Introducción
Despertar: 7:20 AM. Lunes 28 de julio de 2003

Según el horario de autobuses el que a Manuel le interesaba tomar para regresar a Toledo salía de la estación a las nueve de la mañana, por lo cual el despertador sonó a las siete y media, para que nos diera tiempo de recoger, vestirnos y que llegara a la estación.
El despertador de mis padres sonó diez minutos antes que el mío


A la mañana siguiente, lunes y día laborable, los padres de Ana internamente parecían querer echarme a la calle cuanto antes para que a ésta no se le ocurriera el capricho de pedirme que me quedara otro día más, ni siquiera hasta después de comer.
Siempre el mismo día
¿Te imaginas vivir en un bucle infinito? Eres la madre de Ana y te despiertas siempre en el mismo día, lunes 28 de julio de 2003 y como si despertaras de una pesadilla, te encuentras con que Manuel, el chico de Toledo de quien Ana se ha pasado la noche en tu casa no se fuera nunca. Se supone que ya se marcha, pero como para ti siempre es el mismo día, cuando despiertas el sigue allí.


Que sí, que parece que el muchacho tiene intención de marcharse, que entiende que su estancia de esa noche ha sido un poco comprometida para todos, una ocurrencia de Ana por retenerlo un día más. Sin embargo, la noche parece que la noche se ha hecho demasiado larga y el muchacho no termina de irse.

¿Cuántas veces dirías que ya has vivido este día, este momento? Como eres madre y sobre todo, Victoria, la madre de Ana, no hay días suficientes en el calendario para resumir tu preocupación e inquietud de esta noche, que si no te has sentido atrapada en el tiempo el reloj ha avanzado tan despacio que te ha dado la sensación de que ni la eternidad dura tanto.
La próxima vez que tu querida hija te haga una petición como ésta, te ponga en la tesitura de tener que dar alojamiento a uno de sus novios, aunque éste formal y oficialmente sea el segundo y con el deseo por tu parte de que no el último, les va decir que no. Mejor que se busque por novio a otro chico que resida en la ciudad y que ni necesite un sitio donde pasar la noche, ni se busque excusas para que no sea Ana quien duerma en casa todas las noche y sin compañía.

Se va, pero no termina de irse
Manuel debería ser el primero en tener prisa por marcharse. sin embargo, ha sido el despertador de los padres de Ana el primero que ha sonado, el que ha dado comienzo a este nuevo día.
Es lunes, día laborable, aunque sea verano. Por lo cual el despertador ha sonado a la misma hora de todos los lunes por la mañana. este día si cabe con mayor motivo. Tienen un invitado en casa, a un extraño, al supuesto novio de Ana, pero si se van todos no será él quien se quede y menos aún acostado como si tal cosa. Ésta no es su casa.


La noche anterior, cuando los padres se fueron a dormir, se supone que Manuel se había acostado en la cama del hermano de Ana, en el dormitorio de éste, porque ya no vive en casa y por lo tanto estaba libre. Pero al despertar los padres Manuel no da señales de haberse despertado, aún duerme.
Cuando a madre despierta, ella ya está convencida, mentalizada de que Manuel se tiene que marchar, mejor pronto que tarde, mejor antes que después, mejor a primera hora de la mañana que a segunda, dado que una vez que este se haya marchado todo volverá a la normalidad.

Si Ana recupera el sentido común y se deja de amoríos tontos y de enamoramientos sin sentido, la marcha de Manuel tiene que suponer el final de su relación, que fue bonito mientras duró, pero que no lleva a ninguna parte, más que a ese reconcome que no deja dormir ni descansar a nadie, a un bucle infinito, que por muchas vueltas que se le dé siempre lleva a lo mismo, a que Ana está enamorada.
De manera que el hecho de que el despertador suene a las 7:20 de la mañana, con diez minutos de adelanto sobre el despertador de Ana, sin que sepamos siquiera, si Manuel tiene despertador o lo ha puesto, ha de significar algo.
En diez minutos le da tiempo a espabilarse al más perezoso, no vaya a ser que est de sentirse atrapado en bucle infinito no vaya a ser una experiencia tan agradable. dado que o te vas por las buenas o te vas de todas maneras.


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