Introducción

Yo, como Daddy, podría tomar la novela y empezar a reflexionar sobre ésta pasaje por pasaje, pero mis inicios tampoco tienen demasiado interés. Ahí están por si alguien tiene interés en conocerlos. Hablo de mis primeros años en el internado.
Si queréis que os cuente un secreto, año tras año he escrito un diario, el día de mi cumpleaños. Sin embargo, a la web Daddy tan solo he subido los más significativos, esos en los que Daddy pretende que me sonroje. Es más, si le convencéis, amenaza con publicarlo todo.
Lo publicado de estos primeros años:
- Infancia 1981-1992
- Monday April 21, 1981– Nacimiento
- Friday, April, 21, 1990 – pubertad
- Sunday, April 21, 1991 – Me hago mayor
- Wednesday, April 21, 1993 Una visita extraña
- Monday, June 20, 1994 Cambio de dormitorio
Si acaso, debería publicar mis anotaciones de 1988 cuando Ana llegó el internado y se empezó a preocupar por mí. Se acabó eso de hacer lo que a mí me diera la gana porque nadie me controlaba. La rebeldía de una niña contra la paciencia de una chica joven queriendo ganarse el puesto.
September 1988
(….)
El contraste a esa mala noticia llegó con el cambio de las tutoras. Se marchó la que había sido mi tutora hasta aquel momento y por la que no sentía demasiada simpatía Mrs. Doris Alexis Johnson y llegó Ann Josephine Catcher, para sustituirla. Una chica joven y dispuesta a no ser tan condescendiente conmigo ni con el trato que se me había dado hasta entonces. Recién licenciada por la Universidad y que, además, en alguna ocasión ya había trabajado como voluntaria en el St. Clare’s, aunque no de una manera directa conmigo. Le pidió que todo el mundo la llamara y conociera como “Ana”, sin formalismos. Eso de ser “Mrs. Catcher” le sonaba muy raro, mientras que lo de “Ana” le resultaba mucho más familiar y cercano. De ahí que casi prefiera que su apellido no se pronunciara y lo supieran tan solo las chicas mayores. Pretendía que, sin dejar de ser una de las tutoras del St. Clare’s, la considerásemos como una amiga, que, de algún modo, hubiera una ruptura en esa jerarquía. Tampoco es que pretendiera rebajarse a nuestra altura, más bien, que perdiéramos el miedo a hablar con ella sobre cualquier cosa, aunque todo dentro de un orden y a su debido tiempo.
Septiembre 1988. Diary of Jessica
Ana llegó presumiendo de tener con un alto nivel de español para cuidar de las niñas del internado, aunque sin dar demasiados detalles en cuanto a su vida privada, justo al contrario que yo, ya que pretendía que no tuviera secretos con ella, ganarse mi confianza, por las buena o por las malas.
Sí, había que llamarla «Ana» y su nombre se pronuncia en español. Ya te puedes imaginar la intención.
A diferencia de Mrs. Johnson, Ana no venía de lejos ni se incorporaba con intención de que su criterio se impusiera al de nadie, respetaría la autoridad de Monica, como directora del St. Clare’s y, en lo que ésta le permitiera, aplicaría sus propias técnicas educativas para que su presencia resultara de ayuda para todo el mundo. No se conformaría con que se garantizase nuestro bienestar, si ello no incluía alguna medida correctiva frente a los problemas individuales de cada una de nosotras. Venía con un planteamiento distinto, pero sin que ello supusiera una oposición al criterio ni a la autoridad de Monica. Tan solo traía una nueva mentalidad que facilitara la vida y la convivencia.
Septiembre 1988. Diary of Jessica

Os vais a cansar de oírmelo decir, pero hay dos cosas que caracterizan a Ana:
- Todos los problemas se resuelven con una llamada de teléfono, tanto para bien como para escarmiento de la afectada. ¡Mejor que no colmemos su paciencia porque Ana es de las que amenaza en serio, tiene un teléfono y sabe utilizarlo!
¿Tendrá el número de Daddy?
- Es que es la fan número 1 de MacGyver, resolviendo los problemas con ingenio, aunque nunca se quiere atribuir el mérito
Study Spanish Language
El caso es que las niñas, nacemos, crecemos y …. ¿nos empiezan a gustar los chicos?… No, llegamos a una edad en que tenemos que acudir a clase y aprender español, Spanish Language, porque así lo establece el plan de estudio del colegio.
