Voy a seguir dándomelas de bueno y responder más preguntas del examen sorpresa aunque todavía no haya recibido ninguna respuesta por vuestra parte, pero quiero pensar que habrá quien se lo haya tomado tan en serio como yo pretendía plantearlo y, cómo es lógico, hay cuestiones más importantes en la vida que dedicarle demasiado tiempo a recorrer esta web. De todos modos, resulta curioso descubrir cómo investigado un poquito aquí y allá, uno se llega a sorprender con todo lo que descubre en general. Por lo cual animo a tener la mente abierta, a dejarse sorprender, pero siempre teniendo un rumbo claro, no vaya a ser que nos dejemos encontremos con lo que no estamos buscando y nos perdamos.
Ya he respondido a una de las pregunta. Os dejo en el enlace por si tenéis curiosidad. La novela «Esperando a mi Daddy» tiene más de un detalle como éste, de modo que hay una mezcla de realidad y ficción un tanto extraña y que he sabido aprovechar para construir una historia que al menos por esa parte no tiene casi nada de autobiográfico. Es la vida de Jessica, de sus amigos…..

Respondo el resto del examen
1) Deducir el nombre de la ciudad de Ana según el siguiente enunciado:
Lo cierto es que el nombre de la ciudad de Ana no se menciona en ningún momento momento de la novela, por lo cual, la pregunta tiene un poco de trampa en ese sentido. Podría daros alguna pista más, pero en ese sentido lo cierto es que la ciudad como tal está construida más en mi imaginación que en la realidad. Para mí si hay una ciudad de referencia pero tan solo es un nombre, una distancia, cualquiera que pretendiera guiarse por la novela se perdería en sus primeros pasos.
Como personaje, aunque una gran parte de la novela se desarrolla en esa ciudad casi inventada, lo que importa en el fondo es que se trata del mundo de Ana, donde Manuel no deja de tener esa sensación de encontrarse un poco desorientado. En ese jugar al escondite el uno con el otro Ana va con ventaja, aunque se supone que cuando se desarrolla la segunda parte de la novela. Manuel ya lleva allí viviendo algunos años, trabaja y ejerce de padre responsable. Se entiende que ya conoce la ciudad como la palma de su mano. Sin embargo, la ciudad no deja de ser ese sitio donde Ana se siente a salvo, segura, que va en busca de Manuel cuando le parece bien y se esconde de éste cuando teme ser descubierta.
2) Calcula la distancia que recorren Manuel y Ana durante el camino de Emaús, en la Pascua de 2003
La distancia recorrida como tal no se menciona, es un dato que se omite de manera premeditada para provocar esa incertidumbre ¿Cuánto se tarde en volver al pueblo? Si se dice que a la ida tardaron casi una hora, por lo que se entiende que siendo por la mañana y con ganas de alejarse del pueblo durante unas cuantas horas, distraídos con la amena conversación de unos y otros, nos podemos hacer una idea de que se trata de varios kilómetros, tres o cuatro a lo sumo.
Para el camino de regreso, la velocidad de sus pasos está condicionada por la necesidad de mantener las distancias con la pareja que les precede y la que les sigue. Ha de dar tiempo a que los componentes de la pareja hablen, compartan impresiones sobre sus vivencias de aquellos días o del tiempo, lo que surja en ese momento. En el caso de Ana y Manuel, lo que predomina durante el paseo es el silencio, son las miradas de reojo, la impotencia por todo lo que a uno y a otro les gustaría decirse, pero por vergüenza, por temor a decir algo inoportuno, se reprimen. Ana se siente un tanto dolida porque a Manuel le ha faltado valentía para escogerla como compañera y Manuel se siente, hasta cierto punto, «el tonto más tonto del mundo», porque se ha dado cuenta, tarde, de que Ana hubiera estado dispuesta a darse ese paseo con él, que si están juntos en esos momentos se debe a la mediación de los demás, más que a sus méritos.

