¿La siesta de Manuel?

Introducción

En la versión de Ana se cuenta como está pasa el rato de la siesta, compartiendo confidencias con sus amigas, nos cuenta cómo les tantea para conocer su parecer con respecto a esa posible relación entre los dos, aparte de preguntarles por la valoración sobre la manera de comportarse de éste

La pregunta y la duda que se nos plantea es que en la versión de Manuel no se hace ninguna mención en ese sentido. estos momentos de ociosidad, de tiempo libre y descanso pasan como si no los hubiera habido,

La tarde se repartió entre la preparación de los Oficios, la celebración y el rato de oración posterior antes de la cena. Todos estuvimos tan entretenidos que las cuestiones personales perdieron relevancia,

Manuel. Silencio en tus labios 17 de abril 2003

Ya sabemos que la Versión de Manuel parece estar escrita desde un tiempo posterior, donde importa más a donde llevan los acontecimientos que el momento. No me detuve en los detalles, por lo cual la novela queda un poco coja en ese sentido. Parece que este narrador intenta esconder sus propios defectos.

Manuel (imagen oficiosa para la web)// Copilot designer
Manuel (imagen oficiosa para la web)// Copilot designer

Tiempo de siesta, tiempo de chicos

Ahora podemos tomarnos la libertad de divagar al respecto, de suponer, de ampliar lo que se cuenta, dado que ni siqueira en la versión de Ana se hace mención a cómo pasó este esos momentos de libertad y ociosidad.

Podemos suponer, por lo que se ha contado hasta ahora, que los chicos se sienten algo más descansados que las chicas, dado que éstos no trasnocharon, aparte de que se levantaron un poco más tarde, por lo que muchas ganas me meterse en el saco no deben tener.

No se dan demasiados detalles sobre cómo es la relación y complicidad entre los chicos, pero se puede deducir que no es equiparable a la chicas en ese sentido, que éstos no se van a quedar en un rincón a compartir confidencias sobre cuestiones demasiado personales.

Si acaso, los chicos, hablan de temas de chicos, y no parece que en este caso eso de aludir a sus conflictos con las chicas sea lo que predomine. De los siete chicos, al menos sabemos que dos han acudido a la Pascua con su respectiva novia, dos de los chicos de Toledo y se supone que todo va bien en esas relaciones.

Tampoco tiene mucho sentido que a ninguno de los chicos le interese demasiado eso de sentarse a escuchar los tormentos de Manuel, ni aquellos que le conocen, porque ya le conocen, ni a los que son de la parroquia de Ana, porque tampoco ese es un tema relacionado con la vivencia de la Pascua, aparte que ya tendrán formada su propia opinión con respecto a Ana.

Como mucho podrían aludir a sus opiniones con respecto a su parecer sobre cómo se desarrolló o fue el desenlace de aquel noviazgo entre Ana y Carlos, Sin embargo, se puede entender que ambos se han sabido ganar el respeto de todo el mundo y ese es un asunto superado por todos, que ya forma parte del pasado; que no hay razón para airear ni siquiera con quien pudiera sentir una cierta curiosidad.

Carlos (Imagen oficiosa para la web)
Carlos (Imagen oficiosa para la web) // Copilot Designer
Carlos (Imagen oficiosa para la web)
Carlos (Imagen oficiosa para la web) // Copilot Designer

Tiempo de ensayo

En el cronograma de la Pascua no hay como tal un tiempo asignado a todas y cada una de las actividades, de manera que es durante este tiempo libre cuando se ha de aprovechar. Siendo las fechas que son y las razones por las que están en ese pueblo, cabría pensar que aquellos chicos que toquen la guitarra, que estén encargados de la música han de encontrar tiempo para practicar, para ensayar.

Chicos ensayando en la plaza// Copilot designer

Entre estos chicos no se encuentra Manuel, porque, como ya comenta Ana al comienzo de la novela, éste no participa del coro. Lo cual sí hacía Carlos. Lo que, en cierto modo, acentúa el hecho de que Manuel no tiene ninguna responsabilidad individual asignada. en ese aspecto no parece que cuente con la confianza de Ana como coordinadora, quien ha preferido darle plena libertad en ese sentido.

En este caso se podría decir que «quien canta sus males espanta«, pero no es algo que Manuel tenga como lema de su vida. Él es poeta, él escribe, y lo único que hubiera podido hacer, en caso de querer pasar tiempo con estos chicos, es disfrutar de la música y de la compañía, dado que ni siquiera hace referencia al hecho de que se haya sentido inspirado a plasmar sus pensamientos ni sentimientos.

Se puede deducir de todos esto, que Manuel no regresa al alojamiento de los chicos, que por lo tanto no lleva conmigo su cuadernos o que de manera intencionada prefiere reprimir esos impulsos, el poema de la noche anterior no fue demasiado optimista, aunque ahora ya puede argumentar que tiene limpio el corazón y se siente renovado por dentro.

Estos chicos ensayan porque se espera que acompañen la celebración de los Oficios de Jueves Santo con sus canciones, donde no tiene cabida ningún improvisado recital de poesía, dado que han de atenerse a la liturgia y demostrar con ella una cierta formalidad, conscientes de que la gente del pueblo tiene puesta la vista sobre ellos, como chicos de ciudad.

Origen