Lista de lo visitado hasta ahora: (ver lista en página aparte)
Instrucción
En la entrada anterior, ayer, estuvimos en la plaza de Barrio Nuevo y la gente suele acercarse por aquí con intención de visitar la zona del Tránsito, (la sinagoga, la casa/ Museo del Greco, El mirador), pero hubo un tiempo en que los toledanos veníamos hasta aquí para nacer, aparte que por circunstancias de la vida hemos llegado a visitar algún otro de los hospitales que en su momento hubo dentro de la zona amurallada.
De modo que esta vez, como ayer, nos dedicaremos a callejear por los alrededores de la calle San Juan de Dios, para confirmar eso de que en Toledo todo está más cerca de lo que parece, y que por no variar nuestros hábitos a la hora de ir de aquí para allá nos perdemos la belleza y los encantos de esta ciudad
No hace falta dar mil vueltas para ir a un punto determinado. Éste se encuentra a la vuelta de la esquina. Si no te lo crees, basta con que vengas a Toledo y lo compruebes por ti mismo. Tal vez la plaza de Zocodover se encuentra junto la puerta del Cambrón o el río Tajo pase casi por delante de la catedral y por eso la procesión del Corpus Christi tal vez sería un poco más breve larga, si atajase por el puente de Alcántara o el de San Martín.
El tesoro de Samuel.- La Sinagoga del Tránsito
El paseo del Tránsito. – Paseo del Tránsito, terraza de San Gil
Una típica casa toledana. – La casa del Greco
Los antiguos Hospitales de Toledo
(Enlace con el PDF completo «Los antiguos Hospitales de Toledo«)
A lo largo del siguiente artículo, vamos a dar un paseo por los principales hospitales que existieron en la ciudad de Toledo y de los que ahora, en muchos casos, nos queda un pequeño recuerdo.
Alfonso López-Fando Rodríguez, en su discurso de ingreso en la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo, hizo una referencia a ellos, a la vez que enumeró la existencia de unos dieciocho hospitales dentro de la ciudad.
La lista de los hospitales que existieron en la ciudad es larga. Entre ellos encontramos:
- Hospital de la Misericordia,
- Hospital de la Visitación,
- Hospital de Santa Cruz,
- Hospital de Santiago de los Caballeros,
- Hospital de la Caridad,
- Hospital del Rey,
- Hospital de San Ildefonso,
- Hospital del Refugio,
- Hospital de Bálsamo,
- Hospital de San Juan Bautista,
- Hospital de San Juan de Dios,
- Hospital de San Miguel,
- Hospital de San Pedro,
- Hospital de la Concepción,
- Hospital de Santa Ana,
- Hospital de San Nicolás,
- Hospital de San Lázaro
- Hospital de San Antón.
Quizá nos llame la atención la cantidad de Hospitales que existieron en la ciudad de Toledo y que, actualmente, algunos de ellos han dejado poca huella en la Ciudad Imperial.
En el caso del Hospital de San Ildefonso estaba dedicado a albergar a mujeres para que pasaran la noche ahí. El problema con el que nos encontramos es que este hospital sólo contaba con cuatro camas. Según lo que nos cuenta Alfonso López-Fando, se situaba muy próximo a la Iglesia de Santa Leocadia donde aún se puede observar un azulejo, en la entrada de la capilla, con su nombre.
También se piensa, a día de hoy, que el Hospital de la Concepción y el Hospital de San Nicolás fueron uno mismo. Esto se debe a que la cofradía de la Concepción estaba en la Parroquia de San Nicolás, según unas Ordenanzas de 1557 del Cardenal Silíceo. Nos volvemos a encontrar el caso de que la función de este hospital era dar abrigo por la noche al peregrino.
Del que sí conservamos restos es del Hospital de Santa Ana. Este hospital estuvo situado por la zona del Cobertizo de Doncellas, muy cerca del Monasterio de San Juan de los Reyes y de la zona donde se encontraba el Adarbe de Abengalú en época judía. De éste hospital conservamos aún lo que fue su capilla.
Poco sabemos el Hospital de San Sebastián. Parece que funcionó como un asilo al igual que el Hospital de la Caridad.