3. Nombre del hermana de Ana
Una pregunta en apariencia sencilla, pero a la vez puesta con toda intención. La hermana de Ana se llama «Marta», quien en la primera parte de la novela se muestra muestra como alguien desaparecido. De hecho, en la versión de Ana se la menciona en alguna ocasión como alguien que lleva de cabeza a toda la familia por la vida alocada que lleva. hasta el punto de que evita hablar de ésta con Manuel, aunque en lo publicado hasta ahora se entiende que más pronto que tarde habrá de hacerlo, hay un bebé en camino y planes para que Manuel se vaya a trabajar a la gestoria, se implique en los asuntos de la familia hasta donde se le permita.
La cuestión es que cuando Marta llegue a la ciudad, empiece a ser un personaje activo en la novela, la gran duda la gran pregunta está en explicarse por qué Manuel no se percata de esa familiaridad, cómo es posible que se crea el engaño y tome a Marta por una cliente de la gestoria, por una vecina del barrio. ¿Acaso las hermanas no se parecen? Se entiende que Marta de manera consciente le oculte ciertas cuestiones, detalles de su vida personal, pero es ilógico pensar que hasta el punto de comportarse con esa frialdad con todo el mundo, aunque tenga motivos personales para ello, por eso de reprimir ese instinto maternal, pero no puede evitar el hecho de ser cuñada y tía, de jugar a ese doble juego con Manuel para que éste se confíe y no le haga preguntas para las que Marta no quiere tener respuesta.
4) ¿En qué mano se supone que la madre de Ana lleva la zapatilla cuando ésta le hace la correspondiente advertencia a Manuel para que no se acerque a su dormitorio?


Este detalle en concreto no se aclara en ningún momento, porque, más bien, se trata de una sutileza de Ana, si cabe, de una demostración de cariño, de picardía, de complicidad, un «te quiero» desde a moderación y la contención; un «buenas noches» un tanto especial. Lo de menos es la mano con que se supone que la madre de Ana, Victoria, sujeta esa zapatilla amenazante contra aquel que ose pasarse de listo, de la raya, de la buena educación. Lo que pone de manifiesto es que Victoria es una mujer de carácter, que asusta con tan solo pensar en ella.
Esa zapatilla, en cierto modo, simboliza su futuro como pareja, su relación y por lo que ya os he contado de esta buena mujer, lo de lanzar lejos relaciones de su hija que no cuenten con su beneplácito, es una disciplina olímpica para la que no tiene rival, de manera que a Manuel más le vale no darle motivo para que practique con él.
Durante la segunda parte de la novela la verdad es que la relación suegra/yerno no va a pasar por su mejor momento, pero a decir verdad, Victoria va a intentar más ejercer de madre y abuela sobreprotectora, obligada a jugar a dos bandas para que sus nietas no tengan mucha consciencia de la existencia de la una la de la otra, pero, como ya comprenderéis, por muy seria que se ponga, esos dos angelitos la van a poner en evidencia delante de sus mismas narices.
5) En la cena de la noche del sábado ¿Qué postre tomaron los demás?
Sábado 19 de abril de 2003 Cena

Quienes han leído esa secuencia de la novela, sabrán que aproveche el asunto de la cena, de la repentina marcha de Ana, después de una cena un tanto tensa, pero a la vez divertida, para que ésta se reafirme una y otra vez en esa declaración de amor que se le escapó de manera involuntaria tras el paseo, pero sobre la que ya no se quiere desdecir, aunque resulte poco romántico, porque la actitud de Manuel en aquellos días se asemeja más a la de un acosador, que cuando tiene que dar la cara, se esconde como un perro con el rabo entre las piernas y la cabeza gacha.
Ana y Manuel, para esa cena, compartieron una naranja, por eso de «tú eres mi media naranja» como se puede entender en el sentido más romántico y literal de a expresión. Somos el uno para el otro, nos complementamos, te he dejado mi corazón porque tú me has hecho dueño del tuyo, hay una conexión especial entre los dos, etc….
No hay medias naranjas para los otros dieciséis jóvenes que acuden a la convivencia de la pascua y el sacerdote, en todo caso, para las parejas que ya hay formadas puede compartieran sus propias naranjas. Sin embargo, el mensaje y la intención de Ana al dejarle ese regalo a Manuel es con una clara intención, una manera simbólica y explícita de reiterarle eso de «¡Te quiero, Tonto! Luego hablamos»

Para los demás hay natillas, que en principio entiendo que no tienen nada de romántico, salvo por la posibilidad de compartir, de que cada miembro de la pareja coma con su propia cuchara del mismo recipiente. De hecho, al día siguiente y en sucesivas ocasiones, Ana ya hará gala de su gusto por compartir, por echar mano a lo que Manuel tenga en el plato. en esa ocasión, pretende ser mucho más discreta. Dar a entender que, si hubiera sido Manuel quien planificase todo, ese tonteo iba acabar como noticia de portada en los todos periódicos de tirada nacional del dia siguiente.
Resultado del examen
Resuelta esta primera parte del examen sorpresa ¿Ha sido difícil? ¿Coincide en algo con tus respuesta?
¿Qué otras preguntas te gustaría que hubiera plantado? ¿Qué otras dudas te planteas cuando te enfrentas a esta novela? ¿Seré yo capaz de dar respuesta a ello?
El próximo día responderé a la segunda parte del examen.
Debe estar conectado para enviar un comentario.