Reeditada y corregida
Diario: Wednesday, April 21, 1993
Reflexiones de Jessica
Por si aún no ha quedado claro, mi cumpleaños es el 21 de abril.

Al menos fue la mañana del 21 de abril de 1981, cuando me encontraron en la cuna del hospital y la que se toma de referencia. Igual pude haber nacido el día anterior, que se celebraba el Patriot Day y la ‘Marathon de Boston’. De tal manera que con todo el jaleo que debía haber en aquellas fechas, mi llegada al mundo pasó un tanto inadvertida. En cualquier caso, y a todos los efectos, porque no tiene sentido que se divague demasiado sobre esa fecha, hay quien celebra mi cumpleaños el 21 de abril o quien toma como referencia el Patriot Day, Aunque ésta sea un fecha cambiante en el calendario, por eso de que es el 3º lunes de abril. Sin embargo, no es una fecha que yo celebre de manera significativa porque recuerda el hecho de que fui un bebé abandonado, que se desconocen mi orígenes.

La cuestión es que la Semana de Primavera para los estudiantes no universitarios coincide con la semana del Patriot Day, por lo cual suelo estar de vacaciones. Los universitarios tienen su Spring Break a mediados de marzo, que suele coincidir con Saint Patrick’s Day.
Día del Patriota (en inglés: Patriots’ Day) es un día festivo celebrado en los estados de Massachusetts, Maine y Wisconsin en los Estados Unidos.
El día conmemora el aniversario de las Batallas de Lexington y Concord, las batallas que empezaron la guerra de Independencia de los Estados Unidos el 19 de abril de 1775. El Día del Patriota primero fue establecido en Massachusetts como un día festivo del estado en 1969. El día siempre es celebrado el tercer lunes de abril en Massachusetts y Maine, y el 19 de abril en Wisconsin. En Massachusetts, todas las escuelas y oficinas estatales son cerradas este día y hay muchas celebraciones, incluyendo varios desfiles y recreaciones históricas.
Wikipedia
Yo solía celebrar que este día me castigan sin salir de habitación, por haberme escapado al parque sin permiso el día anterior o en días previos. De manera que el 21 de abril de 1993 (día de mi 12 cumpleaños) no era ninguna novedad. Siendo la única chica que esa semana se queda en el internado, porque las demás sí tienen familia de acogida, lo que apetece es hacer algo divertido. En esas fechas suele hacer buen tiempo y de seguro que los chicos se han reunido en el parque. De todos modos, no sé qué le molesta más a Ana, que es quien se queda a vigilarme, que me escape sin permiso o que vaya a jugar con los chicos, porque teme que éstos se aprovechen de mi ingenuidad o de mi deseo de sentirme aceptada y no poner demasiado reparos a sus exigencias. Porque muchas veces regreso como si hubiera estado en la guerra, cuando no a la carrera para evitar que me hagan daño.
Baloncesto en el parque
El día 20 había sido un mal día para escaparse porque Ana tuvo visita. Es más, el hecho de que huya del internado en cuanto escucho algo referente a la visita de alguna familia, lo de escaparme, es una prioridad. ¡A mí que no me encuentren!

Aunque en esta ocasión estuviera avisada y la visita fuera para Ana, pero ya me conocía sus trucos y era casi mejor no fiarse. Regresé al cabo de dos horas y todavía estaban allí. De manera que mi pretendida evasión no fue tan efectiva. Pero yo no estaba con mi mejor aspecto, de manera que, de haber tenido un mínimo interés por mí, lo hubieran perdido con la primeras impresiones.

De mi escapada del parque tan solo podía destacar que había estado jugando al baloncesto y que había un chico nuevo, Jack, un tal «Jack Catcher», un par de años mayor que yo, que no parecía ser del barrio, pero que se destacaba por su presencia y personalidad, por no tener reparo en hacer equipo con aquellos que los demás descartaban. Uno que, si pretendía ganar y dárselas de listo, se confundía de pleno a la hora de formar su equipo con los descartes. En cualquier caso es un chico cuya presencia no deja indiferente a nadie.
Aquel partido de baloncesto estaba descompensado porque era un 5 contra 1, porque los otros 4, más que ayudar, estorbábamos. Yo por ser la única chica y no contar con el respeto de nadie y los demás por poner más intención que aptitud frente al equipo contrario. Nos pasaron por encima. Por supuesto, dado lo humillante del juego, no me quede a la revancha.

