El otro día, mientras hablaba con un amigo, un compañero, mientras hacía gala de mi intensa vida social, éste me insinuó que para conseguir mis objetivos necesitaba tener una estrategia, eso de que al final uno se fuma el puro de la victoria porque los planes le han salido bien.

De modo que ahora que me siento delante del ordenador, ante esta entrada del blog, me hago la gran pregunta
¿Tengo yo alguna estrategia?
Según la web de la Federación Asperger España, en su apartado «Síndrome de Asperger en la edad adulta»
Las dificultades, retos y necesidades que las personas con síndrome de Asperger pueden presentar varían, como ocurre con todas las personas, en cada momento del ciclo vital. Cuando se alcanza la edad adulta es imprescindible prestar una atención específica a los siguientes aspectos:
2. Cualidades y aspectos positivos de los adultos Asperger
- A pesar de sus problemas, son capaces de generar estrategias alternativas para manejarse en el mundo social.
- Suelen ser muy nobles y dicen en cada momento lo que piensan.
- Cuando su trabajo se ajusta a sus intereses y tiene poca demanda social suelen tener éxito profesional.
- Reclaman independencia económica y social.
- Suelen ser perfeccionistas a la hora de realizar cualquier tarea.
- Son capaces de almacenar grandes cantidades de información, sobre todo de sus intereses.
- Suelen ser más eficientes en trabajos técnicos (informática, fotografía, matemáticas, administración, etc.)
- Cuando las metas están bien definidas suelen ser persistentes en la consecución de sus objetivos.
Es decir, que en principio no debería tener dificultar para generar esas estrategias ¿O sí? Porque todo problema requiere que una solución y si se tiene un problema, no siempre se puede recurrir al Equipo A
«En 1972, cuatro de los mejores hombres del Ejército Americano fueron encarcelados por un delito que no habían cometido (…) Hoy, buscados todavía por el gobierno, sobreviven como soldados de fortuna. Si tiene usted algún problema y si los encuentra, quizá pueda contratarlos… The team A».
Introducción de la serie El Equipo A
De modo que, si no puede venir el Equipo A a rescatarme de mis problemas, habré de ser yo quien me saque las castañas del fuego; quien se lie a tortas con las dificultades; quien le plante cara a las adversidades que se me presentan en el camino; quien derribe los muros que me impiden el paso. Habré de ser yo entonces. ¡Mis planes tienen que salir bien!
De lo contrario, no habría cabida para pensar que yo tengo alguna estrategia, sin que ello me convierta en un manipulador ni en un psicópata social, en alguien con dos caras o a quien le guste jugar a ser quién no es; quien no pretende ser; dado que los problemas surgen porque soy alguien que está en el mundo, en este mundo, aunque también se dice que los Asperger vivimos en nuestro propio mundo.
A mí me gusta pensar que somos turistas en nuestro propio mundo, aunque ya sé que no es una concepción muy exacta, pero es una idea, un concepto que da a entender que no terminamos de adaptarnos a ningún sitio y que no somos de ninguna parte, pero nos esforzamos por entender el mundo que nos rodea, que cuando el viento sopla a nuestro favor desplegamos velas y no hay tormenta ni huracán que nos frene, pero claro ahí es cuando antes o después nos acabamos dando cuenta de que somos lo que somos, que por mucho que el viento sople a favor, alguien ha de guiar el barco para esquivar las piedras y rocas del camino.
¿Por qué no funcionan?
Como le dije a mi amigo, la gente me suele adelantar por la derecha. Cuando yo quiero algo, cuando voy a por algo, siempre hay alguien más rápido, que aprovecha mejor las oportunidades, los recovecos que no soy capaz de encontrar. En ocasiones me entretengo demasiado a la hora de poner en práctica mis tácticas. De modo que al final todo llega tarde y mal. A veces soy demasiado literal a la hora de entender el mundo que me rodea y me falta esa sutileza para entender los dobles sentidos, lo blanco es verde, si los demás dicen que es verde. A veces la gente dicen una cosa, pero se comporta de una manera distinta y eso está bien, porque se cambia de opinión, se evoluciona, porque lo que hoy te digo aquí, mañana quizás allí ya no valga ¿Cómo pueden funcionar mis estrategias en un mundo tan cambiante?
