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Introducción
Antes de adentrarnos en la catedral para curiosear en algunos de sus rincones, creo que le hemos de dar una vuelta, porque, si hemos estado en los pies del templo viendo la puerta de los Reyes y dado vueltas de aquí para allá para ver las demás puertas, lo suyo es que pasemos alguna vez por la cabecera, si no para centrarnos en la catedral como tal, al menos que sea para recorrer esa calle, por la que ya hemos estado con anterioridad, pero casi hemos pasado de largo, salvo por ver la procesión del Corpus Christi.

Calle de Sixto Ramón Parro

Antes llamada Calle Tripería. Calle que une la plaza Mayor con la plaza de San Justo.
- Plaza Mayor: Plaza y alrededores
- Plaza de San Justo: ¡Ni se te ocurra pasar de largo!
En la fachada de un restaurante actual de esta calle existía un dibujo-mural en forma de cuatro medallones que representaban las cuatro estaciones del año, los cuatro tiempos, desaparecidos en una reforma del edificio. Este dibujo-mural da nombre a la inexistente plaza de Los Cuatro Tiempos ya que no existe como tal formando parte sin más de la calle que nos ocupa en este post. Sixto Ramón Parro, toledano de la localidad de Villacañas es el autor de la obra “Toledo en la mano”, fue alcalde de Toledo entre 1848 y 1850 y vivió en esta calle que lleva su nombre. Buena parte de esta calle está delimitada por la catedral.

Es ésta una vía de nuestro centro histórico que, en realidad, engloba dos calles en una. En efecto, podemos encontrar un primer tramo, desde la plaza de San Justo hasta esa especie de pequeña plazoleta que comunica con la calle Cardenal Cisneros y con la del Locum; y un segundo tramo, bien diferenciado, en el que la calle se convierte en cuesta que toma como uno de sus límites la misma fachada de la catedral, mientras va ascendiendo hasta su finalización en la plaza Mayor.
No es, aparentemente, la calle Sixto Ramón Parro una de las más conocidas ni visitadas de la ciudad, y sin embargo, concurren en ella no pocos alicientes. En primer lugar, esa doble fisonomía, primero estrecha y algo tortuosa, luego más ancha, recta y ascendente. En segundo lugar, el aspecto de algunas de las casas que la conforman, que la dan un aire tranquilo de pequeño pueblo. Luego, su ubicación extremadamente próxima a la catedral, que, como digo, viene incluso a delimitarla en parte de su recorrido, el mismo por el cual transcurre parte de la procesión del Corpus, fiesta mayor de nuestra ciudad. Y en fin, no es la menor de las curiosidades su propio nombre, dedicado al que fuera decano del Colegio de Abogados de Toledo, y autor de varios trabajos, singularmente de su famoso “Toledo en la mano”, magna obra descriptiva de la catedral y los demás tesoros de nuestra ciudad, que su autor escribió precisamente cuando vivía en la calle que hoy lleva su nombre, como hay recuerda una placa ubicada en la misma casa que fuera su residencia.
Esta vía es una suma artificial de dos sectores con distinta personalidad: el del Mercado y el de San Justo, aunque se llamen igual. El primero, agitado y ruidoso hasta media mañana, poblado de cargadores y de minoristas, de amas de casa y agentes del Municipio, de camiones que descargan su mercancía, motocarros y carretilleros que la distribuyen, dejando banastas y envases por doquier, cuyos aromas variados anuncian su contenido. El otro, tranquilo y sosegado siempre, transitado sólo por los pacíficos vecinos del barrio de San Justo.
Separa a los dos sectores la plazuela sin nombre oficial de los Cuatro Tiempos, siendo la unión de cinco calles y paso obligado de la circulación rodada. (Fuente: Historia de las Calles de Toledo)


La procesión del Corpus

Esquina de las calle Cardenal Cisneros y Sixto Ramon Parro.

El día anterior al Corpus tienen lugar las distintas reuniones de los gremios y hermandades que celebran sus propios actos, como entrega de medallas o admisión de nuevos miembros. Sobre las once de la noche se hace una especie de ensayo con una comitiva oficial donde va el pertiguero vestido de negro, cuya medida de la vara corresponde a la altura que alcanza la custodia; este día va midiendo los espacios correspondientes para que nada impida el lucimiento del cortejo al día siguiente. Por la tarde había salido también otro pequeño desfile con la Tarasca, los Gigantones y una serie de comparsas de música, para animar a los toledanos y prepararles para el día siguiente.


Plaza de los Cuatro tiempo
Es un arraigado nombre inexistente en el callejero oficial de Toledo, pero vigente en el uso popular y así consagrado en los rótulos de colmados, tabernas o tiendas habidas en este cruce de cinco bocacalles arropadas por los muros de la Catedral.

