Lista de lo visitado hasta ahora: (ver lista en página aparte)
Introducción
El otro día estuvimos de visita por la calle del Locum, en busca de los adarves (Cerrados para siempre) y os comente que esta calle empieza junto a la catedral. Pero se me pasó por alto comentaros dónde termina. Pues resulta que como suele suceder en Toledo todo está más cerca de lo que parece, a la vuelta de la esquina, porque ya estuvimos hace tiempo visitando la calle del Cristo de la Calavera (Duelo a muerte) y después de mil vueltas por la ciudad, nos encontramos con que esa calle está aquí a lado.


Si vamos como el otro día recorriendo esta calle, sin desviarnos por el callejón del Diablo, sino que es todo recto, hasta el final, llegamos a la plaza de Abdón de Paz. Que cualquiera diría que es otra de las muchas plazas que hay en Toledo, tal vez con poco turistas, pero a Toledo hay que venir a perderse y cuanto te has perdido es cuando de encuentras lo que no te esperas, como en este caso.
Pensaba utilizar la excusa de la visita a esta plaza para mencionar por enésima vez la película Tristana (1970), pero tengo la mala costumbre de «llamar a todas las puertas» y en ocasiones me encuentro con gente amable que me permite cotillear en su casa
Hablando de plazas, en el casco histórico de Toledo a cualquier espacio un poco más amplio de la habitual lo llamamos «plaza». Como curiosidad que no existe ninguna plaza regular en todo el casco histórico. Todas son irregulares, me explico, no forman ni cuadrados ni rectángulos, como mínimo uno de los lados es o más grande o más pequeño que los demás.
Plaza de Abdón de Paz
Esta pequeña plaza se encuentra todavía más cerca del propio Alcázar y, muy importante, de su torreón suroeste. La Calle Juan Labrador, desde donde partían los túneles de las minas del 18 de septiembre, conducen a esta plaza. Los impactos que encontramos están muy dispersos, en algunas paredes y ventanas de la propia plaza. Una de las razones con más peso es que fueran realizados durante alguna salida nocturna de los defensores en busca de víveres por las casas cercanas o la búsqueda de los túneles para destruir y acabar con los trabajos de minado. La zona estaba totalmente ocupada por fuerzas republicanas y miembros de milicias. El combate entre ambas partes, aunque escaso, estaba asegurado.
Plaza donde confluyen las calles del Locum, de Juan Labrador y del Cristo de la Calavera.
Desde el siglo XVI se llamaba plaza de la cabeza, llamada así por la leyenda que nos cuenta la decapitación del Alguacil Mayor por orden de Fernando III el Santo y cuya cabeza fue expuesta en esta plaza.
Aquí se complica un poco la historia, pues este nombre podría hacer referencia al famoso “Baphomet“, una especie de cabeza parlante o mágica, que mencionaron los caballeros en las confesiones realizadas cuando fueron perseguidos.
En 1898 el Ayuntamiento decide cambiar al nombre por el de Abdón de Paz (escritor de la toledana población de Polán) quién vivió en esta plaza en su época de estudiante.
Abdón de Paz y Sánchez de la Serrana (Polán, 1840-Las Palmas, 1899) fue un escritor, periodista y jurista español.
Más que una plaza podríamos decir que es un cruce de tres calles, pero decir que esta “plaza” tuvo hasta finales del siglo XIX una cuarta calle actualmente cerrada (calle robada) y que es una de las calles más estrecha de la ciudad de Toledo.
El edificio más destacado se encuentra en el nº7, un bello palacete de estilo barroco tardío que fue residencia oficial del Canónigo Obrero de la Catedral. Tras la desamortización ocupó la Escuela Normal de Magisterio en 1841, posteriormente fue ocupado por un grupo escolar hasta la adquisición por parte de la Diputación de Toledo del edificio donde se le dio uso como residencia de ancianos, posteriormente fue utilizado como Colegio Mayor Femenino y actualmente es una escuela taller.
CALLE DEL LOCUM. Recibe el nombre por estar frente a la entrada trasera de la Catedral que daba acceso directo a los servicios higiénicos llamada de forma discreta como Locum. En dicha calle se encuentra uno de los mejores restaurantes de Toledo “El Locum” regentado por el magnifico chef Víctor Sánchez-Beato.
CALLE JUAN LABRADOR. El origen del nombre de esta calle es más confuso, algunos historiadores lo atribuyen a un virtuoso personaje de la Edad Media otros a un familiar de la famosa confitería Labrador ubicada en la Plaza de la Magdalena
En 1561 se llamaba “Callejón de Santa Olalla”, pero parece ser que no estuvo mucho tiempo con este nombre, un vecino llamado Lázaro de Santaolalla debió de dar dicho nombre a la calle, antiguamente era muy común que las calles recibiesen el nombre de algún vecino ilustre de la misma, y muestra de ello es que en el siglo XVIII vivió Juan Sánchez Labrador, que da el nombre actual a la calle. Dicho personaje fue feligrés de la iglesia templaria de San Miguel donde inició la repostería que le dieron fama a él y a sus sucesores. En 1901 en el nº8 de la calle se instaló la primera Casa de Socorro que tuvo la ciudad de Toledo, con una consulta gratuita para los indigentes de la ciudad.
CALLE CRISTO DE LA CALAVERA. El origen del nombre se debe a un Cristo Crucificado como tantos que abundaban en el Toledo del siglo XVII, dicho Cristo se encontraba en el ensanche que hace la calle con la actual calle del Pez (muy cerca de la Plaza de San Justo). El Cristo tenía una calavera a los pies, cosa bastante habitual en aquella época. Para los amantes de las leyendas deciros que esta calle da origen a la famosa leyenda del Cristo de la Calavera, una de las más populares de Toledo.

