06:20 AM. Bedroom
Suena el despertador
Esta mañana preferiría que no sonara porque casi sería mejor que me quedase en la cama, dado que lo único que tengo son pesadillas, que me pasaré toda el día y el fin de semana pendiente del reloj y de que llegue la clase de Spanish, a primera hora del lunes, para superar la tortura de recitar el abecedario en español para toda la clase. En inglés me lo sé de memoria tanto en un sentido como en otro, lo complicado es tener que recitarlo en español porque me será útil para cuando haya de deletrear alguna palabra, dado que el orden no cambia, salvo por el hecho de que incluye la letra ‘ñ’, aunque por lo que he tenido ocasión de leer hasta ahora y Ana me ha explicado, se trata una letra intermedia, que hay pocas palabras que empiecen por así, pero para los hispanohablantes es de gran importancia porque forma parte de su identidad y de su cultura, es especial para los españoles. Es más, como Ana me llegó a explicar, es importante saber pronunciarla de manera correcta, porque lo contrario generaría una cierta confusión, como ocurre con algunas palabras en inglés, dado algunas no tienen el mismo significado según se hable el inglés británico o el americano. Una chica bien educada debería cuidar la pronunciación o el vocabulario porque ciertas palabras resultan un tanto indecorosas o inapropiadas según el caso.
Ana: (Se asoma por la puerta) Arriba. Baño. Corre. Deprisa. Fspabila. Fuera. Gandula – Me dice con intención.
Jess: (Acostada en la cama) Me sé el abecedario. – Le respondo porque me ha parecido entender la sutileza de sus órdenes.
Ana: Pues será mejor que no se te olvide en las próximas horas y superes los nervios en el último momento.
Spanish Notebook a b c d e f g h i j k l m n ñ p q r r s t u v w x y z
Jess: (Leo en español) a b c d e f g h i j k l m n ñ p q r s t u v w x y z.
Ana: Me parece que Mr. Bacon espera que se lo recites de memoria, sin leer. – Me indica.
Jess: Te lo he leído para que veas que me lo he tomado en serio. – Argumento.
Tal y como Ana comprueba tengo la tarjeta con el abecedario apuntado, evidencia clara de que, al menos, he hecho el esfuerzo de aprenderme el abecedario en español y que no tengo demasiado inconveniente en leerlo, como hago cada vez que tengo un texto en español, lectura no comprensiva, pero pronunciación casi perfecta. Bueno, en realidad, en alguna que otra ocasión sí intento entender lo que leo, pero eso es algo que me guardo para mí. Si Ana fuera consciente de mi pequeño secreto, que supongo que lo es, tras la lectura me pediría que le explicase lo que he leído, porque no es lo mismo una receta de cocina o las instrucciones de manejo del televisor, que el párrafo de una novela o un poema. Es inevitable que sienta algo de curiosidad por saber de qué trata el texto que tengo entre las manos, sobre todo cuando no viene acompañado de su correspondiente traducción en inglés. Aun así, todavía me causa reparo que los demás me escuchen y, sobre todo, me siento incapaz de mantener una conversación, de componer una frase con un mínimo de sentido, coherencia y lógica, aunque Ana me insista en que el español tiene muchas similitudes con el italiano y en ese aspecto tengo mucho ganado.
‘I don’t speak Spanish’. Me da igual la firmeza que haya de mantener, pero de momento no entra en mis planes ni expectativas un cambio brusco de mentalidad. Acudiré a clase de Spanish y aprenderé la teoría porque no me queda otro remedio, si me quiero quedar, pero no que nadie me considere una chica bilingüe, tal y como se define Yuly, porque ella reparte su vida entre West Roxbury y Vigo, mientras que yo no me he movido de North Medford, salvo para ir a la playa, ahora que voy al Medford High y el viaje de este verano a ese destino desconocido que puede ser cualquier sitio del mundo, incluso Toledo, aunque prefiero no ser muy concreta al respecto porque haber estado allí y no haber estado con Daddy provoca que mi vida pierda todo su sentido, que llegue a la conclusión de que éste me ha rechazado, que no reconoce esta paternidad y por lo tanto me he convertido en una chica sin pasada y por lo tanto sin futuro. Al menos me queda la idea de pensar que Ana me anima para que no pierda la esperanza. Ella está convencida de que antes o después tendremos noticias de Daddy, que le localizaremos y estaremos en contacto por carta o por teléfono.
