante esas largas estancias en el hospital.

Y así, se me van ocurriendo ideas para mejorar la novela, para actualizarla, aunque por el momento no sean más que ideas, porque como tal la novela ya está bien tal y como está. Los retoques que hay que hacerle, si algún día me decido, serán pequeños.

Esta segunda parte de la novela tiene, como gracia, el hecho de que por uno u otro motivo en ocasiones los personajes se dedican a leer la primera parte, comentar y reflexionar sobre ello, es la manera de conocerse, de maquillar un poco esa realidad no siempre tan alegre, por lo cual esto de la Tecnología, desvirtúa la idea original.

Mejor que Manuel siga siendo ese chico algo torpe que conquistó el corazón de Ana y que Ana sea esa chica que llevaba la gravedad de su enfermedad un poco a escondidas, pero ello no impidió que se fijara en ese chico que andaba por ahí. Ana seguirá siendo «La dulce gatita», que primero le cuenta sus penas a un completo desconocido y después aprovecha ese anonimato para mantener viva la llama del amor, mientras que Manuel, descubre como «El poeta» que ha encontrado a su alma gemela en Internet, pero prefiere quedarse con la chica que le hace ojitos, aunque, con las mismas, le abandone porque se siente morir y no quiere que sufra con ella.

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