Los murales de Abdón
Una de las labores más importantes, y a veces más desconocida, del proceso de rehabilitación de nuestros edificios históricos es la supervisión arqueológica de las obras: el estudio de paramentos, solados, excavaciones, … el análisis de la estratigrafía histórica del edificio, arquitectónicamente hablando. Delicada y respetuosa inspección previa del futuro campo de batalla de albañiles y operarios de la construcción, trabajos realizados con modos de cirujano forense que permiten sacar a la luz el patrimonio oculto de nuestros inmuebles. En el caso de la ciudad de Toledo es importante resaltar la labor realizada por el servicio de asistencia arqueológica del Ayuntamiento, labor que ha permitido recientemente el descubrimiento de unas bellísimas pinturas murales, nacelas decoradas y yeserías en una vivienda de la planta baja del inmueble de la Plaza de Abdón de Paz nº 9.
Representan escenas religiosas, como la parábola del Hijo Pródigo y una Virgen con el niño Jesús

El descubrimiento se hizo a raíz de que el actual propietario de la vivienda, pidiera ayuda al Consorcio de Toledo para rehabilitarla. El trabajo del servicio de asistencia arqueológica del Ayuntamiento es el que ha sacado a la luz unas pinturas murales en una de las dos habitaciones de la casa. Además, en la otra estancia se han descubierto también unas nacelas con inscripciones con caracteres latinos y en los vanos exteriores , que se abren al patio, dos yeserías, con decoración de candelieri renacentista, que están parcialmente mutiladas.
Gómez Laguna informó de que la configuración del salón donde se encuentran las pinturas se puede remontar a época medieval islámica, con importantes reformas en los siglos XIV y XV , aunque la reforma más importante hay que situarla entre los siglos XVI y XVII. Es en ese contexto en el que se enmarcan estos frescos, cuando el entonces propietario de la casa, una persona pudiente, transformó la estancia en un oratorio o capilla privada de la familia.
En tres paredes de esta habitación es donde se han conservado las pinturas, que luego quedarían tapadas en reformas posteriores. La restauradora Eva Moreno mostró ayer a este diario las escenas religiosas que están representadas en lo que fue esta pequeña capilla. La pared este, la única en la que no se conservan pinturas, es donde estaría el altar; en la oeste ha aparecido una Virgen con el niño en la parte central, delante de una representación arquitectónica de arcos y columnas.
Según indica Moreno, «la pared sur es la más maltratada por la apertura de vanos hacia el patio». En ella solo se conserva la parte superior del salón, algunas guirnaldas y escenas de paisaje. Y es en la parte norte, la mejor conservada, aunque fue deteriorada en las reformas realizadas en la casa en el siglo XIX y XX, donde se encuentra las pintura más destacada. Este fresco representa, tal y como investigó Javier García Almarcha, licenciado en Historia de Arte por la Universidad de Castilla-La Mancha, la parábola del Hijo Pródigo. La cronología de la pintura, por el estilo y la posición estratigráfica, se puede situar a principios del siglo XVII, señaló la restauradora.
Tristana
Buñuel retrata como pocos el ambiente costumbrista y provinciano en su adaptación de la novela de Galdós, y nos muestra un Toledo precioso, con unos exteriores meticulosamente escogidos en base a su profundo conocimiento de la ciudad, que se mantenía muy vivo en su recuerdo desde la época en que pertenecía a la célebre «Orden de Toledo». Los lugares que seleccionó habían permanecido tan inalterados que apenas necesitó ambientarlos, siendo tan sólo necesarios algunos vehículos y carruajes amén del consabido vestuario.
La película comienza con los clásicos títulos tras los que se puede ver una foto fija de la ciudad desde el Valle con ruido de campanas de fondo. Fijáos en las orillas del río y barrios aledaños, con las calles aún terrizas.

Web de referencia
6 Curiosos lugares que visitar en el «barrio Templario» de Toledo – Leyendas de Toledo
Por las calles de Toledo – Rutas Toledo ContigoRutas Toledo Contigo
Descubren pinturas murales del siglo XVII en una casa de Abdón de Paz (abc.es)
Las mejores capturas de «Tristana»: Toledo en 1969 bajo el prisma de Buñuel / TOLEDO OLVIDADO
Los murales de Abdón (consorciotoledo.com)
El asedio del Alcázar 80 años después (toledogce.blogspot.com)
blogpedlabpin.blogspot.com callejero de Toledo
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