Introducción
Se suele decir que toda reina se merece un castillo, lo que suena un tanto romántico, pero en este caso, es una reina quien no se merece un castillo, sino la defensa y el reconocimiento de toda una ciudad por su valentía, aunque en esta historia pueda haber mucho de leyenda, pero no deja de ser algo digno de mención, de ensalzar el hecho de que las mujeres lucharon por defender la ciudad y salieron victoriosas.
Murallas de Toledo
La muralla de Toledo existía ya en la época romana y fue reconstruida por el rey visigodo Wamba sobre el año 674, aunque la actual es básicamente de origen árabe con algunos restos de la romana.
La finalización de la obra se debe al rey Alfonso VI, que tras reconquistar la ciudad en el año 1085, terminó esta muralla que hoy podemos ver. Como es sabido este rey hizo convivir las tres culturas árabe, judía y cristiana de las que podemos encontrar muestras en la ciudad.
A pesar de que Toledo siempre ha contado con una gran muralla conocida por todos durante su historia, en épocas de más o menos paz han tomado protagonismo sus puertas de entrada y salida. En ellas el peaje era obligatorio y hacían las veces de aduana de la ciudad.




Puerta de nueva de Bisagra

La puerta de Bisagra, situada en el recinto amurallado, ha sido y es la entrada principal de la ciudad de Toledo. De esta función ya se conservan restos datados en el siglo X, durante la dominación musulmana. Con la expansión de la ciudad en el siglo XVI, y la construcción del Hospital Tavera fue necesario mejorar los accesos sustituyendo la vieja puerta por otra cuya construcción se inició hacia 1550, siguiendo las trazas dadas por Alonso de Covarrubias. Las obras debieron terminar hacia 1576 bajo la dirección de Nicolás Vergara el Mozo.
Este espacio fue utilizado durante muchos años para controlar las entradas y salidas de personas y animales, para el cobro de impuestos sobre manufacturas y alimentos y para actividades festivas, protocolarias y militares.
Hasta el año 1934 no se iniciaron las obras para abrir dos entradas laterales en la muralla y evitar así el continuo paso de tráfico rodado por la puerta del siglo XVI.
Asedio a Toledo
Corría el año 1139 cuando el rey Alfonso VII de Castilla decidió cercar el Castillo de Oreja en Ontígola con un ejército tan numeroso que obligó a que los gobernadores almorávides de Córdoba, Sevilla y Valencia acudieran con sus tropas a defender este importante enclave musulmán.


Los almorávides, además, en una inteligente maniobra militar de disuasión, mandaron un importante contingente a asediar Toledo, sede regia, con el objetivo de distraer la atención del emperador Alfonso y lograr que el Castillo de Oreja quedase libre del cerco castellano.

No contaban los musulmanes, sin embargo, con la bravura que la esposa del rey, Berenguela de Barcelona, demostró en la defensa de Toledo sin que fuese necesaria la venida de su esposo con las tropas. Así, tras reprochar a los almorávides que tuvieran la cobardía de atacar una ciudad defendida por la reina y sus damas en ausencia del rey y sus mejores tropas, Berenguela consiguió que la ciudad resistiera sin necesidad de abandonar el sitio de Oreja, que tras varios meses de resistencia sarracena, cayó finalmente a manos castellanas el 31 de octubre de ese año. De este modo, Oreja se convirtió en un bastión cristiano y dejó de ser una amenaza contra la repoblación de la comarca como había sucedido hasta entonces, consolidándose así por tanto la Reconquista del valle del Tajo.
Pues bien, al parecer, esta feroz resistencia de la joven Berenguela, de tan sólo 23 años, se produjo en una zona de la muralla que desde entonces, y en su honor, es conocida como las Torres de la Reina.

En la ciudad de Tajo tan sólo quedaba un pequeño cuerpo de guardia en el Castillo de San Servando y algunos miembros de la guardia personal del rey, que habían quedado allí para cuidar de la reina Berenguela de Barcelona y sus damas.

Las tropas almorávides sitiaron San Servando, acabando rápidamente con la poca guardia que quedaba, y avanzaron sin pausa, cruzando el puente de Alcántara camino de derrotar a la guardia escasa que tendría la muralla toledana.
Se detuvieron en la parte alta de la Vega, frente a los fuertes torreones que defendían esta zona de la ciudad, y allí el rey de Valencia anunció su intención de atacar la ciudad.