Si hay algo que puedo destacar de mis novelas en ese sentido, por aludir a ello en este blog, es que mis personajes, aquellos en los que yo no me identifico a nivel personal, sí tienen estrategias. Le buscan ese doble sentido, ese darle la vuelta a todo para conseguir lo que se proponen, lo que queda muy de manifiesto de manera particular en la novela «Silencio en tus labios«, dado que, por ejemplo, Ana, en su intento por ganarse el corazón de Manuel, por buscar esa cercanía con éste, recurre a pequeñas sutilezas que en ocasiones no lo son tanto. También se apoya mucho en las amigas, a quienes en las últimas entradas me ha dado por denominar «las gadgets amigas» y entre todas ellas consiguen que Manuel, mi personaje, termine comiendo de su mano casi sin que éste sé de cuenta del engaño, de la estrategia que siguen con él, sin que como tal pretendan quitarle el mérito, ya que no siempre esos tejemanejes les salen bien. El sábado en la pascua, con lo del camino de Emaús, fallaron los planes, pero saben encontrar una alternativa, de tal manera que como Ana pretende, acaban dando ese paseo juntos.
También está el plan para conseguir ese reencuentro en julio tras sus desavenencias de mayo. Ana se organiza con sus amigas para lograr que Manuel acuda a esa convivencia de novios y termine por presentarse en la puerta de su casa, como si el mérito fuera de éste, aunque la realidad es que le han llevado hasta allí a rastras, con cierto engaño, aunque con la ilusión de reencontrarse con su amada.
En la novela «Esperando a mi Daddy» también hay estrategias, hay un plan para superar una dificultad, un problema de fondo, la negativa de Jessica a aprender el idioma español, a aprender la cultura de España y, sobre todo, su resistencia a buscar a su anhelado Daddy. De modo que Ana, su tutora, se organiza y pone de acuerdo con todos aquellos que de un modo u otro se cruzan en la vida de Jessica para que ésta incluso llegue a leer poemas de su Daddy, aunque ésta tenga la sensación de que éste ignora su existencia, que no hay ninguna evidencia ni pista de que se trate de alguien real. Incluso uno de esos poemas se convierte en la llave que le dé acceso a la universidad cuando ella ni siquiera es alumna de la asignatura de Spanish, pero es la única que tiene la respuesta sobre la identidad del autor.
¿Cuáles son mis estrategias?
Sin estrategias no se puede llegar muy lejos, porque son muchos los obstáculos que te presenta la vida a diario y la verdad es que quedarse sentado a verlas venir no ayuda demasiado. En todo caso, tengo esta web que poco a poco intento mejorar. Quienes me conocen ya saben que empecé con una página estática y que desde abril de este año me he decidido a hacerle un poco más dinámica ¿Es eso una estrategia? Mi objetivo, quienes me conocen ya saben que es mi manera de hablar «contigo», porque me toman por una persona un poco callada en el día a día, pero, si me escuchas, aunque no me respondas, ya sabes que por aquí te cuento todo lo que pienso con la ilusión de que lo leas y algún día me contestes, dado que me gusta que sepas que estoy aquí ¿Qué tal me va el plan hasta ahora? Depende de «contigo», que puede ser una sola persona o de mucha gente. En cualquier caso, de ti.
Por supuesto, no voy a desvelar mis estrategias, porque sería una torpeza que lo hiciera, ya que seguro que habrá alguien que me adelante por la derecha y deje mis esfuerzo en nada, en la impresión que me dio a entender mi amigo, que los demás tienen de mí, que, si en el momento oportuno hubiera sabido ser un poco espabilado, aprovechado mejor mis oportunidades, no me hubiera adelantado ni un avión A380 por muy grande que sea éste o ancho que sea el camino. De todos modos, los demás no me adelantan por que vengan en avión o me pasen por encima, lo hacen con estrategia, con esa sutileza de quien sabe descubrir ese punto débil, esa línea de flotación que hunde al petrolero más seguro del mundo. Yo me quedo con un palmo de narices y con la sensación de que por lo menos pensarlo, lo he pensado, aunque ello nunca suele ser suficiente.
En todo caso, si alguna vez mis estrategias funcionan, ya sabéis lo que diré:

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