* A la pregunta ¿Quién se enamoraría de Jack Catcher? Ya os aseguro que con independencia de que en aquellas fechas yo aún no pensara en los chicos de esa manera. Lo cierto es que olvidé pronto que nos habíamos conocido, porque tardaríamos algún tiempo en volver a encontrarnos. De momento, tan solo era un Jack inmaduro, aunque ya daba muestras de su buen carácter.
Los Catcher
De la visita que Ana esperaba puedo decir que se trataba de un matrimonio con cierta edad, con aspecto de padres y del que yo supuse era su único hijo, un chico bastante mayor que yo, aunque de apariencia más joven que Ana, quien no tenía aspecto de ser Daddy, pero sí posibilidades de serlo, según los datos que sabíamos al respecto. Por supuesto no lo era, porque no tenía ningún parecido conmigo. Como confiaba en Ana, ésta me lo hubiera dicho. De hecho, si era por buscar parecidos, no había mucha duda de a quién se parecía.

* Si aquel día el joven seminarista y futuro sacerdote Rev David Catcher hubiera llevado su sombrero de cowboy, años después me hubiera sido más fácil reconocerle cuando me crucé con él en la universidad. Además, aquella tarde vestía de paisano y tampoco le presté demasiada atención. Por suerte, él sí tuvo tiempo de fijarme en mí. Seré «‘El Cowboy priest’ más rápido a este lado del río Mystic»
Como no me gusta meterme en conversaciones ajenas, pasé entre ellos y desaparecí de su vista tan rápido como me vieron llegar. Al tratarse de una visita para Ana, de gente relacionada de algún modo con ella e interesados en conocer su trabajo, por lógica eran «los Catcher». Un apellido que en aquellos momentos para mí no significaba nada, más allá de que Ana se llama «Ann Josephine Cather. Por otro lado tampoco lo esperaba que eso fuera relevante. En todo caso, ni todo el oro del mundo hubiera hecho que yo me olvidase de Daddy.

¿Te imaginas que se hubieran interesado por mí? De ser una chica, una adolescente pobre y sin hogar, hubiera podido vivir una historia de cuento. Mi paga mensual de $80, se hubiera multiplicado por mil y hubiera cambiado mi dormitorio en el internado por un dormitorio con todas las comodidades. De vivir en Medford me hubiera ido a vivir a New York o alguna gran ciudad caracterizada por sus grandes negocios ¿Qué me hubiera podido ofrecer Daddy?
Años después me enteraré de la historia de los Catcher: Crisis económica mundial de 1987
La mudanza al trastero se produce en junio de 1994. En abril de 1993 aún comparto dormitorio con Jodie y Brittany.

¿Quién va a querer adoptar a una chica que se escapa de casa, que no respeta las normas y se junta con malas compañías?
Se repite la visita
El caso es que, si no había tenido bastante con esa vista fallida del dia anterior, para el día de mi cumpleaños Ana me tenía otra sorpresa preparada. Esta vez sin previo aviso y con el hecho de que, como estaba castigada, aunque desde la ventana de mi dormitorio se observa lo que ocurre en la calle, puede decirse que les vi llegar. Esta vez se trata de dos parejas mayores, una de ellas era el matrimonio del día anterior, los Cátcher, a la otra pareja no la tengo identificada. ¿Los padres de Ana? ¿Más Catcher?
Jess: ¿Son los administradores? – Le pregunto.
Ana: (Desde el pasillo) Son donantes. – Me responde con tranquilidad. – Tan solo quiero mostrarles que estás bien cuidada.
Por si ya tengo un bajo concepto de mí misma, las explicaciones y la manera que tiene Ana de presentarme ante estos matrimonios descartan cualquier posibilidad de que se planteen ser mi familia de acogida. Aparte que me parece que para mí son un poco mayores como para que ejerzan de padres o familia adoptiva conmigo, pero, sobre todo, no son Daddy. De manera que casi es de agradecer que sea Ana quien les quite la idea.


Ana: Hay tres importantes reglas que nunca deben romperse: no exponga a las niñas a luces brillantes o luz solar porque las matan; no deje que se mojen, y nunca las alimente después de medianoche. – Dice con jocosidad.
Normas tomadas de los Gremlins

Jacob: Al menos cumple unas de las normas al quedarse en su dormitorio. – Interviene con jocosidad.
Ana: Deberíamos dejarla tranquila. – Les recomienda antes de que la visita se vuelva demasiado tensa. – Ya la hemos molestado suficiente y le prometí que tan solo sería un momento.
Digamos que se prepara el camino para que yo me pueda quedar en el internado y no me tenga que ir a ninguna parte. En mi contra tendré que no me evitaré tener que acudir a clase de Spanish como exigencia, porque algo habré de poner de mi parte.
Los dos matrimonios Catcher
- Padres de David y Jack
- Daniel Max Catcher
- Veronica Sarah Morrison (Apellido de soltera).
- Padres de Ana
- Jacob Leonard Catcher
- Agnes Camelia Adamson (Apellido de soltera)
Como tal no tendrán mucha más implicación en mi vida, aunque les mencionarán por eso de que son padres y tienen hijos con los que sí mantengo o mantendré una relación personal más cercana
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