Viéndose acorralada, sin el rey Alfonso VII y su ejército cerca para defender la plaza, la reina doña Berenguela pidió a un mensajero que le acompañara hasta la muralla, y una vez allí, le hizo entrega de un escrito y pidió que lo leyera desde lo alto de una de las torres, donde lo pudiera oír bien el rey de Valencia.
Allí también estaba la reina, a su lado:
“Si hombres sois, nobles guerreros,
mostraréis vuestro valor
no aquí, pues sólo hallaréis
sacerdotes, niños, viejos
y unos pocos saeteros.
En Oreja encontraréis
con el rey hombres enteros,
como vosotros, valientes
y tan buenos combatientes.”
Así, la reina advertía de la escasa presencia militar en la ciudad, advirtiendo que la lucha tan sólo se haría contra niños, damas y viejos, teniendo la batalla escaso honor y, más bien, poca gloria para el conquistador valenciano.
El caudillo almorávide queda pensativo ante tal situación y sin perder de vista a doña Berenguela en lo alto de la torre, afirma:
“Reina señora, exclama
el adalid africano,
nosotros no peleamos
ni con niños ni con damas
u hombres de Dios y ancianos.
A Oreja al punto nos vamos
y con hombres lucharemos.
Si la victoria alcanzamos,
puntualmente volveremos.”
Un mensajero, al mismo tiempo que avisaba de la cercanía del ejército almorávide a Alfonso VII, también le informa de lo acontecido en Toledo:
Por un mensajero el rey
conoce esta noble hazaña,
y entonces cree que es de ley
de mayor honra de España
dejar de batir Oreja,
la fortaleza sitiada;
y que a cuantos oigan digan:
“Nobleza a nobleza obliga
y amor con amor se paga”.*
Aún hoy se conserva una de las torres desde la que, según cuenta la leyenda, la reina doña Berenguela defendió la ciudad de Toledo sin arma alguna. El torreón más cuadrado que observas justo a la izquierda de la Puerta de Bisagra es el que tradicionalmente se denomina “la torre de la Reina”, aunque es probable que el original, al que doña Berenguela se asomó contemplando el ejército almorávide (si esto sucedió), ya no se conserve.
Otra versión de la misma leyenda afirma que una vez el ejército musulmán, formado por 30.000 hombres, abandonó Toledo, luchó frente a Alfonso VII en Aurelia, consiguiendo el monarca leonés una gran victoria. Nuño Alfonso, alcaide de Toledo, entró a la ciudad victorioso portando las cabezas de los reyes musulmanes de Sevilla y Córdoba y las mandó colgar de las torres del Alcázar.
“En las puntas de los estandartes de los vencidos Reyes puso sus dos cabezas, y en otras lanzas las de muchos caballeros, siguiéndolos la gente cautiva noble y común, como prisioneros.”
Tras varias jornadas expuestos los despojos, la reina Berenguela, ordenó retirar y embalsamar las cabezas para enviarlas a sus viudas, envueltas en sedas, y guardadas en cofres de plata.
Las torres de la Reina
Toledo quiso homenajear a esta valerosa señora y es por ello que una sección de las murallas, concretamente las delimitadas entre la Puerta de Bisagra y la Torre de la Almofala, llevan el nombre de Torres de la Reina.
Son una sucesión de cubos y torres, tanto cuadrados como semicilíndricos delimitaban el antiguamente conocido como arrabal de San Isidoro.




Fueron fotografiadas desde muy temprano por su belleza al ser el tramo de la muralla que se conserva con mayor pendiente, lo que hace que sus perspectivas sean muy vistosas. Aquí os dejo una buena muestra de imágenes antiguas de las Torres de la Reina desde finales del siglo XIX hasta mediados del XX:






En 1922, el gran Santiago Camarasa publicó en la revista «La Esfera» un pequeño artículo de elogio a la gesta de Berenguela que os pongo a continuación:
«De entre todas las murallas de esta ciudad museo, imperial siempre, gloria de España, ninguna como éstas, tan bellas, tan gallardas, tan bien conservadas.
¡Son las Torres de la Reina!
Son las venerables piedras sobre las que vivió una mujer, – doblemente interesante por ser mujer hermosa y por ser Reina de Toledo- sus horas más sentidas: su vida toda consagrada holocaustamente a la ciudad que defendía, a la ciudad toledana.
Son las torres sobre las que, en horas de calma, de paz augusta, ella, la reina, recreábase contemplando los alrededores, los cigarrales, la Vega, el potente Tajo: todo el paisaje castellano.
Respetables piedras milenarias, tenéis el mayor tesoro, el valor inapreciable de haber sentido, de haber recogido en vuestro regazo lágrimas y risas de la mujer más interesante, de la más brava reina de Toledo.
Victoriosas torres, que conserváis todavía la mayor belleza, la más soberana galanura, la fortaleza más bravía, ¿qué poder mágico os domina?
¿Cuál es vuestro secreto?
¿Por qué vuestro dominio sobre todas?
¿Por qué?
Por ella, porque fuisteis sus miradores famosos, históricos; porque tras estos muros obscuros y férreos pero limpios y severos, estuvo ella…, y aún sigue, dominándoles, imponiéndoles su yo excepcional y grandioso.
Aquí está su alma, el espíritu admirable de aquella gran mujer, que es todo el secreto de la recia hermosura que las distingue aún y las distinguirá siempre.
¡Son las torres de la Reina! Torres femeniles, pero bravas, altivas como ningunas, dominadoras.
Recias piedras toledanas, sobre las que una mujer, la más excelsa alma femenina, vivió y vive exquisitamente…Sí. De noche, en las noches misteriosas del Toledo magistral, cuando el pueblo duerme y la ciudad vive sus horas más sublimes, una sombra blanca asómase entre sus almenas y las contempla con amor…»



Alfonso VII (m. 1157) tiene sepulcro en la Catedral de Toledo, en la capilla mayor, en el lado del Evangelio, ordenado construir por el Cardenal Cisneros al escultor Diego Copín de Holanda en el siglo XV tras demoler la capilla de la Santa Cruz que aquí se encontraba. Alfonso VII es el primer soberano leonés en ser inhumado en la Primada.
La reina doña Berenguela recibió sepultura en la Catedral de Santiago de Compostela. El sepulcro que contiene los restos mortales de la reina Berenguela se encuentra en la Capilla de las Reliquias
Fuentes:
Las Torres de la Reina / TOLEDO OLVIDADO
Las Torres de la Reina en Toledo – Leyendas de Toledo
HISTORIAS DE TOLEDO: BERENGUELA DE BARCELONA. Un río de palabras
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