Notebook of Jessica Friday 9/15 Day: 1 1 Spanish 2 Physical Education/Health 3 World History I Lunch A 4 Science 5 Algebra 1 6 English
Para confirmar que hoy es día lectivo, hay clase y, sobre todo, clase de Spanish, no tengo más que echarle un vistazo a la agenda y confirmarlo. De hecho, preferiría que lo de recitar el abecedario fuera hoy a primera hora para no soportar esta inquietud durante otros tres días más, porque me lo sé e memoria, pero no estoy segura de que llegado el momento vaya a salir de mi boca por mucho que de ello dependa todo mi futuro, en el supuesto de que Mr. Bacon cumpla con su advertencia de no permitirme que vuelva a entrar en su clase mientras no cambie mi actitud, una vez que me ha asegurado que estoy suspensa y de nada servirán mis esfuerzo, incluso que es posible que ello vaya en perjuicio de los intereses de Yuly como se implique demasiado conmigo, dado que le bajará la nota final como se pase de lista en su intento por ayudarme. De todos modos, si apruebo, si Mr. Bacon ve un mínimo de interés por mi parte, la calificación final de Yuly será la más alta posible, aunque se pase el curso rascándose las narices, que es en realidad lo que ella pretendía conseguir con el trabajo que se supone hoy entregaremos, pero cuya calificación Mr. Bacon se reservará hasta el final. Supongo que exageró un poco en sus promesas y más de uno lo entendió de manera literal. La asignatura de Spanish no es para que nos lo tomemos como una hora de descanso de las demás asignaturas, tiene la misma relevancia que el resto y en mi caso una trascendencia que excede mi plan de estudios.
Ana: Espabila, vístete, arréglate y baja a desayunar antes de que se te haga tarde y hayas de salir a la carrera. – Me aconseja.
Jess: ¡Ya voy! – Le respondo.
Lo cierto es que mi primer impulso sería responderle que no, pero después me habría de atener a las consecuencias, porque Ana ya me demostró a finales de junio que le importan poco mis rabietas o lo cabezota que me ponga. Ella lo es más que yo y se siente cargada de razones, de manera que: si no me quiero cambiar de ropa, me tendré que ir a clase en pijama; si no me quiero asear, no habrá reparo en que acuda con cara de recién levantada; si no quiero desayunar, es dinero que se ahorra el St. Clare’s y hasta se puede entender desde un sentido religioso, como un día de ayuno, dado que con hambre o sin hambre he de ir clase. Si lo que no quiero es ir al Medford High, aún estamos a tiempo de llamar al Matignon High y ocupar la plaza que me tienen reservada. Pero, sobre todo, mi negativa se interpretará en el sentido de que ya no pueden confiar en mí porque no cumplo con mis compromisos y, por lo tanto, ella tampoco se sentirá obligada con las promesas que tiene conmigo. Esto es, me tendría que olvidar de Daddy, porque éste me perderá la pista o al menos no me facilitaran el que me reúna con él. Nadie me impide que me obliga a que vaya a clase, pero tampoco puedo exigir nada por el hecho de no ir, de manera que he de ser yo quien determine lo que más me conviene. Por lógica, ir a clase con normalidad.
Como hoy es día de deporte, no me puedo vestir con una demasiada formalidad, lo que a la larga se agradece, aunque tengo la sensación de que cuando me preocupo por mi vestimenta, también cuido un poco más mi aspecto, aunque no por ello pretenda ser demasiado coqueta ni presumida, como van algunas de mis compañeras. Lo cierto es que me gustaría que fuera un poco menos evidente que soy una chica con unas condiciones de vida mejorables, pero en el St. Clare’s no hay presupuesto para caprichos tontos ni de adolescentes. Tal vez en la residencia del Matignon High lo haya, pero yo tengo claras mis prioridades en ese sentido y la verdad es que no renunciaré a mi encuentro con Daddy a cambio de ropa de más calidad. Lo cierto es que, como alternativa, siempre cabría la posibilidad de que aceptara tener una familia de acogida, dado que las demás se aprovechan de la generosidad de éstas. Sin embargo, ya no tengo edad para ello. Soy mayor y mi continuidad aquí se considera una excepcionalidad, lo que implica que tengo algunas restricciones en ese aspecto. Como último recurso, aunque resulte un tanto descarado por mi parte, quizá le pueda sacar alguna ventaja a mi amistad con Yuly, a pesar de que no necesito de la caridad de nadie ni me agradaría que ella se lo plantease así.
Un polo negro de tirantes bajo una camiseta blanca de manga larga de color gris; unos jeans azules y mis zapatillas de deporte grises. Un vestuario cómodo e informal, apropiado para ir a clase, sobre todo poco llamativo para los chicos, porque me da la sensación de que algunas de mis compañeras enseñan demasiado y ese nunca ha sido mi estilo, aunque tampoco he pretendido aparentar algo distinto a lo que soy, lo único es que no me gustan las faldas ni los vestidos, por lo que en ocasiones hay quien me recrimina que visto como si fuera un chico, sobre todo por mi costumbre de conseguir ropa por medio del trapicheo con éstos. Tan solo intentaba tener mi propio estilo, demostrar un poco de rebeldía por el hecho de estar aquí y no tener noticias de Daddy. En realidad, me molesta que me confundan con un chico, a pesar de que es postura se haya acentuado más en los últimos años porque antes casi me era indiferente dado que era una manera de no sentirme tan identificada con el St. Clare’s Home.
Period 1 07:52 AM-08:49 AM Spanish