Entrada reeditada y corregida
Publicado: Friday, December 22, 1995 12:00 PM- 01:00 PM
Introducción
Primera aparición de la madre de Yuly, a la que se ha aludido en varias ocasiones, por eso de que es española. Ya la conocimos en septiembre por el asunto de la pelea entre estas dos buenas amigas (September 19. 08:00 PM ) y aquella llamada de teléfono. (Resolución del conflicto) Esta vez Jessica la conocerán en persona
A partir de ahora la madre de Yuly empezará a tener un poco más de relevancia, que hasta ahora ha permanecido un tanto escondida, por la idea de que Jessica no se lleva demasiado bien con la figura de las madres en general y los españoles en particular. Pero, como ya he insinuado con anterioridad, tiene mayor importancia de la que quizá puede parecer, dado que a ésta le va a ser inevitable no ejercer de madre tanto con Yuly como con Jessica. En buena lógica es fácil comprender que preocuparse por una es también hacerlo por la otra, dado que esta amistad se afianza cada día más. De manera que sí, aunque sea con alguna que otra reserva, Jessica va a estar encantada de conocer a la madre de Yuly, aunque se trate de una madre de origen español y que, además, es alguien que ha estado en Toledo.
Reflexiones de Jessica
Salida de clase
Cuando empiezan las vacaciones de Navidad, a una lo que le apetece es salir corriendo sin mirar atrás. ¡Adiós, nos vemos a la vuelta! ¡Pasatelo bien! ¡Que Papa Noel te traiga muchos regalos!….
Eso es lo que hace todo el mundo en cuanto suena la sirena a las 12:00 PM. Todo es recoger, y salir a la carrera por la puerta. Que se monte una estampida estudiantil en el pasillo. ¡Once días sin ver a los profesores! ¿Pies para qué os quiero? Sí, sí, a la vuelta me lo cuentas…..

Todo el mundo tiene prisa. Diría que incluso los profesores, que ni se molestan en bloquear las puerta ni en pedirnos que vayamos con cuidado. No sea que alguno se tropiece o tenga un percance de camino a casa. ¡Que empiezan las vacaciones!
Es solo la semana de Navidad, hasta después de Año Nuevo. El largo fin de semana de Thanksgiving han sido hace menos de un mes. Pero es que son vacaciones.….
Da igual, si a la vuelta nos esperan los exámenes de la segunda evaluación. Van a ser muchos días sin aparecer por clase. Sin aguantar la charla de los profesores. No tendremos que verles la cara a aquellos compañeros de clase que no nos parecen tan simpáticos. No hay tiempo para pensar en nada.

Corre!!!
Esperando con Yuly
El contraste está en la actitud de Yuly, quien se lo toma con una tranquilidad pasmosa. Ella, que es quien vive más lejos de todos, es quien más prisa se debería dar. ¡Vamos, Yuly, espabila, qué pierdes el bus!

¡Ah, pero si ella no viene ni va en bus! A ella la traen y la llevan sus padres en coche. Se tiene que amoldar a sus horarios de trabajo ¿Hoy también los padres trabajan a media jornada? ¿Los padres y los adultos en general tienen vacaciones como los adolescentes? ¿Todos los adultos tienen el calendario de los profesores? ¿No? Es que, si los adultos se van de vacaciones, las rutas del school bus no van a funcionar. De manera que estas prisas de los demás están justificadas.
Los conductores del bus tendrán ganas de marcharse a casa y no van a esperar a los rezagados.

A Yuly le toca esperar y yo, como buena amiga que soy, por evitarme el bus, me quedo a hacerle compañía. Es lo que hacemos las buenas amigas. Sobre todo, si después se ofrecen a acercarme para que desde el internado no se preocupen por mi tardanza. ¡Qué no me he escapado ni me he perdido por el camino! Además, resulta que esta mañana será su madre quien venga a recogerla.
¡Por fin podré conocer en persona a la madre de Yuly! Ya hablé por teléfono con ella en septiembre, por mi pelea con Yuly.
¿Cómo son las madres o mujeres españolas? ¿Cómo son las mujeres que ya han estado alguna vez en Toledo? Ella pasó un temporada allí para ampliar sus estudios ¿Tiene tres ojos? ¿Les han salido otro par de brazos? ¿Es de color verde? ¿Tiene alas como las mariposas? ¿Antenas?

Yuly no parece que tenga nada raro. Lo sé porque ya hemos coincidido en el vestuario en alguna ocasión y me he fijado. Pero ¿y su madre?

Bienvenida al planeta Tierra, ser procedente del planeta llamado «España», del área planetaria de Vigo.
Pasillo

Mientras esperamos la llegada de la madre, tenemos ocasión de compartir confidencias de amigas. Primero en el pasillo al calor de la calefacción. Ocasión para hablar de las vacaciones de verano, que Yuly haga mención a la peculiar relación que mantiene con su tío Luis, el hermano de su madre. Es quien, de algún modo, se ocupa de ésta, la trata con menos complacencia que sus abuelos. Porque eso de hablar en inglés cuanto está en Vigo es algo inadmisible. Tanto como el hecho de yo después de seis meses aún no sepa a dónde me llevó Ana, que ni siquiera me pique la curiosidad por averiguarlo.
No me traje ningún recuerdo, ninguna pista y tampoco tengo interés en investigar. Dado que, si se trata de algún lugar del planeta Tierra, de seguro debe haber fotografías en infinidad de libros. Una ciudad antigua, sobre una colina, bordeada por un río, del interior, donde se habla español. Tampoco debe ser tan difícil de identificar. Además, Ana me llevó de paseo una tarde y es posible que, si mirase algunas fotografías en libros de turismo, encontrase algún edifico que me resultase familiar. Pero ¿Y si resulta que era Toledo y que Daddy no quiso quedarse conmigo? Casi mejor no saberlo ni pensar mucho en ello.