Del que sí tenemos más datos, y sigue presente en la ciudad (pero no como hospital) es del Hospital de Santa Cruz. Un hospital que fue fundado por el Cardenal Mendoza, a quién también debemos la hermosa sillería baja del coro de la Catedral de Toledo, que encargó a Rodrigo Alemán. El Cardenal Mendoza llevó a cabo una gran labor cultural. Realizó reformas de Palacios Arzobispales como fue el caso del palacio de Alcalá de Henares, obras en diversas catedrales como en el caso de la de Sevilla. Incluso su mecenazgo llegó hasta las propias ciudades de Roma y Jerusalén, donde, en el caso de Roma, reedificó completamente la Iglesia de la Santa Cruz y en Jerusalén, aparte de consolidar la Iglesia del Santo Sepulcro tuvo tiempo para la construcción de un nuevo templo en honor a la Santa cruz.
Pues bien, sin desviarnos del tema del Hospital de Santa Cruz, su fundación estaba dedicada a los niños expósitos donde parece ser que muchos de ellos estuvieron internos.
Doña Guiomar de Meneses (esposa de D. Gaitán de Ayala) fundó el Hospital de la Misericordia. Según lo que nos cuenta Alfonso López-Fando, este hospital ocupó la zona del lado del evangelio y parte de la sacristía de la Iglesia de San Ildefonso. Esas zonas antes eran unos solares donde existían varias casas.
En el caso del Hospital del Rey, su fundación es mucho más antigua. Parece ser que su institución fue llevada a cabo por caballeros importantes de la ciudad, eclesiásticos, seglares. Según unos datos de Dr. Salazar, el hospital se situó en diversos emplazamientos. Uno de ellos es en unas casas en torno al Palacio del Ayuntamiento. Estaría ubicado en la cuesta que sube desde el ayuntamiento por el palacio arzobispal. Es decir, abarcaría toda la zona de lo que es hoy la Plaza del Consistorio y la calle Cuesta de la Ciudad. Aquí estuvo el hospital hasta 1598.
El Hospital de Santiago apareció cuando estaba naciendo la Orden de Santiago. Su fundación se debe a Alfonso VIII. Se crea para atender a los heridos de las huestes. Estuvo situado muy próximo al Alcázar toledano.
En lo que se conoce como la plaza de los Postes, estuvo otro de los hospitales: el Hospital de la Visitación. Anterior a este emplazamiento, según García Rodríguez, estuvo situado en las casas de Fernando Trujillo, entre la calle Azacanes y el adarve de Atocha. Tiene el título de ser el segundo manicomio fundado en España y el cuarto de Europa.
Muy curioso es el emplazamiento del Hospital del Refugio. Este hospital se ubicaba en la calle del Refugio. Quizá a muchos toledanos no nos suene el nombre de la calle, puesto que ya no se llama así. Quizá, el nombre que a muchos toledanos nos suena más es el de la Calle de Alfileritos. Pues bien, en esta calle fue donde se ubicó el antiguo Hospital del Refugio. Estaba destinado a albergar enfermos que no podían ser albergados en otros hospitales de la ciudad mientras esperaban a ser trasladados a Madrid.
De un hospital que sí conocemos su ubicación exacta y del que nos quedan restos es del Hospital que fundó Diego Bálsamo y que le dio nombre. El hospital de Bálsamo ocupa hoy lo que es la oficina de Correos de la calle de la Plata. Podemos observar cómo la fachada de conserva aún. Fue fundado en 1632 y estuvo destinado a las personas convalecientes. Deja de ser hospital en 1774.
De un Hospital del que tenemos poca información es el Hospital de San Juan de Dios. Alfonso López-Fando nos dice que tan solo conocemos su ubicación. Sólo sabemos que este hospital ocupó lo que es hoy la Casa de la Maternidad.
Del hospital que sí tenemos información es del Hospital de San Juan Bautista, fundado por el Cardenal Tavera. El papa Paulo III emitió la Bula de su fundación en 1544. Este Hospital se levantó frente a la Vega de Toledo. Parece ser que el hospital tuvo dos funcionalidades: «para los tocados de diferentes enfermedades» y para fuera el panteón de su fundador, Juan Pardo Tavera.
Por tanto, como podemos observar, la ciudad de Toledo no estuvo desprovista de instituciones hospitalarias. Además, podemos observar una característica común en todos ellos: todas las fundaciones tienen como punto común un espíritu religioso. De la decadencia de estos hospitales tenemos muy pocos datos.
Calle San Juan de Dios (antigua calle del Horno)


