Por pensar demasiado me he llegado a preguntar si resultaría creíble eso de que en la novela de SILENCIO EN TUS LABIOS, haya una web de citas en la que no aparezcan fotos ni demasiados datos personales pero nuestros protagonistas tengan el coraje o la osadía de confiar en el extraño que se encuentra al otro lado.

Para poneros en situación, para aquellos que sepan nada de la novela, lo de esta web de citas, este intercambio de mensajes vía email en un principio era un mero recurso literario para darle a Ana voz en los primeros borradores de la novela, escrita como un diario sobre como Manuel con más torpezas que aciertos consigue conquistarla.
La suerte de estos dos personajes es que viven en ciudades distintas y distantes, que tampoco se conocen tanto como para reconocerle a través de estos mensajes supuestamente anónimo o intercambiados entre gente que prefiere mantener su anonimato, por el temor de estar hablando con el vecino de al lado, como en alguna ocasión se llega a insinuar.
Para el desarrollo de la historia, de la novela, es importante, diría que vital, que no se desvele este misterio, porque se establece un curioso diálogo entre ellos, a cuatro bandas, entre lo que se dicen y de verdad piensan. Que tampoco es que se engañen, tan solo que hay ocasiones en que se muestran demasiado impulsivos y este curioso intercambio de mensajes les da a entender lo mucho que tienen en común con ese desconocido que hay al otro lado.

«La dulce Gatita» – no es más que una chica que se siente un tanto agobiada por el interés que un amigo siente por ella, a lo que no corresponde, porque aún siente demasiado reciente la ruptura con su anterior pareja. Aparte que tiene problemas de salud y el hecho de salir de casa es una manera de evadirse de sus problemas. y allí donde ella parece sentirse libre se encuentra ese chico, de quien no todo el mundo tiene un buen concepto. Es un chico algo tímido, introvertido, enamoradizo.

«El poeta» – es un chico poco afortunado en los temas del corazón, que no sabe si de nuevo se ha fijado en la chica equivocada, porque es una chica que vive en otra ciudad y con la que tan solo coincide en ocasiones puntuales y que siente le observa desde la distancia, que no es indiferente a él, aunque le demuestre esa frialdad.

Ana siente que «El poeta» la entiende perfectamente, que parece que sus historias no son tan distintas, aunque a diferencia de Manuel, éste se muestra mucho más reflexivo, comedido, no la juzga ni tampoco la toma demasiado en serio. Tan solo es alguien que la escucha, porque es lo que Ana necesita, sentirse escuchada. A alguien con quien expresarse de una manera un poco más libre.

Manuel siente que ha encontrado en «La dulce Gatita» a una chica que entiende por el sinsentido de su sufrimiento, que hablar con ella es como mantener esas conversaciones en ocasiones imposibles con Ana, porque Ana no quiere complicaciones, prefiere que la deje tranquila. Los mensajes de «La dulce Gatita» son mucho más calmados, menos amenazadores, porque Ana o guarda un silencio o ataca con toda la artillería pesada. Mientras que por otro lado Manuel se siente observado, vigilado. Que sí, que él no oculta sus torpezas, pero es que no es fácil entender a las mujeres
El caso es que….
De este recurso literario y novelesco salió la que en la actualidad la versión femenina de esta primera parte de la novela, donde Ana narra en primera persona y sin esconderse, su propia vivencia de los acontecimientos.
Entre las personas a quienes tuvimos ocasión de saludar estuvo Manuel, a quien tenía un especial interés en conocer, aunque creía recordar que no era la primera vez que nos veíamos, pero de aquel primer encuentro ya habían pasado algunos años y entonces no nos habíamos hecho demasiado caso. Lo mismo había sucedido durante todo el día, pero al final no pude evitar el saludo, lo que confieso a mí me hubiera dado lo mismo, pero Carlos no era de la misma opinión, porque se le había echado en falta en el campamento. No se lo comentamos, pero debido a un fallo de los organizadores, me había correspondido ser su amiga invisible, cuestión que se subsanó en cuanto lo dijimos, pero el caso es que me quedé con la sensación de que se debió haber apuntado al campamento y borrado en el último momento. La impresión que me causó la verdad es que no fue muy distinta a la que recordaba de la primera ocasión, era tan solo un chico más dentro del grupo y seguía sin novia. Era el de siempre.
Silencio en tus labios. Ana
Sobre todo queda claro que ella tiene su propia vida antes de que Manuel se cruce con ella y empiece el desarrollo de la novela, aunque también se deja entrever que tal vez ya se conocieran de antes y no sean unos completos desconocidos.
En cualquier caso, Ana parece saber de Manuel más que éste de ella y esa primera impresión tampoco parece que sea muy favorecedora para éste.
Aun así, he mantenido la idea del intercambio de mensajes, porque me parece muy curioso cómo aflora la personalidad de los personajes
Debe estar conectado para enviar un comentario.