Los Cuatro Tiempos es un arraigado nombre inexistente en el callejero oficial de Toledo, pero vigente en el uso popular y así consagrado en los rótulos de colmados, tabernas o tiendas habidas en este cruce de cinco bocacalles arropadas por los muros de la Catedral. En realidad, esta «seudoplaza» es como un paréntesis urbano de una larga calle que media entre las plazas Mayor y de San Justo.
Hasta el siglo XIX, según el documento consultado y la época, tal trayecto se subdividía en tres tramos con otros tantos nombres: Carnicerías o Verduras, Hermandad y Tripería. En el Nomenclátor de 1864 este último absorbió a los demás, si bien, en 1898, se sustituyó por el del ilustre villacañero Sixto Ramón Parro (1812-1868), abogado, profesor, jefe político, alcalde, historiador…, cuya vivienda estuvo en esta calle como lo recuerda, en el actual número 9, un artístico azulejo con su retrato realizado por el ceramista Ángel Pedraza Moriz.



Calle Sixto Ramón Parro nº 5, Restaurante «Los Cuatro Tiempos». Dos mejor que uno, este edificio disfruta por partida doble de las salas de vistas. Es lógico puesto que desde sus ventanas casi se puede tocar la Catedral Primada. Estos torreones sólo abren ventanas hacia ella.

La bocacalle que baja desde la plaza Mayor hasta los Cuatro Tiempos forma otra esquina de sólidos sillares con la pared izquierda de la calle del Lócum, paraje citado en páginas galdosianas, mientras a su derecha están las casas de vecinos y negocios que dan vida a este enclave que se prolonga hasta la plaza de San Justo. Entre ellas, son varias las que, en la acera de los impares, ofrecen portadas labradas, huérfanas de blasones, sobre vestigios y aljibes medievales. En las fachadas hay amplios balcones de antepechos ondulados -propios de la rejería del XVIII- y añadidos característicos de la casa burguesa del siglo siguiente como fueron los miradores. Un ejemplo de todo ello es la casa donde residió el polifacético Parro organizada en torno a un patio central.

Como último punto de fuga de los Cuatro Tiempos , miramos la esquina que abre la acusada bajada de la calle del Barco, dedicada al escritor francés Maurice Barrès en 1924. Su azulejo está en el edificio que fue el hospitalito de San Pedro

Anotación. ya estuvimos por la Bajada del Barco «Por favor ¿para ir a la catedral?» porque andábamos por la zona de la senda del río, por el embarcadero y «nos encontramos» a unos turistas despistados que querían llegar hasta la catedral y nos pedían que les orientásemos
Calle y Bajada del BARCO
Calle y bajada del Barco, ambas formando parte de la vaguada natural que daba acceso directo al río, vías tan antiguas como la propia ciudad. Las separa la plaza del Colegio de Infantes o de la popularmente llamada de la Bellota y el propio antiguo colegio de Infantes (Colegio Nuestra Señora de los Infantes) para desembocar la bajada en el paseo del Barco Pasaje. En toda la zona hay restos de cloacas tanto romanas como medievales. Estas dos vías tienen una pendiente muy importante que ha llevado a instalar en algún tramo un pasamanos para facilitar el acceso de muchos peatones con movilidad reducida, aquí me acuerdo de mi madre que durante muchos años se apoyó en el instalado en el primer tramo de la calle del Barco para transitar por ella.
La calle fue denominada desde 1924 como Calle de Mauricio Barrés aunque en la actualidad ha recuperado su nombre de calle del Barco ya que la ciudadanía toledana no dejó de llamarla así, pero sigue estando dedicada al escritor francés y mantiene la dedicatoria a Mauricio Barrés, Maurice Barrès en francés.
Al acto de homenaje para dedicar la calle al escritor asistieron entre muchos Gregorio Marañón, Zuloaga, Azorín, Aguilar, Ortega, D’Ors, Pérez de Ayala y el novelista francés René Bazin.
Entre los números 20-24 de la calle sitúan el periodista y escritor Mariano Calvo y el urbanista medieval Jean Passini la vivienda habitual del posible autor del Lazarillo de Tormes, Sebastián de Horozco.
A la altura de la Bajada del Barco nº 5 recientemente se han hecho dos hallazgos, dos alcantarillas, una romana y otra medieval.
Subterráneos de Sixto Ramon Parro
Bajo el patio del número 9 de la calle Sixto Ramón Parro, encontramos este interesante subterráneo.

Web de referencia
CALLES DE TOLEDO, SIXTO RAMÓN PARRO
Pilonas por el mundo. Toledo
Toledo Subterráneo. David Utrilla
RECORRIDO PROCESIÓN DEL CORPUS DE TOLEDO
ABC Toledo La historia de la plaza de los Cuatro Tiempos, en imágenes
Salas de Vistas, Atalayas sobre los Tejados de Toledo
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