Calle de San Juan de Dios, llamada con anterioridad calle del Horno, es una de las vías principales del barrio judío de Hamanzeite, próxima a la sinagoga del Tránsito, una de las dos que quedan en pie en la ciudad, barrio de viviendas más importantes que las de barrios próximos como Montichel o Assuica, como se puede apreciar paseando por ella y observar algunas de sus portadas. En un grupo de casas de esta calle fundó Santa Teresa el convento de Carmelitas Descalzas de San José que permaneció allí por un cortísimo periodo de tiempo.
La casa del número 18 está relacionada, de nuevo, con la existencia de unos baños,
Baño de la calle de San Juan de Dios, 18.

Encontrado debajo de una vieja casa, al lado de un aljibe:


la del número 8, con su elegante dintel, es ejemplo para ilustrar la nobleza de un barrio donde vivieron judíos de buena posición.

Durante la Edad Media, los hornos de las ciudades tenían un carácter público y sólo se podían construir o utilizar bajo licencia real. Era corriente que en cada judería hubiera al menos un horno en el que se cocía el pan de consumo cotidiano.
Desde un punto de vista arquitectónico, el horno judío debía ser similar a los que se levantaban en otros lugares de la ciudad: La elaboración de pan no estaba sometida a ningún tipo de ritual específico y, por lo tanto, el horno no tenía por qué presentar ningún elemento diferente en su construcción. Ello también implica que un judío podía comprar pan a un cristiano o utilizar un horno cristiano para cocer pan sin transgredir ninguna regla.
Durante el Pésaj se cocía pan ácimo (matzá), sin levadura, en cuya masa se ponía un sello. Al ser un tipo de pan especial, en las juderías que no tenían horno se podían construir unos provisionales para cocerlo.



Calle Samuel Leví

Calle dedicada al famoso rabino Samuel ha-Leví Abulafia, tesorero real con Pedro I desde 1351 hasta 1360 (fecha de su muerte tras torturas) y mecenas de la Sinagoga del Tránsito (hoy Museo Sefardí), lugar en el que desemboca esta estrecha calle, pasando por el antiguo acceso al Museo del Greco, ubicación de las casas de este poderoso sefardí y donde estuvo custodiado el tesoro real. Es probable que una antigua puerta cerrara esta calle, quedando como recuerdo un pequeño acceso a la misma desde la calle San Juan de Dios. Por la noche su pequeña “plaza” (que no es tal) que daba acceso al Museo del Greco es un rincón precioso para pasear en total tranquilidad y empezar una visita guiada a la judería.
En el blog El tesoro nunca encontrado.
Travesía de la Judería.
Pequeña vía que une la calle de San Juan de Dios con la plaza de Barrio Nuevo y la calle de Santa María la Blanca. En el número 4 se encuentra la conocida como casa del Judío. La leyenda dice que esta casa perteneció al judío Ishaq, quien prestó dinero a la reina Isabel la Católica a cambio de sus joyas para financiar el viaje de Colón a América.

En el blog: la caja del Judío Una casa particular
Hospital San Juan de Dios
Se trata de la antigua maternidad provincial. Ocupa una manzana entera en el corazón de la judería toledana y su origen, como fundación hospitalaria, se remonta al siglo XVI. De lo que fue el edificio, en su concepción primitiva, parece que nada subsistió a la hora de su reconstrucción total, emprendida por el Cardenal Lorenzana en 1790.

El exterior es de suma sencillez, y sólo una portada de acceso a la capilla rompe la monotonía sobria del edificio. Del interior hay que destacar el sólido patio de dos plantas, con pilares sobre los que cabalgan arcos de medio punto, y una interesante escalera de doble arranque.

Este patio se encuentra situado en la calle San Juan de Dios, 24 «Hogar de Ancianos»
Situado el inmueble en el centro del barrio de la Judería Mayor de Toledo. Leonor de Mendoza, condesa de La Coruña, en 1569 donaba una iglesia y un edificio anejo a la orden de San Juan de Dios, para convertirlo en un hospital, por lo que esta calle empezó a tomar el nombre de la orden y como calle de San Juan de Dios se la sigue llamando.