Patio
Después de un rato no muy largo, Yuly prefiere que nos marchemos fuera, al patio, que su madre y no tardará mucho en llegar. Aunque en la calle hace frío, (40,1ºF/4,5ªC) Pero nos podemos refugiar en los soportales.
¿Dónde hace más frío, en la calle o en el internado? ¿Quién paga los gastos del internado? Porque en casa de Yuly, tanto su padre como su madre trabajan. Ambos aportan su sueldo a final de mes. Lo que, según a quien le preguntes, puede ser un buen colchón económico o insuficiente para todas las facturas que han de pagar. Porque dos sueldos parece que no son suficientes para llevar un nivel de vida como el suyo.
En el internado son Ana y Monica las adultas. Sin embargo, el sueldo que perciben es por cuidar de quince niñas. Su sueldo es para ellas. La verdad, es que nadie a mí me ha reclamado un centavo por vivir allí. Y sí, se pagan las facturas de agua, luz, calefacción y las compras. Y no, el dinero no crece en los árboles, ni hay una máquina de dinero en el sótano. Lo sabría, aunque aún no haya bajado a comprobarlo.

Resulta que el presupuesto del internado se sufraga en gran medida con las donaciones a la parroquia. Si eso de pasar el cepillo de misa. Al menos eso es lo que se me ha dicho hasta ahora. Aparte de que las familias de acogida o haya gente altruista contribuyen de alguna manera, porque somos quince bocas que alimentar y el sueldo de dos cuidadoras. ¿Alguien sabe a cuánto asciende el total por día, mes o año?

Resulta que en la parroquia de Yuly también pasan el cepillo de la colecta en misa, que lo hacen en todas las parroquias, para que cada cual contribuya en la medida que considere a las necesidades de la Iglesia y de los menos favorecidos.
Además, los padres de Yuly no pagan por el gasto que las visitas de Yuly puedan causar en el internado. Ella viene y se queda el tiempo que quiera sin que nadie le reclame nada.
- Participa de mis exámenes SAT,
- Hace uso del cuarto de baño,
- Si se tercia, hasta la invitan a merendar,
- Tanto Ana como Monica velan por su bienestar como si fuera una más.
- Hasta yo le dejo que deje su mochila en mi habitación.
Todo ello por su cara bonita, por su simpatía. ¡Yuly no es una de las niñas del internado! Pero, según ella, sus padres estos últimos meses se están mostrando mucho más generosos con ese donativo dominical. Eso de que la lleven y la traigan desde West Roxbury en coche cuando a ésta se le antoja tampoco debe ser barato. Yo tan solo gasto la suela de las zapatillas porque no me muevo del internado.
De todas maneras, yo no he notado que en el internado hayan mejorado nuestras circunstancias ni condiciones. Sigue habiendo la misma comida en el plato y la misma cantidad ropa en los armarios. Por lo cual, no es muy seguro que ese arranque de generosidad por parte de lo padres de Yuly ni llegue ni que las visitas de ésta nos perjudiquen.
Es posible que quien esté haciendo gasto de más sea yo, por eso de que me he quedado por encima de la edad habitual, que tengo necesidades distintas. Incluso disfruto de mi propio dormitorio, aunque se trate de lo que antes era el trastero. ¿Quién asume el coste extra de mi manutención? ¿Ana? ¿Daddy, de quien no sabemos nada?
De lo que me doy cuenta cuando llega la madre de Yuly es el parecido que hay entre ellas. Que las mujeres y las madres españolas no son tan distintas a las de Medford. Resulta que tengo una mejor amiga que, además, tiene madre, una de verdad. ¡Que no la ha abandonado al nacer ni vive en unas condiciones de vida mejorables en todos los sentidos!
Esta madre trabaja, conduce su propio coche y se toma las molestias que sean necesarias para venir a recoger a mi amiga al high school. Mientras que yo, de la mía. no conozco más que su apellido y que se desentendió de mí en cuanto nací. Ni siquiera sé si al menos tuvo el detalle de tenerme entre sus brazos un momento, de mirarme a la cara. Ni siquiera sé el nombre que le hubiera gustado darme, porque el que tengo me lo puso una enfermera del hospital. De hecho, Yuly aún se atreve a quejarse de que su madre la quiere demasiado porque se comporta como tal.
Calle del internado

En octubre dije que no a la posibilidad de ir juntas al zoo. (¿Y después del examen?) Pero ahora que ya somos un poco más amigas ¿Acepto su invitación a pasar las navidades en su casa?
Como me llevan hasta la misma puerta del internado y parece que no hay mucha prisa ¿Cuánto se tarda en preparar la mochila y volver a subirme en el coche?
Mientras tanto la madre de Yuly podría hablar con Ana y resolver cualquier objeción administrativa. Ellos viven en West Roxbury; junto al colegio de St. Theresa of Avila, en una casa independiente y tienen habitaciones de sobra, porque en ocasiones viene la familia de Vigo.
Sin embargo, e trata de las vacaciones de Navidad y. aunque sea verdad eso de que me voy a quedar sola en el internado, como siempre, no quiero descartar la posibilidad de que este año lleguen noticias de Daddy. Ya he empezado a ir a clases de Spanish y tengo catorce años. No soy tan niña. En algún momento tiene que cambiar mi suerte. Además, no me atrae mucho la idea de meterme en una casa extraña y es fácil pensar que Yuly y sus padres acudirán a reuniones familiares donde yo me sentiré una completa extraña.
Mejor que Yuly le preste atención a sus primos o amigos del barrio durante estos días y nosotras ya nos veremos a la vuelta de vacaciones.
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