Versión de Manuel

Manuel

Manuel es un chico un tanto frustrado en cuanto a sus relaciones personales. No parece que nada le salga bien. Es alguien con una manera de ser un poco particular que no termina de encajar entre sus amigos, problema que se agrava con sus fallidos intentos de conquista, lo que de algún modo también condiciona su trato con los demás.

Es alguien que se escuda tras sus poemas, tras sentimientos que no reciben la respuesta que éste espera y que, más que un motivo de acercamiento, parecen levantar una barrera a su alrededor.

En realidad, los amigos le aprecian, cuentan con él, siempre y cuando deje esas suyas obsesiones a un lado. El hecho de juntarse no es para que él dé rienda suelta a ese romanticismo no correspondido.

En cualquier caso, cuando los amigos le convocan, se trata de tener la oportunidad de pasar uno o días de convivencia, de oración, de relacionarse con la gente en un ambiente distinto y más relajado, tanto con aquellos con los que se reúne cada semana como con quienes una vez al mes acude a Toledo procedentes de otros lugares.

Los amores de Manuel

La evolución sentimental de Manuel pasa por tres amores, sin los cuales es complicado entender el comienzo de la novela y el desarrollo de la historia, tienen su lógica correspondencia con la historia sentimental de Ana.

OrdenAmor
1º amorAmigas
2º amor«Dulce gatita»
3º amorAna
Los amores de Manuel

Lectura de capítulos

Conquista -1 Primeros encuentros

Conquista-2 Primeros conflictos

Conquista-3 Pascua

Noviazgo -1 Reconquista

  • Mayo 2003
  • Junio
  • Julio

Noviazgo-2 Mundo de Manuel

  • Agosto
  • Septiembre 2003

Mundo de Ana-1

  • Octubre 24-25

Mundo de Ana-2

  • Octubre 26

Manuel relata la versión de los hechos en pasado, dando a entender que ya conoce el desenlace de esta historia, da la impresión de que pretende justificar por qué actuó de una manera u otra en cada momento y situación.

Empieza hablando de cómo Ana y él se reencuentran después de un tiempo, como si hubiera habido algún encuentro previo del que ninguno de los dos se acuerda, para dejar constancia de que Ana ya tiene su vida más o menos montada y organizada, que el hecho de haber regresado a Toledo es porque ya ha dejado atrás todo aquello que se lo impedía.

Ana, es una chica que no es de Toledo y que, además, tiene novio. Motivos más que suficientes como para que Manuel no sienta demasiado interés por ésta al principio. Sobreentiende que no se verá correspondido, aparte de que no esperan que se vayan a ver con demasiada frecuencia. Ya que, de hecho, Ana tarda en acudir a una de esas reuniones.

Ante sus reiterados fracasos sentimentales, Manuel se busca una amiga por Internet, con quien, al amparo de ese anonimato, superar aquello que le bloquea en su vida social. Sin embargo, la chica que le responde tampoco busca nada serio, tan solo un amigo con quien conversar porque se encuentra en un periodo de su vida en que necesita evadirse un poco de todo .

La Ana que regresa a esas reuniones ya no se muestra como una chica tan segura de sí misma, más bien, parece una chica que pretende encontrar su lugar y hueco dentro del grupo, que ha visto cómo su existencia se ha derrumbado como un castillo de naipes. Ha roto con su novio y su vida personal, aunque lo disimule, se le ha vuelto del revés. Ha acudido a Toledo en busca de algo que le ayude a mantener su estabilidad.

Como Ana ha venido en busca de apoyo, se siente arropada por las chicas de Toledo, por sus amigas, quienes le ayudan a recuperar parte de esa alegría perdida. Para evadirse de los problemas, para sentirse viva, no hay nada como organizar escapadas a Toledo, con implicarse en las actividades del grupo.

Para Manuel, Ana se convierte en esa luz brillante y luminosa que atrae todas las miradas, pero también es alguien que parece ser conocedora de sus debilidades y no tiene reparo en pararle los pies en cuanto éste se le insinúa. Ella no va a dejar que esos juegos le hagan perder todo lo conseguido.

Una mayor implicación en las actividades de grupo por parte de Ana conlleva de manera implícita que se haya de relacionar más con Manuel, lo que termina por provocar lo que parece otro malentendido, que Ana intenta subsanar y cortar de raíz, porque entiende que aquello no lleva a ninguna parte y es un perjuicio para los dos. En particular para ella, que no quiere verse involucrada en nuevas historias y menos si son de ese tipo.

Sin embargo, tampoco quiere ser ella la causa ni causante por la que se produzca un distanciamiento de Manuel con el grupo. Lo que no quiere para sí misma, tampoco para los demás. Esto le provoca una cierta contrariedad, dado que necesita implicarse en el grupo por ella misma, pero se encuentra con que esa historia entre ellos dos no se desvanece del todo.

En las luchas internas entre los dos, en esa relación de frustración y fraternidad, casi sin que ninguno de los dos se quiera dar cuenta o reconocerlo de manera abierta, surge el flechazo, algo así como que “si no puedes contra tu enemigo, únete a él”. Que, frente al hecho de que nadie puede acallar los rumores y las habladurías de unos y otros, lo mejor es darse una oportunidad, convertir esa historia en algo divertido, más que en una lucha que no lleva a ninguna parte más que a perjudicarles a los dos.

De hecho, desde el momento en que Ana decide abrir su corazón, su existencia se convierte en un juego, en la oportunidad de reír y ser feliz, aunque ello no éste exento de frustraciones ni desengaños, porque admite en sus planes a alguien que tiene mucho que demostrarle, que pasar de la teoría a la práctica, a quien rompe todos sus esquemas.

Origen

SILENCIO EN TUS LABIOS