En 1790, el cardenal Lorenzana mandó reconstruir nuevamente el hospital desde sus cimientos. Al alojarse en Toledo los ejércitos franceses en 1808 se convirtió en hospital de sangre; desamortizado en 1820, siguió siendo hospital militar administrándolo la Junta de Beneficencia desde 1837.


Descargar PDF «El desconocido retablo barroco de la antigua Maternidad Provincial de Toledo«, por Antonio J. Díaz Fernández
Por fin fue cedido a la Diputación Provincial, quien, en 1923, instaló en él la Casa-Cuna, trasladada años después a otro edificio próximo, reservando éste para Maternidad Provincial. (Fuente: Historia de las Calles de Toledo)
Posteriormente, en 1984, a sugerencias del arquitecto toledano don Juan José Gómez-Luengo Bravo, basándose en las concesiones que hacía el Estado para edificios destinados a atenciones sociales, y dado que el edificio de la Maternidad Provincial estaba infrautilizado por el descenso de la natalidad, se decide cambiar la actividad del mismo por una Residencia de Ancianos.

Atravesamos su puerta de doble hoja de madera. A juzgar por la planta del edificio hay que distinguir el núcleo original del siglo XVIII, que responde a una organización muy regular (en torno a dos patios, uno principal y otro secundario), de las edificaciones accesorias que más tarde se le agregaron por su costado norte. El exterior es de suma sencillez, y sólo una portada de acceso a la capilla rompe la monotonía sobria del edificio.
Del interior hay que destacar el sólido patio de dos plantas, con pilares sobre los que cabalgan arcos de medio punto, y una interesante escalera de doble arranque. En 1923 se revistieron los antepechos con azulejería, cuyos paños se centran en figuras de ángeles niños.

Se desconoce cuando dejó de funcionar como Hogar de Ancianos, sí aseguramos que hoy en pleno siglo XXI las instalaciones están cerradas, sin ninguna actividad, con ello, propicias al deterioro interior. Esperemos de nuevo que algún buen filántropo sugiera, como ya lo hizo en 1984 don Juan José Gómez-Luengo que el inmueble vuelva a tener ese carácter social y pueda albergar a nuestros queridos ancianos, que por suerte los sigue habiendo.
Antes de llegar, surge la estrecha calle de Samuel Leví, cercana a los jardines de la Casa Museo del Greco, lugar donde se inspiró el poeta Gustavo Adolfo Bécquer, escribiendo la leyenda:
La Rosa de Pasión “Daniel, ciego de furor, se arrojó sobre la hermosa hebrea y derribándola en tierra y asiéndola por los cabellos, la arrastró, como poseído de un espíritu infernal, hasta el pie de la cruz, que parecía abrir sus descarnados brazos para recibirla, exclamando al dirigirse a los que los rodeaban: -Ahí os la entrego; haced vosotros justicia de esa infame, que ha vendido su honra, su religión y a sus hermanos. Al día siguiente, cuando las campanas de la catedral asordaban los aires tocando a gloria, y los honrados vecinos de Toledo se entretenían en tirar ballestazos a los Judas de paja, ni más ni menos que como todavía lo hacen en algunas de nuestras poblaciones, Daniel abrió la puerta de su tenducho, como tenía por costumbre, y con su eterna sonrisa en los labios comenzó a saludar a los que pasaban, sin dejar por eso de golpear en el yunque con su martillito de hierro; pero las celosías del morisco ajimez de Sara no volvieron a abrirse, ni nadie vio más a la hermosa hebrea recostada en su alféizar de azulejos de colores”.
Breve historia de los Hospitales en Toledo • Rutas de Toledo
San Juan de Dios, 24 Calle «Hogar de Ancianos» (patiosdetoledo.es)
Calle de San Juan de Dios, Toledo – Paperblog
LAS CALLES DEL CASCO HISTÓRICO DE TOLEDO. MICROHISTORIAS (blogpedlabpin.blogspot.com)
Las 10 calles más bonitas de Toledo y algunos de sus secretos y curiosidades – Leyendas de Toledo
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