¿A vosotros/ a ti, qué tal se te da? A mí de pena, de verdad. Yo, por aquel entonces no quería, no era algo que me motivase, pero lo malo era que Ana no iba ser demasiado condescendiente en cuanto a mis apetencias. ¡Pero es que a mí, a cabezota, no hay quien me gane!
¿Por qué? Why must I study Spanish language?
Mi objetivo, mi esperanza, es el encuentro con Daddy. Sin embargo, son tantas las ilusiones, las frustraciones, en caso de que mis anhelos no se vean cumplidos, que cualquier esfuerzo que se haga en ese sentido tal vez, al final, no sea más que una pérdida de tiempo. Ya sé hablar inglés y en el barrio casi todo el mundo habla en inglés. Hasta por la radio hablan en inglés. Es más, si me tienen que regañar por algo lo hacen en inglés porque hacerlo en español es como hablarle a la pared porque no les entiendo.
¿Para qué esforzarse por algo que quizá no tenga ningún sentido?
- La pregunta que hay que hacerse para tomar una decisión es ¿Quién es Daddy? ¿Le conozco? ¿Sé algo de él? ¿Acaso Daddy sabe algo de mí? La información es un tanto incoherente y sin sentido. Negar un dato es desmentirlo todo y, por lo tanto, no ser hija de nadie o que esa investigación no lleve a ninguna parte. Entonces ¿para qué aprender sobre su idioma; su cultura; conocer el lugar dónde se supone que vive? Según Ana, Daddy existe, es alguien real, de carne y hueso, que, si dejaron esos datos sobre él, es porque se trata de una persona a la que debo conocer: un nombre y un lugar donde localizarle.
- Ante la negativa de estudiar Spanish, no me puedo quedar en el internado, el Saint Clare no sería lugar para mí, la única condición para que me quede es mi promesa de aprender el idioma. Si no estudio, sé que me esperan en Matignon High. Un instituto de Secundaria con internado que no está en Medford, que me aleja de la posibilidad de que Daddy me encuentre. A Matignon High van quienes no tienen padre, pero yo estoy esperando a que Daddy venga a por mí. Es en el St. Clare’s, en Medford, donde me ha de encontrar.
- Que Ana esté orgullosa de mí y de mis esfuerzos por salir de mi mundo, por mi interés por descubrir que hay más allá de lo que alcanza mi vista y mi imaginación. Podré averiguar cómo es Daddy y el lugar donde vive. No me dejaré arrastrar por la creencia de que ese lugar es tan maravilloso y utópico, donde no falta de nada, porque tiene playa, aeropuerto, grandes avenidas y todo lo que tenga cabida en mi mente, con mayor o menos coherencia. Ese lugar en mi cabeza es el más maravilloso del mundo.
- Conocer el lugar dónde vive Daddy, tener que ubicarlo en el mapa, porque hasta ahora no acierto ni aunque me lo pongan delante y sea la única indicación que haya en el mapa. Medford es un pueblo que se encuentra al noroeste de Boston, cerca de la costa. Boston es una gran ciudad, con grandes edificios, tiene varias playas, aeropuerto, grandes avenidas, varias líneas de metro y autobús por las que se puede ir a cualquier sitio menos a casa de Daddy, porque éste vive al otro lado del océano.
- Implica que habré de estudiar en un high school público, donde estaré y me sentiré sola porque ya no estudiaré con nadie más del internado. Ya no tendré a nadie que me controle cuándo voy o vengo, aunque más me vale que vaya porque. de lo contrario, ante el primer aviso que se reciba en el internado en ese sentido, la primera que sale por la puerta es mi maleta con destino a un internado para adolescentes. Yo que he sido siempre la rebelde, la que ha hecho lo que le ha venido en gana, ahora me he de comportar como una chica responsable.
- Me habré de enfrentar al profesor de Spanish, porque durante mi estancia en el St Francis, las horas de esa asignatura me las pasaba en la biblioteca o dedicada a cualquier otra asignatura, pero a partir de ahora ya no podré alegar que no me interesa, que estoy en clase como si no estuviera. Tengo que aprobar la asignatura y para eso hay que estudiar y el profesor se mostrará tan exigente conmigo como con el resto de mis compañeros.
- Tendré que tratar y relacionarme con nuevos compañeros que, además, hablarán en español y pretenderán que mantengamos una conversación, que hagamos amistad. Serán chicos y chicas, procedentes de los distintos barrios y yo seré la rara, la chica del internado, más cuando de mi edad seré la única y ello resultará mucho más chocante.
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